sábado, 4 de enero de 2014

Seis años seis



   Nadie diría que han pasado ya seis años, sobre todo viendo en el estado de abandono en que te tengo, mi querido virtual tejado. Nadie pensaría en las alegrías que me has dado, la gente que me permitiste conocer, las historias absurdas que me dejaste lanzar al viento... Seis años son muchos años aunque no demasiados. En seis años he reído y llorado tanto que faltarían letras para dar testimonio aquí, aunque alguno hay... En seis años he cambiado para bien y para mal, no hasta el punto de no reconocerme, pero si hasta el de apreciar un contraste. En seis años de juntar, retorcer y exprimir palabras he aprendido mucho, de mí, de los demás... Seis años de caminos con y sin rumbo, de aulas en Alcosa, de aulas en la Olavide, de sueños, de insomnios y de retornos a esos lugares comunes que me arrepiento de haber abandonado cuando me doy cuenta de que lo he hecho. He dicho tantas veces en esos seis años que no te abandonaría que parezco una amante infiel; he dicho tanto en estos seis años que no te dejaría morir que parezco una mala enfermera... Pero yo soy esa, la que no quiere dejarte, la que se niega a que mueras porque me has dado mucho para permitir eso; ya sabes que no me gusta ir dejando escombros de mí misma por esos mundos de Dios... Por eso mis promesas cumplidas a medias tienen una intención sincera, aunque no las acabe llevando a buen puerto.
   Hace seis años te creé porque tenía una extraña necesidad de escribir; hoy te mentiría si dijera que la sigo teniendo y eso es lo peor de todo; no debería haber perdido eso pero obligaciones de otro tipo me hicieron canalizar mis letras de otra forma y tu, fiel y callado, dejaste que siguiera por otros derroteros.
   A pesar de todo sigo siendo yo, la que disfrutaba haciendo una entrada chorra sobre un desayuno, un viaje o una noche de poco y mal sueño. Me gustaría tanto retomar eso...
   En este 2014  que acabamos de estrenar será la primera vez en que vaya a bordo de un barco más de 12 horas, y me encantaría que en mi primer crucero ocurriera algo como esto:


 Cualquier situación surreal de este tipo, aunque no llegara al delirio de los Hermanos Marx sería algo que no me permitiría no referir aquí, aunque no prometo nada, si no lo hago no incumpliré nada.
   Este año será intenso, el último de la carrera, el de la Graduación y quien sabe cuántas cosas más, y no me gustaría vivir todo eso sin la sensación de saber que tengo una ventana mía, de nadie más, donde puedo compartir lo que acontezca aunque no sea muy interesante, muy lógico o muy leído...
 Y después, quién sabe dónde iremos a parar los dos, han sido muchas las incertidumbres que se me fueron derramando por aquí y ahora parece que esto fue el cuaderno de navegación de un barco que a pesar de todo sí que tenía un rumbo... Me leo y no me reconozco, o tal vez sí, como si no hubiera escrito yo pero si alguien cercano; y es que llevo un rato releyendo entradas antiguas y es como un reencuentro con antiguas amigas.
   En 218 entradas se compusieron retales de un puñado de años, en incontables comentarios recibí muchas cosas.

  Gracias por estos años e incluso gracias por los que vendrán, mi polvoriento virtual tejado.
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