miércoles, 31 de diciembre de 2008

Otra vuelta alrededor del Sol


No quería hacerlo, pero llevo varios días con los balances rondándome la mente… Serán cosas de las fechas, y según cierta amiga trasnochada, con la edad es una tendencia que va en aumento.
El 2008 no fue del todo malo, sobre todo si lo comparamos con el funesto 2007, año que deseo, jamás vuelva… Pero la última etapa del año me está costando lo mío… En lo académico no me puedo quejar mucho, y en lo personal… aún no lo he decidido. He conocido mucha gente nueva, otros se han quedado un poco atrás. Ha sido el año en que volví a Roma y a Londres, y en el que me juré volver e ir a muchos sitios mas. También fue el año en que creé este blog…La verdad es que tal vez, cuando comencé, no sabía cuanto me alegraría mas tarde de tenerlo. Ha sido una extensión de mi misma, un lugar donde he ido dejando trozos de mí, a veces de cuestiones mas profundas de las que a simple vista pueda parecer. Fue un punto de fuga, en el más barroco sentido de la expresión, para ir más allá, para volar fuera del corsé de la rutina y las costumbres.
Como todos los años, el calendario traía su uno de Julio, y cumplí años, uno más… Quiero creer que no soy más vieja, sino más sabia, y me gustaría pensar que hay piedras con las que no volveré a tropezar, aunque eso nada ni nadie te lo garantiza…
Ha sido el año en que volví a valorar la amistad, y lo importante que es para mí estar sola. Ha sido un tiempo más que he dedicado a intentar saber quien soy. Han sido doce meses para ilusionarse y desilusionarse, que lo segundo es muy frecuente en mí… Fue la Semana Santa que volví a vivir un Viernes Santo entero, fue la Feria a la que ir en zodiac, y que estrené mi primer mantón propio. Fueron días en Caños de Meca, que vienen a mi cuando el agobio o el frío me superan. Han sido 366 días que de mejor o peor forma se vivieron y ya pasaron…
No me hago muchos propósitos para el 2009, un cambio de look, porque ya me voy aburriendo de verme, intentar “ser mejor” en muchos sentidos, cuidarme mas las uñas… eso estaría bien. Espero que no sea un mal año, que la vida no me trate muy mal; que sea la Semana Santa de la mantilla, que siga riéndome con los míos, que las paredes me vean llorar menos, que el calendario sepa marcar tiempos; porque este año, desde hace mucho, será un año con calendario para mi. Un regalo desde la romana Piazza de la Republica, 12 gatos se pasean por la ciudad eterna ilustrando cada mes. Odio la cronología del tiempo, pero la gata Roma no podía dejar de tener algo así…
De todas formas, cuando den las doce campanadas, sólo cambiará un número, pero todo seguirá igual. Yo, que estoy aquí con las manos heladas, escribiendo en un teclado que no es el mío, estaré igual mañana, y pasado… O tal vez no… quien sabe; al fin y al cabo, sólo es dar otra vuelta alrededor del Sol.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Queridos Reyes Magos:




¿Qué tal estáis? Imagino que en pleno síndrome post-vacacional; y es que aunque sea un día al año, hay que trabajar. Yo ando saliendo de este resfriado que me tiene más cansada que enferma, y bueno, sobrellevando las fiestas. Este año no me he portado mal del todo, podría haber sido mucho mas mala, y no lo hice, espero lo tengáis en cuenta. No devolví el mal que me llegó, y de hecho cada día tengo menos negrura dentro; casi compadezco a quienes no me quieren bien, y quien sabe, lo mismo eso va camino de no ser mala, aunque yo lo llame higiene mental.
Sinceramente, no sé que pediros. Podría pedir salud para los míos, y “tranquilidad” en ciertos aspectos, pero la verdad es que eso son rachas…
Podría recordaros que mi cámara se bebió una botella de agua en un aeropuerto luterano y no le sentó bien, pero con estas cosas de la crisis no voy a hacerlo.
Podría ser mas idealista, y pedir paz en la Tierra y ningún niño con hambre, pero la verdad es que en un mundo en el que se destinan incalculables fondos para guerras o salvar bancos y no se afronta seriamente algún plan de paliar la pobreza en el tercer y cuarto mundo, pues no lo veo viable.

La verdad es que en estos días me acuerdo mucho de vosotros, al fin y al cabo el marketing siempre se os dio bien. Me vienen a la mente recuerdos de disfraces de princesa, y caramelos en los zapatos; la noria de Pin y Pon, el juego de té de porcelana, los primeros maquillajes, los globos, aquel juego de hacer perfumes o el Telesquech en casa de Juana… Todo parece muy lejos, tal vez porque me volví republicana y no soporto ya a las princesas, porque tomo el té en vasos árabes, resultó que el maquillaje se volvió necesario, ahora la casa de Juana está más lejos y yo casi no me reconozco en las fotos… y eso hace que mire a los niños que hacen cola en la Araña con una mezcla de pena y envidia… Tal vez necesito caminar con un globo de helio para comprender estos días… No lo puedo evitar, sabéis que no me lo propongo pero cada año se me hacen más difíciles estas fechas y se me hace más difícil escribiros.
Llegados a este punto me pregunto ¿qué se le pide a esta edad a los Reyes?

Lo que queráis traer, será bienvenido.

Republicanos saludos



Mercedes



P.S. Hace tiempo que no os dejo el anís y los polvorones, estamos en confianza, podéis serviros lo que queráis.

martes, 23 de diciembre de 2008

Felices…


Por ahí ya lo he dicho, y en el fondo me canso de repetirlo, pero estas fiestas no me gustan nada. Me agobia la música, la gente, y no me vale eso de que afloran buenos sentimientos en los corazones de todos; no me lo creo, y de ser cierto me parece fatal que por ser una determinada fecha todos seamos buenos.
A pesar de todo, queda incluso feo no participar de la borrachera generalizada de deseos y parabienes que la gente se regala, y en cierto modo, lo único que me gustaba y que para colmo se anda perdiendo, es el envío de felicitaciones navideñas. Os dejo esta, clásico velazquiano allá dónde los halla. Siempre me gustó este cuadro y al fin y al cabo hoy, mañana y todos los días del año os deseo Felices Fiestas, Felices Pascuas, próspero Año Nuevo, Feliz Navidad y en este abanico de tópicos incluso podrían meter lo que decía cierto amigo; Feliz Falsedad. Lo de que no os atragantéis con las uvas no os lo deseo porque me parece patético y sumando una rareza más a mi persona, no creo en esa tradición.
Y recordad, si en estos días me veis comprando regalos, brindando con los amigos, incluso cantando, es que una vez mas me he rendido, me he cansado de batallar y vuelvo a subirme al engranaje de las fiestas, pero no olvidéis que siguen sin gustarme.

domingo, 14 de diciembre de 2008

7 vidas tiene el blog


Hace ya un par de domingos que se publicó. Yo ni me enteré, andaba por tierras luteranas y fue gracias al General que puedo colgarlo aquí; si, con dos semanas de retraso, pero ya sabéis, el caos y esas cosas…



Aunque pinchando en la imagen se puede ampliar, os transcribo el texto para que sea más fácil:

7 vidas tiene el blog

La Gata Roma se pasea sin desvelar su identidad por miles de ventanas de Internet. Esta estudiante de Integración Social no busca en su blog “orden a las cosas pero si un sentido” dónde encontrar causa a la entropía de las relaciones humanas. Como un gato sin dueño, recibe visitas al tejado de mas de cincuenta amigos diarios, que se han dejado de convertir en blogueros para ser fieles seguidores.
“La gente vive en constante caos pero nadie lo asume. Se te cae una cosa, te falla un horario, una persona, y se te viene abajo el día, por eso pienso que no podemos controlarlo todo”. Su amigo la bautizó con este seudónimo una noche de Semana Santa. La gata verdadera ya no está con él pero la figura de ella recuerda sus arañazos y una compañía siempre presente.
En su tejado podemos encontrar entradas donde conocer algo más sobre las enfermedades con daño cerebral (al trabajar ella en una asociación). Una guía de los rincones más raros de Italia, país que apasiona a la gata. 25 razones para amar la lluvia o dibujos de su infancia dónde compañeras con semblante de Marisol le hicieron pasar momentos inolvidables. Sin perder el valor de la diferencia, cuenta historias de su ciudad dónde las velas tienen mucho que decir. Sus primeras gotas de cera en aquel papel de plata relatan un entramado de manías e ilusiones de esta chica de 23 años que lucha cada mañana con el caos urbano y el humo de los cigarrillos que enturbian la ciudad.



Publico esto con mucha vergüenza, que nadie creerá la persona tímida que hay dentro de mí, pero la hay. Pero me veía en la obligación de dar las gracias a la autora del texto, una de las personas que mejor me conoce, o quizás, de las que mejor concepto tiene de mí. También agradezco a Antonio Acedo la foto, y le agradezco aún más que desde entonces, de vez en cuando se pase por aquí.

martes, 9 de diciembre de 2008

Recuerdo




Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.


Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.


Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes,otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.


No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.


Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.


Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.


Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.


En las noches vacías en que regreso
solo y malherido, todavía me arrepiento
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.


Y ahora que te encuentro, veo que aún arde
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde
para nacer de nuevo, para amarte.

Debo decirte algo antes de que te bajes
de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.


Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:

"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto
a una mujer que conocí hace ya algunos años".


Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Ismael Serrano
La memoria de los peces

viernes, 5 de diciembre de 2008

5 de Diciembre




Hay quien pone sus conocimientos al servicio de una asociación, hay quien da consuelo a esa familia que lo necesita, hay quien acompañará al médico a ese señor, y quien ayudará a ese niño en rehabilitación. Otros emplearán miles de horas de su tiempo con un proyecto que mejorará la calidad de vida de los que viven cerca y lejos nuestra, mientras algunos contarán cuentos a niños en hospitales. Muchos pasarán sus tardes entre cajas, organizando la logística de todos los centros que necesitan materiales de todo tipo. Las tardes de otros se llenarán haciendo compañía a quien menos solo debería estar. Incluso algunos dedicarán su verano o algunos años de su vida como cooperantes, lejos de sus casas, de los suyos, y se dormirán cada noche sabiendo que merece la pena.Y mientras alguien asesora a todas esas mujeres que necesitan una salida, otros tantos ayudarán a familiares para que pasen a ser también cuidadores. No son pocos los que harán de su dedicación ocio, en talleres, en campamentos… Muchos intentarán comunicarse chapurreando el francés y el inglés, para ayudar a aquellos que vinieron a buscar un futuro mejor. Y luego están los que prestan ayuda sanitaria en las playas, los que recogen animales, los que conciencian y sensibilizan, los que recaudan medios (humanos y materiales), los que asisten en comedores y economatos, los que nos protegen, los que nos informan, los que atienden esos teléfonos, los que limpiaron y limpiarán las costas y bosques manchadas por la ignorancia del hombre, los que enseñarán a leer a quien no tuvo la oportunidad de aprenderlo en una infancia que se truncó, los que reparten café y comprensión a los que duermen entre cartones…


A todos estos, y a todos los que he podido olvidar, felicidades. Felicidades por todo ese tiempo, esas ganas, esas personas, esas lágrimas, esas risas y esa felicidad que muchos no logran entender, esa que supera una remuneración económica, felicidades compañeros, feliz Día Internacional del Voluntariado.

Nota: Felicidades también a Muffin, que hace 23 años le dio por venir al mundo tal día como hoy.
Foto: Manolo Navarro

martes, 2 de diciembre de 2008

London

Hay lugares a los que deseas volver; hay sitios que permanecen iguales y a la vez diferentes.


Hay sitios que te indican para dónde debes mirar, intentando guiarte en tu camino.


Te dan la oportunidad de pulsar, y pararlo todo, para seguir caminando, y al final andas mirando para el lado que no es, porque impera la fuerza de la costumbre.


Hay lugares emblemáticos para mirar la hora.


Hay iconos que te sirven para hacer una llamada… de cualquier tipo.



Hay momentos en que a pesar de ser una chica algo gris buscas el sol, y no lo encuentras.



Hay refugios para el alma y el arte…




Y pulmones verdes donde dejar volar un alma atosigada…


He caminado por otras aceras, mas anchas y mas grises. He dejado cerrado mi paraguas bajo otras lluvias, he contemplado la grandeza de Grecia arrancada del Mediterráneo, he visto mi reflejo en el espejo de Venus, y Egipto lejos del desierto. He visto pueblitos, y casitas y verdes prados dignos de postales desde un tren.
La lluvia ha caido al otro lado de las ventanillas de un taxi desde dónde yo escuchaba a Lennon imaginando un mundo utópico.
Casi se me olvida que odio la Navidad envuelta en el espíritu de Harrods, porque es imposible resistirse.
Y al final, como todo, se volvió a ir, hasta que yo nuevamente vuelva.


Nota: Pido perdón a todos los que esperaban alguna crónica, pero estoy cansada, y liada y casi sin ganas de contar que el taxi chocó, que me quejé en la National Gallery porque no tenían la guía del museo en Español al contrario que en todas las pinacotecas italianas, que esta vez en mi hotel no saltó la alarma de incendios y no me quedé en las calles del W2 en pijama, que Oxford Street sigue siendo interminable, que como en un chiste de Lepe hablé en inglés con otro español, que el café allí sigue siendo buenísimo, o darle vueltas al hecho de que sin que abra la boca los italianos saben que soy española, pero los ingleses creen que soy italiana… lo mismo en algún país piensan que soy inglesa para continuar la cadena, aunque sinceramente, no lo creo. Por esto, y por mas cosas que omito, pido perdón.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Get back



Me atrapó tanto desde el principio, que como a tantos otros lugares, me prometí volver. Me lo prometí a mí misma desde la segunda planta de un autobús viendo alejarse Carnaby Street, me lo prometí delante del Matrimonio Arnolfini y comiendo un sándwich sentada en el césped de Sant James Park. Me lo juré delante de un músico callejero que aprovechaba la fantástica acústica de la boca de metro del Big Ben, y delante de La Piedra Rosetta. Recordando aquél viaje, hace ya un par de veranos, creo que me lo prometí en casi todas partes, en un barco en el Támesis, en el ascensor de Harrods, en los paseos por Kensington Garden, en aquel pub mientras un guitarrista cantaba canciones de los Beattles, e incluso delante del imponente estadio del Arsenal, por aquél entonces nuevo.

Desde aquella mítica azotea del edificio que también dio nombre a ese gran disco, los cuatro de Liverpool invitaban a regresar, igual que a mi me ha invitado una amiga a pasar el weekend en la capital de los perros luteranos; muchas gracias, me moría por volver; y mañana por la mañana cogemos el avión… sólo rezo para que no me vuelvan a tocar niños maleducados detrás, como pasó la última vez.
Aunque solo serán tres días, espero que no me descuidéis mucho el tejado, que el caos no siempre se desordena solo…

Y como estamos en crisis, me llevo un abaniquito pero con menos ceros que el que puso Moe.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Alma desnuda


Son días rápidos, celéricos, días de confiar, y de enfados, y de morderse las uñas, y reír. Días de viajes que ya contaré, y de papeles, que se tocan y que son virtuales; de mal sueño y por supuesto de café y chocolate en pequeñas dosis. Y entre todo esto me gustaría pararme, pararlo todo, mirar a mi alrededor, y por otra parte no quiero ni puedo, tal vez sea mejor así, teniéndolo todo en el aire, para no agobiarme más. Y como intento mantenerme en la anestesia del pensar poco, me encuentro a Alfonsina dibujando su alma y ¿por qué no? La mía. Las letras son suyas, que ya me gustaría a mi ser capaz de escribir algo así, pero al final es una trampa, y acabo pensando…


ALMA DESNUDA


Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.


Alfonsina Storni



miércoles, 19 de noviembre de 2008

El peso de un recuerdo


Me habían hablado de él mucho y bien. Me habían contado que vendría como voluntario al taller ocupacional cada mañana, pero yo aún no lo conocía.
Andaba yo en mis cosas, seguramente con algún contrato, cuando entró y se acercó a mi mesa. Se presentó y yo hice lo mismo. Le comenté que me habían hablado de él, y estuvimos charlando un rato. Me preguntó por mis prácticas, por mi “profesión”, hablamos de muchas cosas. Le ayudé a entenderse con la máquina de café y cuando ya se iba, al torcer la esquina se quedó quieto y me dijo:
- Eres muy simpática, y me has caido muy bien, de verdad – yo le agradecí sus palabras pero el continuó – lo malo es que tal vez mañana no me acuerde bien de ti, así que no te extrañes si vuelvo a preguntarte algo de lo que hemos hablado hoy, o si no recuerdo bien quien eres… -
No pude evitar soltar una carcajada, él también rió. Le dije que no pasaba nada, que no se lo tendría en cuenta y que le recordaría quien era las veces que hiciera falta. No es el primer usuario que conozco con esta afectación pero si es el primero que me hace esta advertencia. Su memoria a corto plazo no está bien, y a no ser que el hecho se repita o sea muy importante, su cerebro no lo retiene.
Día a día, personas como él me enseñan cosas, a nivel profesional y personal. Consiguen que repare en lo insignificante y lo cotidiano, porque a pesar de mi mala cabeza, o de mi memoria selectiva, ahora valoro “el peso de un recuerdo”.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Duermen conmigo…




Cada día me meto en la cama con la intención de dormirme lo antes posible, lo juro. Muchas veces me “castigo”, sin tele, sin radio, sin distracciones; cierro el dosel, apoyo la cabeza, decúbito prono, y entonces…, las mil cosas que no te dije, la mirada de aquella señora, el mundo que se derrumba a mi alrededor, los días que no volverán, su llanto, lo negro, ese grito, las mil tonterías que te dije, el mar que quedó atrás, el rasgueo de aquella guitarra, el desafío que no me lanzas… Me doy la vuelta, saco el antifaz de debajo de la almohada, respiro y entonces me asalta… el frío que se me quedó en los huesos, el papel que perdí, las raíces de la tierra, los viajes que no tendré tiempo de hacer, las insuficientes horas de la jornada, el rayón en un CD, mi sangre, la sangre gris de cada minuto… Me giro para el otro lado, el eco, el vaso de plástico, las páginas que arranqué, el teléfono, la sombra… Alzo una mano, a tientas, con la gasa enredada en los dedos le doy al botón, una hora, sólo una hora de radio, entonces llegan los fantasmas, la saliva que tragué, el odio que sentí, los arañazos, el veneno, los desaparecidos de Argentina, la tinta invisible, los problemas que arrastro… Decúbito supino, no entiendo que tanto cansancio no encuentre un fin, una “nada” en la que perderse, un descanso a tantas palabras absurdas que digo, que leo y que escribo, con las que confundo, con las que me mienten… Descansar de escuchar al de la tribuna, ignorar todos sus ojos, ahogar un grito, respirar más lento, buscar la calma, quemar las crónicas, volver al blanco y negro, dejar de recordarle, soltar lastre, pegar el portazo, borrando todos los anteriores, olvidar lo que se quiera y sentir que yo puedo… Vuelvo a girarme, vuelvo a reencontrarme con ese cristal, con el agua y el golpe sordo, y el discurso vacío, las ganas de llorar mientras se ríe, el suelo ajedrezado… Sus teorías, mis miedos, me he vuelto a girar, enredada en las mantas, es una maraña de todo, de sentimientos, de las cosas que creí desechadas, de las que no puedo detener, desfile de personas azules y grises, amasijos de pensamientos, de cosas que no me pienso callar…

Todos duermen conmigo, tal vez de ahí mis problemas de sueño.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sin fuerzas para la leche fría


Pedimos dos cafés con leche, y aparece esa pregunta “¿Leche normal?”; respondemos que si. Mentimos piadosamente, con la naturalidad del hábito. A las dos nos gusta con leche fría, pero total, es un gasto de saliva, un esfuerzo inútil la mayoría de las veces, ya que no nos suelen hacer caso, y tomamos los mismos cafés hirviendo que todo el mundo. Enfrentarte a la decepción de que el camarero te ignore no es algo para lo que todos los días se tengan fuerzas. En cambio otros días si que lo pedimos, y a veces hasta nos hacen caso. Pero hoy es miércoles, y estamos en el bar que yo he acuñado “De los tíos torpes”. Me parece que es un nombre bastante descriptivo, pero a pesar de eso, por si aún alguien no lo ha pillado, son eso, tres tíos que llevan un bar, a cada cual más torpe. Pero da igual, lo bueno es que es miércoles, y volvemos a estar juntas en un aula. A veces cuesta acudir a esa cita, justo en el ecuador de la semana, pero todos los miércoles me acabo alegrando. Mi partener de la leche fría sigue buscando su futuro, experta ya en la peor rama de esta profesión, me deja su experiencia, sus aciertos y sus fallos, que no evitarán que yo cometa los míos pero al menos te haces una idea. A la vez, quien me lo iba a decir, yo le dejo mi experiencia a mi conductora; un puñado de errores y algunas formas de salir de ellos, mejores o peores. Dudo que le sirvan pero se siente comprendida. La “chica de naranja” siempre está contenta, con sus niños, con su trabajo, con todos los días del año en que somos felices con nuestra gente; igual de feliz que la que pinta Mafaldas y Sirenitas todo el día, con los niños que más amor necesitan. Y evidentemente no todo es rosa, como esos papeles que hacen firmar exigiendo la confidencialidad extrema porque es triste pero lo afirmé antes, hay quien trabaja en la peor rama de esta profesión. El veterano acaba de firmar uno de esos compromisos, mira mi pantalla, papeles rotos sobre fondo negro “¿Ese es tu blog?”, le contesto que si, que ese es; “¡Pues escribe ahí que un amigo tuyo va a mandar el mundo a la mierda!”; escrito está, veo que va a tener un buen comienzo allá por ese pueblo de los Alcores que tiene un castillo… ¿estaré rompiendo su confidencialidad extrema al decir esto?.
Hemos arreglado hoy otra vez un poco el mundo, mas bien la sociedad. Como tantas veces lo hemos vuelto a hacer en el utópico verde de la pizarra; sabiendo que la tiza se borra, que la utopía está lejos, que la calle es otra cosa. Se echa de menos a quien nos hacía soñar, quien nos dejaba pensar que caerían papeles legales del cielo para todos, quien me contó que los discursos del viejo Comandante eran largos y la vida muy simple en realidad; pero de vez en cuando me manda un mail, y sé que está bien, soñando por otros mundos, con otra gente. Tal vez es como Mary Popins y otros niños le necesitan… (no puedo creerme que acabe de hacer esta comparación…).
Nos despedimos, a mi aún me queda un viajecito con Lu. El jueves cada una volverá a su lugar, yo a mi mesa con forma de L, ella a su ayuntamiento, la de naranja a sus pictogramas, la hippy a su pintura, la nazarena de San Pablo al amor de sus niños… y pasarán los días, hasta que volvamos a llegar a otro miércoles, como el pasado, como el de la semana que viene, y volveremos a estar juntas, aunque no siempre nos queden fuerzas para pedir la leche fría.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Premio I love your blog y Mejor disfraz

I love your blog

Desde América nos llegó oro, el chocolate y Los Panchos. También desde América llegó a mi blog una mujer homónima que tiene un carácter tan de aquí que parece haber nacido en la cava baja trianera. De ella he aprendido mucho sobre flamenco, arte, música… No contenta con regalar lo mejor que se puede dar a otro, conocimiento, ahora me entrega un premio.
Por otro lado, un poeta de radio, andaría desempolvando Olvidos y recuerdos de otros tiempos, otras vidas… y se topó con el mismo galardón, y decidió otorgármelo también.
Pero aquí no acababa la cosa, porque la chica de las croquetas que dejó antiguo aquello de “que llueva café” también decidió mandar al tejado este galardón.
Y cuando ya creía que no hay dos sin tres, resulta que tres sin cuatro tampoco. Ángela, mi futura abuela adoptiva ha tenido a bien dármelo de nuevo..
Yo se lo agradezco mucho a todos ellos, ya que aunque sea un juego, un figurado reconocimiento en formato JPG, siempre te da un pellizco que piensen en ti, bien por afinidad, bien porque el blog lo merezca o vete tú a saber porqué…

Así que como manda el protocolo para estas cosas:

REGLAS

1 Enlazar a la persona que te lo otorga
2 Enumerar seis cosas que nos hagan felices
3 Hacer constar las reglas
4 Elegir seis personas que continúen con el desafío
5 Avisarlos con un comentario en sus blogs.

Ahora vamos con el meme este que trae adosado y seis cosas que me hacen feliz; intentaré no repetir cosas de memes anteriores.

1 Tomarme un té rojo doble sin azúcar, a ser posible tomármelo conmigo misma.
2 Hacer las cosas bien, o al menos lo mejor posible.
3 Recibir mails (no digo cartas porque ya solo me escriben los del banco, MoviStar y gente de ese calibre) de amigos con los que no tengo trato diario.
4 Aprender; de cualquier manera, en clase, en un documental de TV, por la red…
5 Escuchar esa canción justo en ese momento que la necesito.
6 Regalar, sobre todo acertar con un regalo.

Ahora me toca repartirlo. Voy a intentar que no se repitan premiados aunque está algo complicado porque como siempre estas cosas son pandémicas, pero haremos lo que podamos.

A Héctor, porque me mato traduciendo su blog, porque me niego a usar traductores, porque no se cansa ni descansa, ha hecho del mundo su hogar, y a mí me da envidia a la par que alegría. No sé si ya andará por Argentina, no sé cuando tendrá Internet para recogerlo, pero sea como fuere, va para él.
A Coko, para inaugurar la repisa de los premios, que me parece que es el primero.

Otro se va para Cataluña, para Sergio, porque no pierde la ilusión por todo aquello que sabe que es importante.

Para el Jardinero del caos, por mantener podado el césped, y a la espera de que tenga tiempo de regalarle un enano de jardín le mando otra cosa para decorar.

A La verdad está ahí fuera (o afuera que diría Moe). Es un chico serio de la Amargura, y no sé si lo colgará, pero al menos es un reconocimiento a su trabajo diario en un rincón virtual de San Juan de la Palma.

A Nani, por eso, por ser Nani.

Decidí sólo hacer uno porque de otra forma habrían sido venticuatro premiados y venticuatro cosas que me hacen feliz, y me parece que eso ya es excesivo; así que tened en cuenta que todo esto anda elevado a la cuarta potencia.

Mejor disfraz

Por otro lado, tenía pendiente poner por aquí el premio de Halloween al Mejor disfraz, según la Radio de los blogueros.
Lo pongo con algo de vergüenza al recordar el “momento de Fernando y Ali”, pero en fin, muy agradecida en cualquier caso.

Y por hoy es todo, que ya no damos para más. Con el frío que hace no sé si brindar con champán o con un caldito…

lunes, 3 de noviembre de 2008

Cinco que no van conmigo


Andaba yo feliz y tranquila, paseándome por La sala de los espejos de Orleáns, cuando me di cuenta de que una vez más, me habían metido en un lío. Para no variar se trataba de otro meme; pero tranquilos, no os llevéis las manos a la cabeza, que la cosa no es grave. Además, viniendo de dónde viene no me puedo negar, y por otro lado, me resulta bastante interesante, la verdad.
Consiste en exponer cinco cantantes o grupos españoles que no te gusten, así que como la cosa tiene trabajo, me pongo a ello:

Productos OT: Me parecen detestables, todos, dentro y fuera de la academia. Dentro porque tengo que soportar que hagan versiones como la de Para la libertad… es que me pongo enferma al pensarlo, de Miguel Hernández a Serrat y de ahí a que lo juzgue Risto… final vomitivo para una de mis canciones favoritas. Y cuando están fuera, pues bueno, que se busquen la vida pero no cuenten conmigo, así que ni Bustamante, ni el Carrasco ni los de Nena Daconte que van de poperillos alternativos.

Camela: Y en el fondo me da pena porque son trabajadores y tal, pero no puedo, es superior a mí.

Andy y Lucas: Es tremendo lo que se puede llegar a poner de moda; a mí siempre me sorprendió que este dúo tuviera tanto éxito, pero para colmo de males luego han salido más de este tipo, como Los Rebujitos, Sinlache y vete tu a saber cuantos más que yo ni conozco.

Malú: No lo puedo evitar, y eso que en mi adolescencia cayó en mis manos su primer disco, pero no, esta mujer ha tenido suerte y muchos padrinos, pero ya está.

Amaral: Decir esto es casi pecado por lo visto, porque a todo el mundo parece gustarle, pero yo no puedo. La voz de Eva, que muchos consideran peculiar, a mi me carga, y muchas de sus letras me parecen de lo peor.

Aunque no lo parezca, no quiero ofender a nadie. Espero y confío en que todos sepan que esto es mi opinión, ni más ni menos.

Ahora viene el momento de pasarlos, pero tranquilos todos. Me gustaría que cualquiera que quisiera lo hiciera en su blog; aunque si hay que señalar alguno, me gustaría ver el de Ludwig, Zapateiro, Persa, y el General Du Guesclin, que como es un especialista en cabrearse, seguro que hace algo bueno.

viernes, 31 de octubre de 2008

La bola de cera



Esta historia comienza en La Campana, tarde de Viernes Santo, tendría unos seis años. Acababa de comerme un sándwich de aquél paté tapa negra, más bueno que el pan. No sé quien sería, pero alguien me sugirió una utilidad para el papel de plata; aquella tarde comenzó mi bola de cera. Recuerdo que la primera cera que recibió fue roja, así que imagino que serían los nazarenos de La O los primeros en hacerme una aportación. Empezar una bola uno de los últimos días de Semana Santa es algo extraño, pero siempre he sido igual para todo, y la guardé con cariño hasta el año siguiente. Empezábamos el Domingo de Ramos y ya no nos separábamos en toda la semana. Si se me olvidaba era un drama, y siempre que se podía, se volvía a por ella. Rápidamente aprendí lo que deben aprender todos los niños, no pedir cera a las de negro, o alguna de las llamadas “serias”. También en alguna ocasión, trampeando un poco, intentaba aumentarla con las velas de cumpleaños; pero era muy mala, se caía y además, era un poco ridículo llevar una bola con cera rosa.
Los hermanos pequeños suelen heredar cosas de sus hermanos mayores; pero el mío heredó poco, ya que además de que es un varón, yo soy cinco años mayor, lo que complica el proceso. Pero entre las pocas cosas que heredó de mi, está la bola de cera. Él la anhelaba, porque era mucho mayor que la suya. Yo entré en esa edad en que las niñas comienzan a llevar bolso, que es todo un paso, y era ya mayor para llevar en mi bolso la bola, así que cedí el testigo. Y lo hizo mejor de lo que yo pensaba, no sólo dobló su tamaño, si no que la ha conservado hasta hoy. Yo la creía desaparecida, muerta, en cualquier lugar menos en el que estaba, en la habitación de enfrente.
La miro mientras escribo, y pienso que si la abriera por la mitad sería un corte estratigráfico de una importante parte de mi vida. Esa masa de cera sólida podría contar noches de Domingo de Ramos, viendo San Roque, muerta de sueño, pero siempre negando estar cansada. Contaría como permanecía en el bolso de mi madre mientras veíamos Veracruz, Pasión, la Mortaja en la Plaza de San Pedro. Hablaría del único día que no venía conmigo, los Martes Santo. Recordaría los generosos nazarenos de La Redención, los “No seas pesada Merceditas” de mis padres, y tantas cosas que se quedaron atrás, envueltas en el azahar e incienso de otro tiempo.
Puede parecer absurdo, pero en estos días fríos, en los que muchos vivimos una especie de “precuaresma”, a mi me ha hecho mucha ilusión encontrar mi bola de cera.

domingo, 26 de octubre de 2008

Manías de la edad



Como aquí ya he dicho muchas veces, no estoy de acuerdo con la edad cronológica, la que pone en el DNI, y la que realmente es parámetro universal, mal que me pese.
Yo debo de ser muy mayor, mucho más de lo que marca mi edad, porque vengo observando que en los últimos tiempos tengo menos aguante para ciertas cosas, o más manías, según se mire. Eso es lo triste, soy mayor para eso, creo que sólo para eso; me quedo con lo peor de “la edad”.
Mi último autodescubrimiento es que comienzan a molestarme tremendamente las frases hechas y de cortesía, entiéndase por ejemplo:
Adiós, y ten cuidado: ¿De qué? ¿de quién? Entiendo que la calle es una jungla pero no sé, ya estamos acostumbrados.
Ya nos llamamos: seguro… Yo te llamaré a ti tan rápido como tú a mi… .
Aquí tienes tu moka, que tengas un buen día: Gracias querido camarero de Starbucks, sé que te importa poco mi día, sé que casi te obligan por contrato a decirme esto, sé que nos podríamos ahorrar toda esta parafernalia…
Ya hablamos: ¿de qué? Llevamos hablando un rato, si te queda algo que decirme dilo ahora… Sería más correcto a mi entender “ya hablaremos”, y no deja de ser una obviedad en la mayoría de los casos, pero en fin.
Mejorando lo presente: lo presente, o sea, que si yo no estuviera aquí delante no mejoraba nada… que hipocresía ¿no?


Esto es una pequeña muestra, y no sé porqué ahora me ha dado por esta manía lingüística tan concreta… Debo decir en mi descarga que intento predicar con el ejemplo, y procuro evitar últimamente estos “formalismos” innecesarios, lo cual no quiere decir que lo haga siempre. A veces salen casi por defecto, están en el disco duro y saltan solos; y por supuesto, muchas veces lo digo de verdad; voy a llamarle, espero de verdad que todo le vaya bien, o debe tener cuidado porque no sé… va a ir de escalada.
Imagino que las cortesías, los convencionalismos sociales, o ciertos protocolos se nutren de cosas como estas. Tal vez me estoy convirtiendo en un ser antisocial, tal vez estoy rara en estos días porque son días raros, o simplemente, me hago vieja. Puede que me condenara cuando era muy joven, antes casi de que llegara lo que los psicodemagogos llaman la preadolescencia… En ese tiempo, uno de mis máximos placeres era ir el viernes al video club, que por cierto ¿cuántos quedarán? Alguno sobrevive, pero pocos. El caso es que fui devorando películas por rachas temáticas, y quizás, en la época de Woody Allen, condené mi existencia futura, y voy camino de ser carne de psicoanalista… O tal vez no, tal vez sea ese compendio de educación, cultura y sociedad. Todo ocurre sin que te des cuenta. Un día estás con tu madre y tus siete años en la sala de espera del Otorrinolaringólogo (me encantaba decir esto a esa edad porque sonaba a trabalenguas) y una señora mayor saca de su bolso negro (lo del negro es obvio e importante) un caramelo de la pasada Cabalgata de Reyes, y tu madre, con cierta musiquilla te pregunta eso de: ¿Qué se dice? Para que tu respondas un sentido y nada forzado: ¡Gracias! Y ojo, no estoy en contra, defiendo la educación, el respeto a los mayores y tantas otras cosas.. Sólo digo que por ahí se empieza, y que esto, sin tú saberlo te inculca que de mayor no pares de soltar cosas como las antes mencionadas.
Lo dicho, lo mismo debería dejar de hablar y escuchar unos días, a ver si me reprogramo. Tal vez simplemente tengo que apuntar todo esto para no olvidar nada cuando esté en el diván; o en el peor de los casos me voy deshaciendo de todo y acabaré siendo una versión femenina de House. Esto último suena tan terrible que empiezo a desear que sólo sea una racha o que no vaya a más y se quede en una manía como comerme los sándwiches por orden…

miércoles, 22 de octubre de 2008

26 de Octubre


Cuando J le enseña a los niños las fotos de su Harley suelen quedar alucinados ante esa preciosa moto. Aquella noche apenas había bebido. Para que su amiga no volviera sola a casa se ofreció a llevarla, no era muy lejos, a dos calles, pero estaba oscuro… Como era muy cerca y estaban en su pueblo no se puso el casco. Después de dejarla, volvía al pub dónde estaba con sus amigos. El conductor de aquél Land Rover no lo vio, y aunque no era mucha velocidad a la que circulaba, fue lo suficiente para lanzarlo por los aires y darse un mal golpe en la cabeza. Tras terminar su carrera, había hecho un master en UK, e iba a montar su propia empresa. Todo eso se truncó. Fue un milagro que despertara del coma, y fue mas milagroso aún que recuperase habilidades tales como andar o hablar. Su habla no es fluida, pero puede darse con un canto en los dientes. A pesar de todo, pagó un precio muy caro, con aquél golpe se fue su vida, se fue toda su infancia, una infancia que no paran de contarle, que él analiza en fotos y que por más que lo intenta, no logra recordar.
La historia de M no la conozco bien. Viene todas las mañanas un par de horas a rehabilitación. Está en silla de ruedas, tiene movilidad en uno de sus brazos, y andan haciendo esfuerzos para que recupere el habla. No he logrado saber quien es el chico que la trae todos los días, intuyo que es su hermano. La trata con cariño para suplir otra serie de problemas familiares que suelen darse cuando ocurren cosas de este tipo. Me conmueve como él la espera cada día. En los últimos tiempos usa un portátil con el que imagino que atiende obligaciones laborales o académicas. Se ve que son tiempos duros para él, pero se ilusiona con cada progreso, por pequeño que sea. El otro día M logró reconocerse a si misma en una foto de antes de su accidente, pero aún no reconoce a familiares o amigos.

El daño cerebral adquirido, ya sea por accidente, o por cualquier otra causa, es un golpe de efecto en la vida de una persona o en la de los que lo rodean. La mayoría suceden por accidentes de tráfico, y en un 99% de los casos, serían evitables. Por eso son importantes las charlas preventivas, dónde J enseña las fotos de su moto, y como es incapaz de recordar la ilusión que le hizo que los Reyes le trajeran aquella bici. Considero que es importante la misión de J, al igual que la de otros afectados o familiares que pueden dar testimonio y explicar en primera persona como te puede cambiar la vida por una tontería. M, y muchos otros, no han corrido la misma suerte, y pasan el día con unos profesionales entregados en cuerpo y alma a mejorar por poco que sea, su calidad de vida.
A veces me siento una intrusa entre ellos, otras me siento agradecida. Agradezco que me dejen participar de lo que hacen, de lo que consiguen. Lo más impresionante de todo, es que si descontamos el capital humano, esta gente no dispone de muchos recursos, pero gracias a Dios, esto no los ha frenado. También dan apoyo familiar, con voluntarios profesionales de la sanidad, que ayudan a los cuidadores. Ya lo he comentado antes, esto no sólo afecta a la persona, sino que suele trasformar su entorno. Generalmente, sus padres suelen separarse, muchos familiares caerán en depresiones, y tendrán que acostumbrarse a una nueva vida.
Todas las manos son pocas, y cualquier logro es un nuevo triunfo, y yo continúo asombrada de todo lo que estoy viviendo con ellos; viendo lo cerca que están estas cosas, aunque no lo creamos, aunque nos pensemos que todo esto les pasa a los demás, los otros…
El 26 de Octubre es el día del Daño Cerebral, para no olvidar lo cerca que está, y la ayuda que necesitan quienes ya lo padecen.

jueves, 16 de octubre de 2008

Señales de humo

En la calle llovía, llovía muchísimo; nosotras nos habíamos mojado, habíamos cantado bajo la lluvia, y yo me había pasado con el té verde árabe que su padre había traído de Marruecos; la bebida estaba algo amarga, como yo en aquellos días. A veces las personas somos amargas porque nos cansamos de sonreír, porque llevas muchas cosas dentro y se te acaban las poses y entonces, sólo puedes estar con ellos, con los que tú eres tú, y no necesitan la pose en la que a veces te conviertes. Tal vez por eso, y porque ella me conoce, sabía cuanto me iba a gustar el poema que había encontrado en un libro de bolsillo. Lo pillamos con una pinza de la ropa, para que no se perdiera, era antiglamouroso, pero eficaz al fin y al cabo. Una y otra vez, las letras de Benedetti me arañaban, me apuñalaban, se me quedaban dentro, a la vez que me reflejaban y dibujaban. Como me pasa siempre con los poemas que me conquistan, me vi en él. Vi a la que soy, a la que era o fui. La vi como si hubieran sido muchas, y otras, antes de que todas se unieran en una, conformando la que ahora soy. Es casi irónico el dibujo en el aire que hace el humo. Lo miras, lo haces con tu pose de “no pasó nada, no pasa nada”, y te estás engañando, y lo peor es que no te alivia hacerlo. Sólo puedes agarrarte a la última ironía del poeta, tu corazón de fuego, porque nada es nuevo y todo está inventado, y lo cantaban en una vieja zarzuela: por el humo se sabe dónde está el fuego.

SEÑALES DE HUMO

Cuando estás en el filo de lo oscuro
y le rindes honores desde tus huesos
Cuando el alma purísima del ocio
pide socorro al universo inútil
Cuando subes y bajas del dolor
mostrando cicatrices de hace tiempo
Cuando en tu ventanal está el otoño
aún no te despidas/todo es nada/
son señales de humo/apenas eso

Tu mirada de viaje o de desiertos
se vuelve un manantial indescifrable
y el silencio/tu miedo más valiente/
se va con los delfines de la noche
o con los pajaritos de la aurora/
de todo quedan huellas /pistas/trazas
muescas/indicios/signos/apariencias
pero no te preocupes/todo es nada
son señales de humo/apenas eso

No obstante en esas claves se condensa
una vieja dulzura atormentada
el vuelo de las hojas que pasaron
la nube que es de ámbar o algodón
el amor que carece de palabras
los barros del recuerdo/la lujuria/
o sea que los signos en el aire
son señales de humo/pero el humo
lleva consigo un corazón de fuego.
Mario Benedetti, Buzón de tiempo
Foto:Mauro A. Fuentes

lunes, 13 de octubre de 2008

Bombones, música militar y algunas cosas más



Noche de viernes, vuelvo a casa, el viento me empuja y me despeina; el cielo clarea, la lluvia está cerca, por eso llevo gabardina, entonces, pasando junto a un seto me tengo que parar… huele a Dama de Noche, como en mis veranos sanluqueños de la infancia. Huele a esa planta veraniega, y yo tengo la cara helada… No es caos, imagino que es el cambio climático.

El sábado Rajoy dice aquello de “Y mañana tengo el coñazo del desfile”. Manda un comunicado y rectifica. Yo no, a mi el desfile me parece un coñazo, casi subrayo esto con la canción que versionó Paco Ibáñez al castellano, y es que la música militar a mi tampoco me despierta.



La noche de ese sábado, encuentro en un escenario viejo y nuevo con Las dos Saras. Comparten con el público que las observa en su azotea su miedo a la muerte, al “que dirán”, al amor y el propio miedo al miedo…
Algo curioso de ir al teatro con mi querido Actorucho, es que luego puedes compartir alguna cerveza con las protagonistas, y conocer algunos entresijos de la obra. Después, vino, manjares blancos, fotos con las fotos de la Avenida; así de redundante y de barroco, como la modelo que luce unos pendientes de La Macarena…
Más tarde, a descubrir que la Utopía se construye de Coronitas, de recuerdos, de las correrías de Kike, de que Miguel se hace mayor, de Evaristo, el rey de la baraja…


Llegó ese cruel día, nos tenemos que separar… Y ahora cariño ¿Qué hago yo sin ti? Apareció aquél día que fue fiesta en Barcelona, en Jerez y en mi casa. Tal vez hoy en día no es la caja mas sofisticada, pero es una apuesta segura. Me encanta el chocolate, y los bombones aportan la variedad. Me he comido dos o tres cada día, para endulzar esos días rojos, o grises, o marrones, e incluso los carentes de cromatismo; pero todo tiene un fin, al menos fue bonito mientras duró.

martes, 7 de octubre de 2008

La otra, otra noche


¿Qué te cuente lo que hicimos la otra noche? ¿cuál otra? Si es la otra ya hace tiempo, pero bueno, nada del otro mundo. Nos fuimos a cenar Sur, Coko y yo. Descubrimos un sitio nuevo, una abacería en pleno Torneo, vamos el sitio no sé el tiempo que llevará ahí, nuevo era para nosotros, y para el camarero. El tipejo tenía acento aragonés o algo así, y sería su primer día o yo no sé que pasaba porque pedir no fue difícil, pero fue complicado que nos lo trajeran. Bueno, tampoco fue exactamente así, nos trajeron muchas cosas, pero ninguna la habíamos pedido. Estuvimos más de media hora fuera, sentados en la terraza, y como el otoño ha llegado, que no es que lo diga la valla publicitaria de El Corte Inglés, no, que vino de verdad y hacía un frío tremendo, pero claro, Coko no hace caso a las vallas de publicidad así que nos cambiamos de mesa y nos metimos dentro, porque la hipotermia no era descartable. Y ojo, dudamos mucho en entrar, porque el chico ya nos había traído dos cosas, una era para María, que si estaba bien, aunque sin cubiertos, y luego a Jesús le trajeron algo que no era; y eso que el chico nos había preguntado por segunda vez, porque no entendía lo que tenía apuntado. A mi me recordó a ese capítulo de 7 Vidas cuando Paco (Javier Cámara) hace de camarero, y pone un café con limón, un tinto con leche fría, o algo así; y decía aquello de “¿Sabes lo difícil que es apuntar todo de pié en una libreta así de pequeña?”. Y ya te digo, nos pensamos si cambiarnos porque lo mismo el camarero se hacia mas lío aún, pero finalmente decidimos correr ese riesgo. Le avisamos del cambio, por si no se había dado cuenta, y él de paso nos preguntó que si un pan con jamón y salmorejo era nuestro; “no, lo pidió la mesa de al lado”. Una vez dentro, a Coko le traen su comida, a Sur sus cubiertos y a mi una cosa que no era. Nos damos cuenta de que al lado, en la mesa de mi izquierda, tenemos un autóctono grupo de machos ibéricos, que han salido a celebrar algo; a fecha de hoy sigo desconociendo qué. Acompañan su celebración con gritos simiescos, canciones (la Macarena incluida, y no hablo de la de Cebrián), palmas y arengas varias. Me traen algo, y no, sigue sin ser lo que he pedido; la cosa ya es algo tipo “antes de que cante el gallo, me negarás tres veces…” Coko me cuenta una historia surreal de una amiga, amores por Internet y cosas que se me escapan al entendimiento. ¡Me traen lo mío! En ese momento le recordamos al camarero que al principio le pedimos algo para compartir, un queso de cabra a la plancha, que en fin, ya nos habíamos resignado a que fuera el postre. María se levanta a por un cuchillo y vuelve asombrada; “¿Sabéis que tienen un ordenador para controlar las mesas?” No puedo dejar de reírme, con toda la que tienen formada y resulta que hay hasta despliegue informático de por medio… Traen el queso, que pese a todo esta buenísimo, pero generalmente, no sé porqué, nunca hay tortitas de pan suficientes para untar… Estamos en estas, cuando los machos de la mesa de al lado están acabando una actuación a lo Mayumaná pero en cutre, y de pronto, unas pavas de la mesa de al lado (a mi derecha) comienzan a entonar el cumpleaños feliz… Blanco y en botella, los de la celebración se levantan, y las chicas hacen lo mismo. Como nuestra posición es mas estratégica que la de Gibraltar, en cuestión de segundos nos vemos dentro de la movida, con cara de estúpidos y comiendo queso… En fin, al final conseguimos salir de aquél sitio. Dejamos a las pavas y los machos haciéndose fotos; imagino que fue el comienzo de una hermosa amistad; había condicionantes alcohólicos suficientes para ello.
Llegó Silvia, y nos fuimos a tomar té, bueno, sólo Sur y yo, que somos las que bebemos té. Algo en la carta llamó nuestra atención “Tetera familiar”; y aunque Coko y Silvia piden otra cosa, nos tiramos a la piscina. Aquello habría sido como para seis personas, nos bebimos de ocho a diez vasos cada una… Casi morimos en el intento, pero ya era amor propio.
Pero bueno, lo pasamos bien, tanto por exceso como por defecto…
Y por cierto ¿quién eres tú que me preguntaste esto?

domingo, 5 de octubre de 2008

Y entonces me encontré…

Sur estaba aparcada de mala manera en Plaza de Cuba, mientras Dani (con su súper cámara) y yo (con un falso aire afrancesado y cuatro folios en blanco) corríamos por el Puente de San Telmo. De pronto, en seco, nos quedamos parados delante de ella. Allí estaba, en medio del puente. No sabíamos como había llegado allí, de dónde había salido, ¿porque nadie la había cogido?… Sevillanos, turistas, animales, taxis, autobuses… todos pasaban junto a ella aquél día de Junio, ignorándola. Tras reírnos y hacerle algún retratillo, volvimos a nuestro frenetismo fotográfico, el que nos había llevado a recorrer la ciudad captando el filo de la historia desde mi falso aspecto de hija de emigrantes. Ahora, siempre que paso por el puente, miro al sitio, a ver si sigue la mesita, pero ya no está, ¿Qué habrá sido de ella? Lo ignoro, aunque espero que esté bien.




En la calle Tetuán había una bulla sevillana de esas de manual; pero llegando a La Campana, el revuelo era aún mayor, gente, sirenas y de fondo un extraño ruido, era… ¿agua? No podía ser agua, allí no hay fuentes, allí... ¡Allí había un geíser! No me lo podía creer.
“¿Me dejáis pasar?” La camarera de la confitería del mismo nombre que la plaza llevaba una bandeja llena de pasteles, tazas… Se ve que a ella aquél tremendo caño de agua le importaba poco, como a los que estaban merendando; mientras, los que si nos asombrábamos hacíamos fotos. Mas tarde, los individuos de la bulla se preguntaban entre ellos lo mismo una y otra vez: “qué, ¿has visto el chorro?”






Me lo dijo hace unos días, y ha saldado rápido su deuda. Dama me ha regalado algunas fotos de los rincones del Coliseo Verdiblanco, dónde tengo un alter ego felino. Imagino que la gata se lo pasará genial los días de partido, aunque si los resultados mejoraran se lo pasaría mejor… Mil gracias a Reyes por este detalle.






Fotos: Mesita: Daniel Franca; Gata Bética: Dama de Sevillano Nombre

jueves, 2 de octubre de 2008

Respeto y memoria… a secas


Hace unas semanas, el General Du Guesclin me comentaba que había muerto el perro de una amiga, y que entre incineración y demás cuestiones, esta se había gastado unos 60 euros. Servidora no tiene perro, pero entiendo que para mucha gente no es solo una mascota, es algo más, y por eso es normal que se hagan esos desembolsos. Pero el General iba más allá, haciéndome pensar lo curioso del ser humano, los “pliegues de su moral”, su conciencia, escala de valores o lo que algunos llaman el relativismo moral. Mucha gente puede respetar e incluso sentir profundamente la muerte de un canino, pero pondrán el grito en el cielo si uno de sus congéneres, un ser humano igual que él, pide algo tan simple como saber dónde esta el cadáver de su abuelo, y en el mejor de los casos, poderlo enterrar de forma digna.
Tal vez es que soy de letras, y por eso los números causan en mí un gran asombro. Por ejemplo, es interesante el número 12.000; que así en frío no es nada, pero es la cifra aproximada de los represaliados de la Guerra Civil y Primer Franquismo que se encuentran enterrados en Sevilla y provincia. Podría afinar con otro número, el 11.678, que son los desaparecidos con nombres y apellidos. Están repartidos en 168 enterramientos comunes. Estos solían llevarse a cabo en las tapias de los cementerios, y con el lógico crecimiento de los mismos, muchos han llegado a formar parte de los camposantos. En otros casos, las fosas se encuentran en descampados o cunetas, aunque esto no se da tanto en Andalucía; si bien es más común en zonas de la España Central y del Norte. Las dos primeras cifras son ridículas si las comparamos con 32, que es el número de exhumados de dichos enterramientos. Y es que en mi opinión esto es memoria a secas, es la justicia y el derecho mas básico que se le puede dar a alguien, y por eso me parece tan cruel negárselo.
Quienes están en contra de esta “recuperación”, a veces alegan que ya ha pasado mucho tiempo. Esto es cierto, a la vez que duro. Desde luego esto tendría que haberse hecho mucho antes, pero en la España del “Vuelva usted mañana” que acuñó Larra, no es raro encontrar estas demoras atropellantes. Si pretendemos cerrar heridas, primero habría que hacer que dejen de sangrar, y que tanta gente deje de estar sepultada en un trozo de tierra anónima, en la mayoría de casos, lejos de su tierra.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Plateriyo bebía Kaskol


Llegar tarde puede ser elegante, me gustaría creérmelo porque el don de la puntualidad no me acompaña, claro que lo mismo es cuestión de llegar tarde con elegancia. Pero no hay que engañarse, el elegante es Juan, que estaba allí a tiempo, a su hora, como debe ser. Y no estaba sólo... Imagino que como mi mente perversa casi le amenaza con aquello de que su marido era algo así como la madre del de Psicosis, vino a demostrarme que existía.
Empiezan a llegar, nos agrupamos como los átomos ¿Cómo se llama la unidad que forma un grupo de átomos? No lo sé, la ciencia tampoco es un don… No importa, Alfonso X el Sabio nos acoge, a él le da igual la física ¿atómica? Por lo que he visto, el de la toga no me perdonó que no me levantara, pero él desconoce cortesías o caballerosidades de los tiempos del rey Sabio. Como en aquellos tiempos, alguien aparca el caballo en la puerta, y entra desarmado a la taberna.
El señor Andréu me lanza el guante, yo lo recojo, casi sonrío, me place el lance la verdad, pero le sentencio algo: “Si yo escribiera como a veces me gustaría, nadie me entendería, ni tú”, Y es que él anda en una nueva empresa, de esas que le gustan al abuelo batallitas. Está empeñado en demostrar la existencia del Kaskol. Por lo visto, cerca de su casa de la infancia, en la calle Sol, no habría bares, e iban a tomar pepitos a un bar en Los Palacios. Tomaban pepitos porque el señor Andréu es de ese tiempo en que a los montaditos se les llamaba así, y por lo visto se tomaban con Kaskol, al menos en aquel feudo independiente… Se compromete delante de todos, jura por su honor de caballero que escribirá a Kas, dónde le remitirán pruebas fehacientes y palpables de que tal mejunje existió en algún lugar mas allá de su imaginación. Pero entonces recordamos a Plateriyo, esa mascota, que también afirma que existió, y que absolutamente nadie recuerda. Fusiono ambos delirios de su mente con esa otra sentencia: “Plateriyo bebía Kaskol” Me divierto un rato pensando como aquel burrito podía beber semejante refresco imaginario con aquellas pezuñas que tan poco ayudan a la motricidad fina de cualquier individuo… Él me reta a esto, a hacer una entrada surreal con esto como título; pero ya lo he dicho, recojo el guante, me place la idea.
Tras una larguísima caminata de un metro, cambiamos la ubicación, las sillas y el caldo. Es una pena que no tengan zumo de naranja, ya no natural, sino de bote… Me conformo con un destornillador de refresco, menos mal que andaba largo de licor ruso… Terribles momentos fotográficos, nadie está contento, no acabamos de salir bien, las mejores fotos son las mentales, como las que debí hacerle al suelo años cuarenta, o al papel pintado de las paredes del baño que tanto le gustó a Indi. Mi idea de la fotografía conceptual no es entendida por algún ególatra, que me trata a mí de ídem. Pero Juan si lo entiende. Siguen las fotos, esta vez nos la hacen los del pub, nos dicen dónde encontrarlas en la red de redes, porque las colgarán; a lo que el actor, que hace un rato se hizo amigo de la dueña le dice con la rotundidad del propio Marlon Brando: “Tú no sabes lo que tienes aquí sentado”.
Ya son ciertas horas, aunque para mí nunca es la de irme, pero la mayoría impera. Hemos bebido, hemos arreglado el mundo, o parte de él, hemos sentado bases para organizar excursiones, hemos brindado por el juez, algunos han comido tarta, y podríamos haber hecho una pequeña construcción con las latitas de la máquina de misceláneas que acompañan al alcohol. Por hoy no ha estado mal. Las riñoneras de esa marca de ron, a la que no voy a hacer publicidad porque al final no nos regalaron nada los de Legendario, brillaron por su ausencia, pero no todo podía salirnos bien…
A un coche alemán, que no es un Mercedes se suben tres de estas; si tenemos un accidente sería un parte curioso. Comenzamos el reparto, y lo acabamos dejando al de la maza, que deberá volver a sus clases en el cole de jueces. Sé que no me lo va a perdonar, pero aquí le dejo lo que debería ser su himno personal en su carrera judicial, la banda sonora de este curso al menos… A mí de pequeña me encantaba y me parece un referente.
Después, entre raperos y sampleos, se acaba tornando al hogar.
Ya en horizontal, con el antifaz, dispuesta a encontrar a Morfeo y caer a sus pies de manera entregada, recuerdo una de las sentencias, que han sido varias, y por gente destogada, pero sentencias al fin y al cabo: “Si yo escribiera como a veces me gustaría, nadie me entendería”. Tal vez debería hacerlo, de forma mas radical que ahora, y que nadie me entienda, o solo algunos, y mandarte mensajes cifrados a ti, y a ti, y a ti no, porque lo mismo los entiendes, o no… Al fin me quedaría con la frase que Diana escribió para que Teodoro la leyera en El perro del hortelano: “Entiéndame quien pueda, yo me entiendo”. Rondando en estas cosas se me pierde el recuerdo, tal vez Morfeo me agarró de la mano para que dejara de desvariar… Lo mismo sólo es que al final hay que cruzar la frontera a ese otro mundo, dónde miles de burritos blancos, inspirados en Juan Ramón Jiménez, brindan con Kaskol.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Premio y Premio esfuerzo personal

PREMIO


A todos nos encantan los blogs, donde en la mayoría de ellos sus objetivos son mostrar las maravillas y hacer amistades; hay personas que no se interesan cuando les damos un premio y de esta manera contribuyen a cortar esos lazos. ¿Queremos que se corten o que se propaguen? Entonces, tratemos de prestar más atención a ellos. Así que este premio debemos entregarlo a ocho bloggers que a su vez deben hacer lo mismo y poner este texto.


Desde tierras catalanas, del Principio de incertidumbre de Sergio, me ha llegado este premio que como no tiene un nombre concreto le he puesto Premio a secas. Como hago siempre, he colgado el premio, he expuesto las reglas pero, en esta ocasión no lo voy a repartir, o si, en realidad este premio es para todos; para los que me visitan mucho, para los que me visitan menos, los que comentan, los que no.. Todos y cada uno me ayudan a que el caos no se apague. Espero que me comprendáis, sobre todo Sergio, al que le agradezco de corazón que se acordara de mi, pero las reglas estan para saltárselas, y hoy se ha dado así. Además, este mismo premio lo tengo por dos veces con otros nombres, así que ya sería muy reiterativo.


PREMIO ESFUERZO PERSONAL


El otro premio que me quedaba por recoger, vino de Extremadura, del Quejío flamenco de Pedro Delgado. Para quien no conozca este blog, se lo recomiendo. Además de aprender mucho de flamenco, conocerán a Pedro, un hombre extraordinario, un maestro de vocación y un magnífico abuelo. Casi me da vergüenza recoger este premio, porque me imagino que alude al hecho del esfuerzo personal que supone tener un blog. Muchos compañeros hacen verdaderas obras de arte en sus entradas, y otros realizan grandes tareas de investigación, documentación… y ese la verdad es que no es mi caso; por eso lo acepto con algo de rubor…


El premio, para rizar el rizo, trae adosado un meme, así que como manda el protocolo:



1. Se guarda el premio con el enlace correspondiente a la persona que te lo ha concedido.
2. Poner las reglas en el blog
3. Compartir seis cosas o valores importantes y seis que no.
4. Elegir a seis personas o más.
5. Avisar a los galardonados dejando un comentario en su blog.

6 Valores que me gustan.

La coherencia
La libertad, sobre todo la libertad individual.
La sinceridad.
La solidaridad bien entendida.
La lealtad, no tanto a las personas como a las ideas, los pensamientos, etc.
La amistad.

6 Contravalores

La intolerancia.
La hipocresía.
Las injusticias sociales.
La ambición mal entendida.
La envidia.
El rencor.


Bueno, pues muchas gracias a Pedro, y yo os lo entrego a todos.

A pesar de que esta entrega ha sido rara, si que como siempre, tenemos fiestecilla posterior.

Nota: Se ha procedido a la colocación en este blog de una foto de la auténtica y genuina Gata Roma, la cual falleció hace unos años por un cáncer de pulmón. Le doy las gracias a mi querido Miguel (me niego a llamarte Anmi Lamar) por dejarme la foto, dejarme el nombre, y tal vez un poquito del espíritu de esa gata pendenciera de ojos verdes.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

One year ago…


Hace un año, tal día como hoy, casi andaba estrenando mi nuevo look, un corte de pelo que simbolizaba un cambio en muchos sentidos.
Hace un año, tal día como hoy, llegué a un lugar totalmente desconocido, a un aula llena de completos extraños, bueno, más bien extrañas. Ese mismo día, me lamentaba, una vez más de lo poco original de mi nombre, de ser el mismo que el de mi madre, de que fuera fiesta en Barcelona o Jerez y aquí no. Me molestaba empezar las clases el día de mi Santo, y sin embargo, tal vez era un guiño del destino, un avance de todo lo bueno que me traería este curso, de lo bien que llegaría a pasarlo con alguna de esas extrañas, de lo que iba a aprender y de manos de quien vendría el aprendizaje.
Hace un año este blog no era ni un proyecto.
Y hace un año, para rematar el día, mini concierto acústico de Ismael Serrano, firma de discos, besos y alguna mala foto.

Miro atrás y me parece que ese día pudo ser ayer, o tal vez la semana pasada… El tiempo ha pasado deprisa y ahora ando con otras cosas en la mente, miedos distintos, alegrías que caen de otros lados, sin sabores viejos y nuevos, mas cosas en la espalda, menos en los bolsillos y me estoy volviendo a dejar el pelo largo… Y es que una de esas extrañas lo dijo un día, es complejo eso de hacer balances, pero a veces es inevitable porque te asaltan en cualquier parte…

Ya sólo me queda felicitar a Sevillana y a la que me dio el nombre a mí, que aunque no me guste, el 24 de Septiembre siempre me pareció un día bonito.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Vicky Cristina Barcelona


Bien lejos de ser crítica de cine, y sin intención de destripar mucho la película, para no fastidiar a quien quiera verla y aún no lo haya hecho, sólo, a trazos, daré mi opinión sobre el último estreno del neoyorkino.


Imagino que a cualquiera que le guste el cine de Woody Allen ya no le sorprenderán sus “luces y sombras”. Siempre he creído que es el efecto de tener una media de una película al año. A pesar de esto, la situaría a mitad del ranking, ni es la mejor ni la peor de sus creaciones.
Empezando por el final del título, la Ciudad Condal aparece retratada de forma turística, sobre todo al principio; aunque es comprensible, ya que es la visión de tres turistas, Vicky, Cristina y el propio Woody. La banda sonora acompaña a la historia en todo momento. Debo decir que en ocasiones se cae en el tópico con Paco de Lucía. No es que no me guste el guitarrista, me encanta, pero acaba siendo “guitarra para turistas”, tal vez por lo mismo que la ciudad. También acompaña en todo momento un narrador que al principio me pareció insoportable, aunque a medida que transcurría la película, era mas soportable.
Debo de reconocer que al comienzo de la película me costaba encajar en la dinámica. Pasada media hora comencé a disfrutarla.
Las actrices están muy bien; sobre todo Penélope. Sin ser la madrileña santo de mi devoción, no me duele en prenda decir que hace un papel extraordinario, dando vida a un personaje tan desquiciado y fantástico que aporta a la película grandes momentos. El papel de Bardem en mi opinión lo habría podido hacer casi cualquiera, pero es el español de moda, y desde luego, un gran actor.
La historia resulta mucho mas compleja de lo que parece en principio, con situaciones que en ocasiones llegan al surrealismo mas típico de Allen: triángulos amorosos, relaciones destructivas, vistas de Oviedo (ciudad que enamoró hace años al director) y por tener, tiene hasta un guiño a Sevilla.

Cuando tenía unos ocho años me quedé alucinada viendo “Sueños de un seductor” y desde entonces ya no me desenganché de este director. Esta última no es la mejor de sus películas, pero ya digo, las ví peores, así que recomiendo a todo el mundo que la vea; al menos a mi me alivió una de esas odiosas tardes de domingo.

viernes, 19 de septiembre de 2008

24 motivos, y alguno más


Porque huele de una forma indescriptible.
Porque me recibió en Venecia.
Porque si no tengo la obligación de sacar el paraguas, la disfruto doblemente.
Porque parece que limpia todo el mal del mundo, arrastrando todo lo malo a su paso.
Porque recuerdo tantas lluvias por Sevilla corriendo con él, y con él, y ya no están en mi vida.
Porque dar vueltas bajo ella con el coche es más barato que ir al autolavado (Homer Simpson)
Porque no faltó ni a mi Primera Comunión.
Porque es la poesía de la naturaleza.
Por la canción de Serrat.
Porque cada trueno suena como una liberación.
Porque sería aún mejor en forma de café en el campo.
Porque es la expresión exterior de mi nostalgia interior.
Porque me acompañó en Roma.
Porque de pequeña me gustaba llevar botas de agua.
Porque me gusta ver el cielo rojo.
Porque suelen aparecer amigos ofreciéndome algo para secarme la cara.
Porque me da sensación de libertad.
Por la Puerta de Rashomón.
Porque corrí como una loca bajo ella en el Real de la Jara.
Porque toda la luz del mundo se concentra en el segundo que dura un rayo.
Porque me despidió en Florencia.
Porque espero encontrármela en muchos otros rincones del mundo.
Porque sería genial cantar bajo ella.
Porque me gusta pasear bajo ella con mi gabardina negra.
Por mil cosas más que no soy capaz de recordar…




Ya ni recuerdo en que entrada fue, pero Híspalis comentó que le costaba entender mi amor por los días de lluvia, y añadió que esperaba que yo se lo explicase algún día en alguna entrada. En aquél momento pensé que nunca podría, y realmente no sé si ahora lo he logrado. Tal vez no sea la respuesta que él esperaba, pero no puedo dar otra, porque es indescriptible como se puede amar la lluvia; exceptuando la Semana que todos sabéis.



martes, 16 de septiembre de 2008

Luz



A veces pienso que la memoria del ser humano es muy insuficiente. Viéndola avanzar, entrando en la Plaza de Pilatos, me preguntaba cuando fue la primera vez que la vi. No lo recordaba, y es lógico. Imagino que la primera vez yo iría en un carrito, y lo mismo ni llegaba a los tres meses de vida. Cuando conté con unos años más, tengo recuerdos divertidos de esta procesión. Tras el verano, era como volver a Sevilla, al rachear, al incienso y a los cirios. Hoy en día, como muchas cosas en mi vida, es una mezcla de recuerdos y presente. Y tal vez futuro, tal vez la necesite a ella, presiento que en los meses que se acercan, necesitaré Luz; a ver si la Patrona del barrio me ayuda.

“Mi reino por incienso y una marcha”, pensé mientras escuchaba a Cigarreras afinando, y todo se disponía para la salida. Y es que a veces el subconsciente traiciona hasta a las republicanas, cediendo el reino que no se posee por un trocito de Semana Grande…



Quedan 201 días para el 5 de Abríl, Domingo de Ramos, y esto es otra forma de ir “pasando el mono”.




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