viernes, 30 de enero de 2009

Azabache y Ámbar



Con un título muy coplero, este blog llega a su entrada número 100. Casi sin proponérmelo, he derramado parte de mí en un centenar de posts; mis delirios, mis ganas de reír y llorar, poesía y canciones que robé, cosas que siempre quise decir y cosas que nunca pensé que diría…
Se ve que me gusta celebrar cualquier cosa, pero es inevitable. Realmente las 100 las cumplimos todos, porque sin vosotros ni habría llegado a la mitad imagino.
Así que en este número tan redondo os dejo una foto prestada, a ver qué averiguáis, qué pensáis, qué me decís…

lunes, 26 de enero de 2009

Con tan poco…





Soy feliz con poco, con muy poco; o tal vez con mucho, según se mire.

Visitar la restauración de Vera-Cruz, poder ver los baños árabes que se están rescatando, pisar ese suelo, tocar esas columnas… Mirar al techo, ver como se cuela la luz por estrellas de cristal… Descubrir un antiguo sagrario, marcador del paso del tiempo y las culturas, testigo de los siglos y los hombres… Vuelvo a llenarme de historia, de tradiciones, de personas que pisaron dónde yo pisé hace más de mil años… No sé si llegará el día en que pensar eso no me dé escalofríos…





Soy feliz como los niños que fascinados contemplaban en plena calle Sierpes la magia de la música de El Mago de Oz.



Soy feliz con una copa de oloroso, o dos… Tal vez sea muy poco, y para mi es mucho pero siempre he creído que la felicidad es eso, un montón de pequeñas cosas, como salir a la Avenida y oler a incienso, aunque sea un engaño para los sentidos, aunque no sean fechas…




Pero llegados a este punto se me plantean dos grandes dilemas, para empezar ¿es pecado pedir agua en según qué tascas?


Y por otra parte, ¿por qué el camarero de El Rinconcillo va en su día libre a Casa Morales? Me parece cuanto menos curioso…


En fin, este blog acaba de hacer su primer “robado”, me da miedo pensar que pasará de aquí en adelante… No garantizo los códigos éticos en los contenidos a partir de ahora…

sábado, 24 de enero de 2009

Torre de arena


Como lamentos del alma mía
son mis suspiros, válgame Dios…
Fieles testigos de la agonía,
que va quemando mi corazón.

No hay en la noche de mi desventura
una estrellita que venga a alumbrar
esta senda de eterna amargura,
que triste y oscura no sé dónde va…

Torre de arena
que mi cariño supo labrar,
Torre de arena
donde mi vida quise encerrar;
Noche sin luna,
río sin agua,
flor sin olor
Todo es mentira,
todo es quimera,
todo es delirio de mi dolor.

Como una flor que deshoja el viento,
se va muriendo mi corazón
y poco a poco mi sufrimiento se va llevando todo mi amor.

Como una fuente, callada y sin vida,
Como un barquito que pierde el timón,
Como flor del rosal desprendida
está dolorida mi triste ilusión…

Torre de arena
que mi cariño supo labrar,
Torre de arena
donde mi vida quise encerrar.
Noche sin luna,
río sin agua,
flor sin olor;
todo es mentira
todo es quimera,
todo es delirio de mi dolor.



Llabrés/Gordillo/Sarmiento




Imágen:Gitana,Fabián Pérez

lunes, 19 de enero de 2009

Studing como una crazy



No me suele gustar contar planes o proyectos hasta que no están algo afianzados por esa superchería mía de que se gafan. Es absurdo y no lo puedo evitar, cosa que a veces mosquea a los míos, pero ya lo digo, no lo puedo evitar.
Por eso, lo de esta vez parece una excepción, aunque es un proyecto tan caótico que si tiene que salir saldrá, y si no, nadie contaba con ello así que no es una gran pérdida. Por cosas extrañas de la vida, el viernes me examino de la parla de Shakespeare. Si aprobamos, mis cuatro compañeros y yo nos iremos este verano a Irlanda según creo, a aprender inglés y trabajar un poquito. Visto el modelo de la prueba que la red de redes nos ha facilitado, tenemos tantas probabilidades como mi Betis de ganar la liga, y a pesar de todo, allá vamos, a dar la cara para que nos la partan.
Entre los nervios y la risa, no paro de pensar que podría hacer un cursillo acelerado multimedia, que está muy de moda. Por si queréis animaros os dejo la primera lección.

sábado, 17 de enero de 2009

Los ojos del Tíbet



Casi con fascinación infantil lo cogí por primera vez. Había cruzado el mundo con ese hombre de barbas y voz de radio, y a mí se me antojaba que albergaba secretos, misterios, historias de otras tierras, años y siglos tan lejanos como esas montañas.
Casi como un hechicero lo sostuvo en su mano, deslizó esa especie de maja de mortero, y produjo un sonido agudo que creció y creció, tanto que me pareció que traspasaba las paredes, los límites de Sevilla y casi llegó a su Tíbet natal.
Como una niña inquieta, quería probar yo, quería hacerlo, quería sacar ese sonido… Mi torpeza era aún mayor que mi empeño y tal vez por eso, fui tan pesada. Más de una noche y de dos intenté arrancar esa vibración, un sonido parecido a la “música” que mi hermano hace con las copas. Viéndome en mi empeño, decidió dejármelo mientras él pasaba las Navidades en su Barcelona natal. Fue para mí un propósito de antes de Año Nuevo, ya que la condición era que a su vuelta yo supiera tocarlo. Al día siguiente de que él se fuera, también se fue ella, y yo tenía en mi casa ese raro instrumento.
Estaba cabreada, las fechas me ponían nerviosa, nada me estaba saliendo bien, me molestaba estar resfriada y me molestaban muchas otras cosas. Casi sin pensarlo lo tomé en mi mano izquierda, y sostuve la pequeña maza con la derecha. Pensaba en mis cosas mientras daba vueltas por su borde exterior sin pensarlo. Algo me sacó del ensimismamiento. Casi vi el sonido dibujado en el aire, salía del cuenco y subía traspasando las paredes, la lluvia que caía en la calle y mi nube negra… Lo que había intentado tantas noches salió de forma espontánea en menos de un minuto, sin pretenderlo. Igual que el repetitivo “ontara”, que esos mantras que repiten los nepalíes, no me cansaba de oírlo, un sonido tan extraño que a día de hoy, sigo pensando que encierra más cosas. Gracias a San Google, he podido saber que tiene el original nombre de cuenco tibetano, aunque para mí siga siendo “los ojos del Tíbet”. Casi puedo afirmar que a veces consigue calmarme como pocas cosas lo hacen.
Antonio volvió y me dejó que me lo quedara unos días más. Se lo devolveré dentro de poco, no me pesa, ese sonido y esa sensación se me han quedado dentro, además, lo devuelvo a una casa a la que en muchas noches Sur y yo llegamos haciendo jaleo, volviéndolo todo del revés, y a partir de ahora, con los ojos del Tíbet para el reencuentro.

A Antonio que hace poco ha cumplido años, para poder seguir atesorando historias, y por supuesto a María (Sur), por todo y alguna cosilla más.

martes, 13 de enero de 2009

El graderío de la Catedral


Aquellas columnas con cadenas tenían un claro mensaje, la justicia humana no era válida tras ellas, quedaba todo en manos de la justicia divina… Y al igual que en Madrid ocurría en el Graderío de San Felipe, las gradas de la Catedral de Sevilla, eran un batiburrillo de mercaderes, damas, dueñas, clero, pillos, pícaros, aristócratas, fulanos, impostores, falsos mutilados, mendigos, artesanos, desocupados… Teniendo en cuenta además el gran número de acogidos a Sagrado que había en el Patio de los Naranjos, se compone un panorama que cuanto menos es interesante. Por eso decidí ponerle ese nombre a “mi columna”. También debo confesar que estaba en duda entre este y otro gran nombre a mi entender, “El loro de la tía Luisa”, pero finalmente ganó el graderío y la cordura.
Pido que de momento no seáis muy duros conmigo, que aún no me he hecho con mi rinconcito, de hecho acabo de inaugurarlo, la foto pide a gritos que la cambie y no sé si el talento me acompañará en esta nueva empresa; pero si debo agradecer a quien me dio la oportunidad, que haya contado conmigo para su proyecto. Es de las personas más emprendedoras que conozco, con el periodismo en la sangre y muchas ganas, pero el pobre tiene demasiado buen concepto de mí. Me ha regalado un espacio más para opinar libremente, un sitio dónde se arriesga a que yo hable de la primera barbaridad que se me ocurra, una columna que seguramente sólo leerá mi madre, y a pesar de todo, le doy las gracias por pensar que seré capaz de hacer algo decente, muchas gracias Superman, espero corresponderte.
Ya solo resta encomendarse a Dios y al Diablo, que hay que cubrir todos los frentes, y cruzar los dedos para que no me vaya muy mal en estos nuevos derroteros.

sábado, 10 de enero de 2009

Y sólo queda un pony volador


Empezó a llover, yo disfrutaba, y a él no le importaba porque seguía haciendo fotos a Rodin… Se había reído de mi boina parisina, pero me mojé menos que él camino del museo. Me encantó ver su cara al acercarse al cuadro, tras lo que yo le había dicho “no creas que es San Andrés porque la cruz esté en aspa, es San Serapio porque le están sacando los hígados”
Aquél día que empezó en Morales se me olvidó que no me gustaba la Navidad, y me pasó algunos días más… Me ha gustado tener tiempo para perderlo, para estar con los míos, para que el Andréu se coma mis mantecados, para echar de menos a Sur, para hacer una cena prenavideña en su casa, para ponerme al día de tantas conversaciones que tenía pendientes. Para beber cerveza, y vodka, y esos chupitos de tres rones que nadie quería. Para pararnos a mirar un cable pelado en la pared, la noche que el año cambió, y que Superman pensara que detrás de aquél cable había más cosas… Creo que sobre todo, me encanta tener un pony volando por mi cuarto, mientras el helio lo respete.
Por eso, a pesar de parecerme al Grinch, echaré de menos estos días las semanas que vendrán, hasta que las semanas sumen meses, la ceniza se nos derrame en el calendario, y luego…

domingo, 4 de enero de 2009

Y sin darme cuenta…


Hace justo un año, a esta hora, se publicaba la primera entrada de este blog. No era nada espectacular, pero los comienzos son eso, comienzos.
Este blog era casi un propósito de Año Nuevo, aunque no sabía muy bien cuales serían sus derroteros. La verdad es que a día de hoy tampoco lo tengo mucho mas claro. Si esta combinación de ceros y unos, tan mía, pudiera quejarse, imagino que lo haría en primer lugar de su crisis de identidad, y no lo culpo. Cada vez que alguien me pregunta: ¿Y de qué trata tu blog? Me muerdo el labio y me quedo pensando un rato; respondo alguna vaguedad, nada muy concreto, quizás algún chiste, pero no tengo una respuesta clara que ofrecer. De hecho alguna vez he pensado en sustituir la cabecera por algo tipo:

AVISO A NAVEGANTES: Si alguien llegó aquí pretendiendo aprender algo, si alguien busca conocimiento, calidad o que este lugar le aporte algo indispensable en su existencia, lo siento, pero sería recomendable que se volviera por donde vino. Este es el blog de una neurótica que habla de lo primero que le venga a la mente, sin más.

Por eso mismo, tengo que daros las gracias a todos, por haberme entendido o por intentarlo, por pasaros por aquí, por regalarme comentarios y palabras que muchas veces no merezco. Al comienzo de esta aventura, nunca pensé que a nadie le interesara lo que yo puedo escribir, no pensaba que me fuera a leer mucha gente, y a pesar de todo este apoyo, aún sigo publicando sin pensar que al otro lado de la pantalla, alguien pasea la vista por lo que yo torpemente intento dibujar con letras.
Es manido, y se repite hasta la saciedad, pero no deja de ser cierto que sin todos vosotros, sin los que me visitan y no comentan, sin los que dejan una muestra de su paso por aquí, sin los que no les gusta y lo dicen… nada tendría sentido, yo podría escribir claro, pero quedaría totalmente incompleto.
Ya comenté en el balance anterior, cuanto me alegro de haber creado este sitio, cuanto me ha permitido volar, a cuantas personas maravillosas me ha permitido conocer o con cuantas personas que ya conocía, me permite intercambiar opiniones, y es reiterativo, pero no dejo de pensar que aquella noche no estaba equivocada al lanzarme a la blogosfera.
También me gustaría pedir perdón a esa gente que aterriza en el tejado por buscadores y otros medios, y se encuentran con esto, que poco o nada tiene que ver con lo que buscaban, como toda esa gente que llega siguiendo la pista de información sobre Los juegos Olímpicos, sobre guías de Italia, sobre enfermedades nerviosas, me disculpo ante las fans de Anmi Lámar, a las que sólo puedo contarles que me dio mi nombre (nick), incluso pido perdón a esa persona que buscaba tiendas de comida para gatos en Roma, y a esa otra persona que puso en Google la pregunta de que si hacerse la cera en sus partes era malo, y es que uno le pregunta eso al buscador de buscadores, y aparece aquí, dónde yo no puedo arrojar luz a sus dudas…
Han sido 93 entradas, mas de 2.570 comentarios, alrededor de 38.000 visitas, que a mi se me antojan incalculables, y a cambio sólo puedo daros un puñado de papeles rotos, algunas fotos extrañas, versos robados, anhelos de viajes y pensamientos que se me deslizan entre las manos… pero si yo sigo, y estáis ahí, espero que sean muchísimos más, y que pase otro año más sin darme cuenta.
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