jueves, 28 de mayo de 2009

Y entonces me encontré… II


Ya sabéis que me gusta encontrarme cosas por la ciudad, pero como estos encuentros son casuales, no siempre se puede prever, aunque por suerte soy persona de cámara en ristre.

Me gustaba la idea de tener un parque cerca de casa, sobre todo porque el ahora parque y parking antes era “el descampao” del barrio, y lo otro tiene un poquito de más caché. Me encantó la idea de que pusieran en él lagos artificiales, pero no sé como fui tan ilusa de no imaginar que ocurriría esto.



Para quien no lo aprecie bien, o esté algo extrañado, si, es un sofá, de hecho es bastante grande, y la casa más cercana estará a unos 500 metros como poco. La verdad es que se me da fatal calcular distancias pero vamos, que les ha tenido que costar lo suyo llevarlo hasta allí y luego tirarlo…

Por otro lado, camino de la Feria del Libro, en la confluencia de la Avenida de la Constitución con Fernández y González, junto a Filella, escuché bulerías, y muy bien cantadas además. Allí estaban, a las seis de la tarde, rodeados en su mayoría por turistas, nacionales y extranjeros, demostrando que a esa hora también se puede ser muy flamenco. Habrá quien piense que estaba hecho con la intención de aprovechar el paso de turistas; pues seguramente sí, porque en su mayoría esta ciudad vive de eso, pero lo cortés no quita lo valiente, y sea cual fuere la intención, a mí me encantó el ratito de cante y baile que nos ofrecieron. El grupo se llama Son de Afuera, y es literal, puesto que la bailaora era italiana y el guitarrista francés; el chico que cantaba portuense, y el de la caja no lo sé, aunque imagino que de alguna parte de Andalucía.




Y resultó que a la semana siguiente, volví a la Feria del Libro. Esta vez no encontré cantes, ni bailes. Encontré a la Dama del nombre más sevillano. Con ella llegó El Rock de la Calle Feria, recuerdos de un tiempo que no viví y una dedicatoria inesperada en un libro regalado.


Muchas gracias a Reyes, a Marina y por supuesto a Paco.

lunes, 25 de mayo de 2009

Aniversario


Tal día como hoy, se publicaba en un blog vecino una crónica muy especial.
Ya he comentado alguna vez, que cuando comencé a escribir en este tejado virtual, nunca esperé que me leyera mucha gente; bueno, en realidad no esperaba eso, no esperaba conocer personas como las que me encontré, no imaginaba que amigos míos se lanzarían también a la aventura de tener su blog…
Como ya he dicho, publicose hace un año, la crónica de algo que había sucedido dos días atrás. Fue algo casi sin planteamiento formal, como surgen las cosas buenas, con mitad de improvisación y mitad de sorpresa. Fue en ese trozo de adoquines que la ciudad reserva para aquellos que saben todo lo que implica la calle de la Feria, entre Monte Sión y la Plaza de los Carros, en Vizcaíno, “ahí es ná”. Allí muchos por primera vez se pusieron cara. A Mer, el Andréu o su legítima ya se la tenía yo muy puesta y muy vista, pero allí pude conocer a Luz de gas, al Aguaó, a Du Guesclin, incluso a Ainoha y su Señoría, algo retirados ya de estas lides. Fue, como rezan los escritos de ”El del cántaro”, una procesión con estaciones, rematadas con cierre en La Pasión. Fue increíble conocer a quienes estaban tras nicks y avatares, fue genial compartir horas con ellos.
Por otro lado, sería injusto ahora, no referir a los que conocí después, pues no por ello son menos importantes. Recuerdo la noche en que conocí a Sevillana, y a alguien que no es bloguero pero no por ello menos importante, el marido de Luz de gas. La tarde de café y confidencias con la Dama del nombre más sevillano. No podré olvidar la noche “alfalfeña” en que conocí al Callejón de los Negros, Orfila, Eduard, el Pregonero y su familia; o esa increíble noche, en que el Atlántico se hizo charco, y llegó América a nosotros, a la vez que yo al fin conocí a Zapateiro, a Ana… Compartimos vino y croquetas, también conocí a María Azahar y Duende del Sur. Y entrando en Cuaresma llegó una noche de Vía Crucis y Garlochí, cuando conocí a Moe de Triana. Tampoco puedo olvidar, que antes de eso, una noche de Feria, en esa caseta que es Giralda y Maestranza, había conocido a Manolo Navarro, el fotógrafo, y hace un mes y medio o así, en la Calle Feria otra vez, esperando a la Macarena conocí al bloguero que toma por nombre el de esa calle.
Lo dicho, son personas increíbles, maravillosas, únicas, cada uno en su estilo y a su manera.
Por eso hoy, que el mundo parece un sitio un poco más amable, he recordado que a veces esto se produce por gente como ellos. Podría enlazarlos a todos en este texto, pero ¿qué queréis? Soy algo floja, y podéis encontrarlos por aquí. Están en la columna de la derecha, están en cientos de comentarios, están en fotos, velados en frases y comentarios que les dedico… Están en correos y llamadas, en el maldito tuenti y en encuentros, a veces más esporádicos de lo que me gustaría, pero puedo asegurar que muchos de ellos, están ahí siempre.
Y en próximas entradas… más encuentros.

viernes, 22 de mayo de 2009

Cerrado por locura transitoria



“Ella no escribía para ser publicada, escribía para construirse a sí misma” Me pareció interesante, y vanidosamente, pensé que tal vez me parecía algo a ella.
Anoche me dormía con la noticia de que felices y divertidos unos astronautas habían brindado con su propia orina reciclada en agua…
En un programa de televisión alguien ignoraba quien escribió y cantó “Te recuerdo Amanda”.

No lo puedo evitar, se me instala el Walking Around de Neruda en el alma y me canso… Me canso de oír mi nombre, me canso de escuchar, y hablar… Me cansa quejarme y no me gusta.
Recuerdo a Amanda y a Víctor Jara, bebo agua filtrada y me pondré a Sabina en vena, mientras dura el reseteo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Terminología hispalense


Ya en alguna ocasión, hablando de bares y vidrios (que me parece un gran tema por otra parte) reivindiqué el uso de una palabra muy nuestra y muy sevillana, y no hablo de “miarma” ni nada de eso, sino de la ilegal “botellona”. Es bastante lógico el uso de esta palabra, más que la opción de “botellón”, puesto que la botella, origen del término, es femenina. Esta forma, según he podido averiguar, no sólo se usa en la capital, se emplea en la provincia y en parte de Andalucía occidental hasta dónde sé. Pero me quedo en la provincia, y con este cartel captado en Carmona, que refleja la aceptación del término por parte de las autoridades, aunque la ley, por ejemplo, se llame “Ley antibotellón”.
En fin, esta disertación lingüística me acerca más a conseguir el sillón r minúscula de la Real Academia, por ejemplo….


No, si cuando digo que el blog está en declive es por algo….

sábado, 9 de mayo de 2009

Me había olvidado…


No quería echar la culpa a nadie, no quería echarle la culpa a nada. La inspiración son rachas, las ganas vienen y van… Las musas son más caprichosas que las ganas, y el talento… ay! el talento…
Quizás eran los últimos acontecimientos, las necesidades del servicio, el ritmo que se impone sólo, yo misma y mi pobre cabecita loca… No sé explicarlo exactamente, pero a veces, te metes en un ritmo, y escribir se convierte en mecánico, tiene trazas, esquemas, líneas… Cosa que no está mal, pero alguien como yo, que hace casi todo en la vida a golpe de impulso, no se acababa de encontrar del todo a gusto, como un hombre de campo con traje…
Me había olvidado de escribir por el placer de hacerlo; la facilidad de que fluyan miles de letras, que se unen para hablar de nada… Había olvidado que me gusta llenar espacios, enfrentarme al folio en blanco, aunque sea algo virtual, y cada vez menos de papel; enfrentarme con intriga y vértigo, no mordiéndome el labio… Me gusta divagar, que las horas se me pasen volando a ritmo de tecleo, creer que creo, no de fe sino de creación.
He reparado hoy en eso, en el escribir por el simple placer de hacerlo, y en que últimamente no es exactamente lo que hago… Pero sólo he caído en la cuenta; desconozco si ahora las musas correrán en mi auxilio, si cada adoquín me contará una historia o si las noches dejarán de ser tan extremadamente largas… No lo sé ni puedo saberlo, pero al menos, hoy recordé porqué me gusta juntar letras, o simplemente es que hoy, al fin, volvió a llover.

domingo, 3 de mayo de 2009

“Días señalaítos”



Lo cantaba Raimundo Amador: “Cuando llegan los días señalaítos…” en esos días todos somos buenos, los gitanos, las madres, los enamorados… A mí no me gustan mucho esos días, menos cuando ciertas multinacionales o nacionales, se meten en el aspecto consumista. No me gustan igual que no me gusta la sopa, pero a veces recuerdo que no soy capaz de que todos los días sean completos, de que todos los días sean Navidad, fiestas de guardar y día de la Marmota; aunque por otro lado, esto sólo es un cúmulo de vaguedades para poner algo que estaba deseando. El que es realmente mi favorito no he podido encontrarlo aún en la red de redes, pero este también me gusta bastante.
Feliz día del seudónimo.

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