Aunque ya empiece a sonar a tópico, no soporto la Navidad y cada año me cuesta más aguantar el tirón de las fiestas. Todos los años intento mimetizarme con el ambiente y demás, pero me cuesta bastante estar feliz y contenta porque sea imperativo categórico. Pese a todo, todos los años intento dejar aquí alguna felicitación, buenos deseos y blablablabla… No es que no os desee cosas buenas, pero lo dicho, es que esta imposición de la bondad no va conmigo.
El año pasado me quedó una felicitación entretenida, con alguna pinceladilla de humor autonómico e internacional, y unos gatillos, que nunca están de más aquí. Pero claro, usé todos mis recursos en aquella entrada, y ahora no se me ocurre nada.
Incluso hoy, que está cerca el día de la Lotería de Navidad, caigo en la cuenta de que ni intenté venderos algo este año, como sí hice en otras ocasiones. En mi casa parece que queremos salir de pobres a marchas forzadas, y este año puede que llevemos más décimos que nunca; aunque ya se sabe que este sorteo tiene más de tradición que otra cosa… Pensando en todos esos décimos que mi madre custodia me he acordado de aquél momentazo de “Friends” y me río yo sola al pensar que pudiera pasarnos eso.
Comencé diciendo que no tenía los vídeos chulos del año pasado, al menos chulos a mi criterio, pero os dejo en su lugar a Manuel Lombo cantando en la Catedral de Sevilla uno de mis villancicos favoritos, de hecho, admito que los villancicos, en determinados momentos y bajo determinadas versiones no me parecen tan terribles… La repetición de los peces bebiendo en los centros comerciales me hace tener pensamientos suicidas, no puedo evitarlo.
Si sois como mi amiga Rocío, que no soporta a Lombo, la entrada casi ha terminado para vosotros. Si por el contrario os gusta, pongo aquí otro villancico de propina.
Espero que paséis unos buenos días en compañía de los vuestros, que no gastéis mucho y que comáis y bebáis como si no hubiera un mañana; y no os hagáis muchos propósitos para 2012 que luego cuesta cumplirlos y es una forma tonta de mortificarse, además, diversos signos como los terremotos, los tsunamis y el nuevo disco de Pitingo me hacen pensar que lo mismo no es mentira eso de que se acaba el mundo este año…