No sé si algunos tendrán paciencia o tiempo para ver los vídeos, o si alguno vio en su día el programa, pero lo quería colgar porque creo que explica mejor de lo que lo haría yo esta entrada.
Sé que desde pequeña me ocurre esto, incluso me atrevería a decir que en aquél tiempo me ocurría con más intensidad, imagino que una mente infantil está más dispuesta a dejarse llevar. Muchas veces lo comenté, y además de conseguir algunas risas, pensando que era otra ocurrencia de las mías, nadie parecía compartir esa rara sensación de colores que acompañaba a las palabras en mi mente, sobre todo a los números y los nombres propios; algo que resultó deberse a mi cerebro sinestésico. Por lo que he visto en el vídeo, lo mío no tiene tanto alcance como en otras personas, pero sí que encuentro muchas características de las que se describen en mí misma.
Realmente todos poseemos esa capacidad de asociación, todo el mundo podría decir si un número es de tal o cual color, la textura que se asocia a determinados olores, la forma de una melodía, etc. Pero la espontaneidad, el que surja, que no lo tengas que pensar para que tu cerebro se llene de colores con determinadas cosas, como me pasa a mí, es lo que lo hace ser sinestésia. Y no sólo colores, gustos, olores, formas táctiles… yo no llego a tanto la verdad, aunque no me quejo, la sinestesia generalmente, si es muy fuerte, si entrelaza demasiados sentidos puede provocar algunas descoordinaciones, y eso ya es lo que me faltaba…
Muchos artistas han sido sinestésicos, modestamente no aspiro a esa grandeza, pero sí es cierto que el entender ahora porqué para mí el cuatro siempre ha sido azul, la palabra escalera marrón, o mi propio nombre, Mercedes, es blanco, me hace como más confiada, como si al fin descubriera que no era alguna neura de las mías y todo correspondiera al fin a una explicación basada en las neuronas espejo. Lo de los colores asociados a veces trae algún problema menor. Si dos nombres propios o apellidos poseen el mismo color es probable que los confunda, como me ocurre con Jorge y Sergio, ambos color sepia… Si es una cifra, peor… Aunque con los años intento prestar atención para que esto no me pase… Redondeando la paranoia, la diferencia la establece el matiz del color. Jorge es un tono más oscuro que el color sepia de Sergio, vamos, una locura en realidad.
Tal vez a muchos os pasa y nunca os parasteis a pensarlo, al fin y al cabo, dicen que uno nunca acaba de conocer a las personas ¿por qué iba a ser diferente con uno mismo?
Y a todo esto, sigo asombrándome de cómo alguien tan erudito como Punset, ha acabado anunciando pan de molde en un spot tan surreal como aquél de José Coronado comentando con tres tías que había en su cocina, así como quien no quiere la cosa, su regularidad a la hora de hacer aguas mayores… Qué mundo este…