Ya una vez comenté
como mi infancia transcurrió cerca del
famoso huerto claro y el célebre limonero de don Antonio... Separados por los
años y un muro que aislaba el convento
del palacio vecino y del mundo en general, me gusta pensar que su sol de la infancia
era el mismo que el mío, ese que recorría lentamente la sombría calle Dueñas
intentando alcanzar todos los recovecos con dificultad... Ese que incluso en
verano acariciaba más que abrasaba, como si se volviera especialmente perezoso
en esa calle de la ciudad inusualmente tranquila.
Una pena que no terminara ese poema... La edad o
esta recta final que ante mí se abre, me están devolviendo con caprichosa
frecuencia a ese remoto comienzo, a las cosas que añoro y que parece que
pasaron hace un siglo, o dos... Y poniéndome algo tonta, me dá por pensar que habría sido bello que hablara del incesante
"tacatacatacatacatacatacatacatacatacataca" de las cigüeñas que se alojaban temporalmente
en la casa de los Alba, camino de África o a la vuelta de esta, nunca tuve
claro el recorrido. Era un soniquete que no molestaba pero que invadía las
largas horas de silencio en las aulas, ya que siendo unas niñas tan modositas
como éramos ese tipo de horas se contaban a puñados. Hace poco me he dado cuenta de que extrañaba
esa insignificancia como extraño tantas otras nimiedades... La Olavide está tan
lejos del huerto claro y el limonero como la Luna, y por allí parece que no
acostumbran a detenerse aves trashumantes.
Si a las semanas no muy buenas que llevo se le suma lo poco que se prodiga el sol
últimamente, todos esos recuerdos parecen más lejanos y lacerantes que nunca...
Puede que por eso mismo me alegre mucho
ciertos martes de desandar algunos pasos para volver a ese rincón de la Puerta
Carmona de donde en cierto modo vengo, para recordar quién soy y porqué lo
soy...
Pero lo de volver
tanto la vista atrás es peligroso, se tiende a idealizar lo remoto, se añora lo
que ya no se va a tener y se pierde la perspectiva de buscar un nuevo Sol...
Aunque, maldita sea,
como dijo una vez Eres_mi_cruz merezco vivir en ese palacio, de verdad que me
lo estoy ganando...
6 comentarios:
Escribes estas cosas en un día de tregua...mañana se espera la mundial. Sol para la vida. Sólo el que ama la lluvia disfruta con un día de sol de invierno en esta puñetera tierra...
Kisses
Antonio
Joe Callejonero, que grande eres!!!!
Kiss
seguramente lo fuiste en otra vida, éso está claro...
tú tú tú, sí, tú...
...
...
...
cacho duquesa, que ere una cacho duquesa...
Jajajjajajaja pero ¿que fui? ¿duquesa o cigüeña?
Kiss
!Anda! tu recuerdas las cigüeñas del Palacio de las Dueñas y mi mujer se despertaba con los maitines de las monjas del vecino convento de Santa Paula. Que cosas, yo recuerdo el jaleo de los gorriones en el patio de mi casa en el pueblo.
Un abrazo y un ronroneo del Quillo
Jajajaja luego estudié en el Santa Luisa de Marillac, más cerca de Santa Paula aún... Esas mujeres de vida contemplativa, que dan para mucho.
Kiss y ración doble pal Killo
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