Audrey hace años me introdujo este concepto, el de los días rojos. Es incómodo un día así, no te sientes mal pero no te sientes bien, hay algo que no acaba de encajar y te va carcomiendo como un pequeño parásito que va minando tu ánimo. Tal vez este símil se me ha ocurrido porque hace poco sentí como un débil veneno se introducía en mi organismo y sinceramente, no es poético el asunto…
Volviendo a los días rojos, para combatirlos habría que buscar algo, una joyería lujosa siquiera, un lugar confortable que aporte la seguridad o el bienestar. Pero la película termina donde termina y no sabemos si la protagonista llegó a establecer un hogar con Paul, bautizar al gato, lograr el equilibrio… Por tanto no sé si se puede acabar con días tan terribles como estos, la única constancia que tengo es que los días rojos existen, vaya si existen…
martes, 16 de julio de 2013
Desayuno con diamantes -- Días rojos
lunes, 1 de julio de 2013
“La guapa de Cai”
Una vez más ha
llegado el fatídico día, este año más conmemorativo que otros pues también es
el día de la semana en que nací, lunes. Pero ya a estas alturas no puedo
quejarme más de lo poco que me gusta cumplir años, de cuanto odio lo que
establecen los calendarios… Bien mirado podría empezar a fijarme más en esta
gran mujer, que se quitaba años a puñados, podría ir descontándome dos ahora, y
a medida que cumpliera irme restando algunos más…
Pero mi auténtico
reto a la edad que cumplo, a esta edad de juventud alargada, de universidad
tardía y de no aparentar lo que dice en mi DNI, mi reto es aprenderme esto para
poderlo cantar en esos momentos de embriaguez
en que el histrionismo se dispara.
Tarea tengo, hay
letra para parar dos barcos…
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