miércoles, 21 de diciembre de 2011

Y como cada año…



Aunque ya empiece a sonar a tópico, no soporto la Navidad y cada año me cuesta más aguantar el tirón de las fiestas. Todos los años intento mimetizarme con el ambiente y demás, pero me cuesta bastante estar feliz y contenta porque sea imperativo categórico. Pese a todo, todos los años intento dejar aquí alguna felicitación, buenos deseos y blablablabla… No es que no os desee cosas buenas, pero lo dicho, es que esta imposición de la bondad no va conmigo.
El año pasado me quedó una felicitación entretenida, con alguna pinceladilla de humor autonómico e internacional, y unos gatillos, que nunca están de más aquí. Pero claro, usé todos mis recursos en aquella entrada, y ahora no se me ocurre nada.
Incluso hoy, que está cerca el día de la Lotería de Navidad, caigo en la cuenta de que ni intenté venderos algo este año, como sí hice en otras ocasiones. En mi casa parece que queremos salir de pobres a marchas forzadas, y este año puede que llevemos más décimos que nunca; aunque ya se sabe que este sorteo tiene más de tradición que otra cosa… Pensando en todos esos décimos que mi madre custodia me he acordado de aquél momentazo de “Friends” y me río yo sola al pensar que pudiera pasarnos eso.

Comencé diciendo que no tenía los vídeos chulos del año pasado, al menos chulos a mi criterio, pero os dejo en su lugar a Manuel Lombo cantando en la Catedral de Sevilla uno de mis villancicos favoritos, de hecho, admito que los villancicos, en determinados momentos y bajo determinadas versiones no me parecen tan terribles… La repetición de los peces bebiendo en los centros comerciales me hace tener pensamientos suicidas, no puedo evitarlo.

Si sois como mi amiga Rocío, que no soporta a Lombo, la entrada casi ha terminado para vosotros. Si por el contrario os gusta, pongo aquí otro villancico de propina.





Espero que paséis unos buenos días en compañía de los vuestros, que no gastéis mucho y que comáis y bebáis como si no hubiera un mañana; y no os hagáis muchos propósitos para 2012 que luego cuesta cumplirlos y es una forma tonta de mortificarse, además, diversos signos como los terremotos, los tsunamis y el nuevo disco de Pitingo me hacen pensar que lo mismo no es mentira eso de que se acaba el mundo este año…

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cuando la vida ofrece poco el blog ofrece menos


Estoy hecha una perra, una de esas perras que no actualizan su blog, claro que los cánidos, ni femeninos ni masculinos tienen pulgares o dedos capaces de mecanografiar.
No actualizo por flojera, por falta de una vida y unos pensamientos interesantes y porque a veces me encorseto yo sola. Me gusta pensar que no publico cosas del todo vacías, claro que esto no es la Enciclopedia Británica, ni lo pretende, pero a veces, a la hora de pensar un post me autoexijo que tenga cierta enjundia… Total, una mierda y un círculo vicioso en el que me meto yo sola y que no lleva a ningún lado, o simplemente a que pasen los meses y la madre de Jane y Michael se quede ahí plantada en su canción reivindicativa… A saber que habría cantado la mujer de haber visto proclamado presidente a un sujeto como Mariano…
Tal vez mi vida y mis pensamientos fueran mas interesantes si fuera esa vividora cuasi alcohólica, viajera y escritora que desde hace muchos años quiero ser… Pero con los pies en la tierra, eso no es una profesión, a no ser que seas aristócrata, pero para eso hace años que no salen unas buenas oposiciones. Dándole vueltas a eso me acuerdo de una entrada pelín moñas que publiqué hace ya tiempo; un post que hablaba de como y cuando elegir una profesión.


Es complicado a veces determinar que se quiere ser en la vida, ser en un término laboral, y llegar a ello no es fácil. Le doy vueltas a una preocupación ajena, un amigo con un familiar que anda extraño, con una conducta rara. Me lo cuenta y me parece que todo eso es la consecuencia consciente o inconsciente de un rechazo, de que él rechaza parte de su vida. Tiene una novia que parece la chica perfecta y estudia una carrera que a mí me parece interesante. Su círculo de amigos no anda mal, su familia le quiere… En esta perfección sobre el papel algo debe estar equivocado, algo no cuadra, algo que su familia desconoce y que yo, que no soy psicóloga, no llego a comprender. Es complicado saber que quieres ser, profesionalmente y a todos los niveles. Sigo dándole vueltas a todo y a nada, pienso en lo que me rodea y los que me rodean, y estos días está muy presente Miguel, este Miguel; uno que sí que tiene el blog abandonado, pero claro, su excusa es de órdago. Miguel ya es un escritor publicado, con un libro que tiene portada y páginas, como los libros de verdad, un libro que está en estanterías junto a otros libros, y se vende y se regala… En la entrada que cité antes decía que yo siempre había querido ser escritora, pero que a temprana edad me dijeron que eso no era una profesión. Puede que sea cierto y no lo sea, la profesión de Miguel es otra de hecho. Puede que sí lo sea y esté al alcance de pocos. Puede que simplemente sea una forma de sentir la vida, de contarla y vivirla. Tal vez no sólo es importante saber que se quiere ser a nivel laboral, hay que saber que se quiere ser en otros ámbitos para conseguir un equilibrio y eso es lo que hace que el chico del que hablaba no ande del todo en su centro.
Lo dicho, me gustaría que mis entradas tuvieran cierta enjundia, pero nada puede hacerse cuando el año se acaba y los balances se te empiezan a echar encima. No se puede hablar de algo cuando todo y nada te da vueltas en la cabeza. Es complicado contar cosas interesantes cuando tu último mayor vicio ha sido unirte al fin a la comunidad twittera; más vale tarde que nunca.
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