domingo, 18 de mayo de 2008

Viaje a Italia III


Llovía a mares, llovía de una forma preciosa, porque todo en Roma es bello, pero creo que fue la mojá más grande de mi vida.
Según los entendidos en la materia, cuando uno está de viaje, puede padecer un síndrome que vulgarmente se llama “el síndrome de querer verlo todo”, y servidora asegura que tal cosa existe.
Cruzamos un paso de peatones, al otro lado de la calle había un coche de policía; caminamos por la acera, acabábamos de pasar la frontera, estábamos en el Estado más pequeño del mundo. La cola era interminable, daba casi tres veces la vuelta a la Plaza. La lluvia se reía de nuestro paraguas y las ventanas de los aposentos de Ratzinger estaban iluminadas. No es que yo sea una entendida en aposentos Vaticanos, pero como todos recordábamos esas imágenes de esas ventanas cuando la muerte de Juan Pablo II…
Algo que no he comentado hasta ahora es que en aquel tiempo aún llevaba ortodoncia, y los problemas que esta me causaba en los arcos de seguridad. Acostumbrada a los cacheos en el aeropuerto, cuando el detector de metales encendió las señales de “Terrorista internacional” suspiré viendo al guardia suizo acercarse a mí. En mi pobre italiano le expliqué que era el aparato… Siempre lo explicaba pero nunca me libraba del cacheo. En esta ocasión fue diferente, debió entender la angustia que de por sí me causaba la ortodoncia, o simplemente tendría mejores cosas que hacer; uno no lleva un uniforme tan total para luego tener que rebajarse a según que cosas. Siguiendo con mis ristras de detalles absurdos, no siempre tuve tanta pinta de española como algunos italianos creían. Estaba dentro de la Basílica, y quería hacerle una foto a mi amiga, pero en medio había un niño que no se quitaba. En mi italiano macarrónico apelaba al niño que se apartara, y el infante no me hacía ni caso, hasta que su madre, una mujer que estaba a mi lado le dijo:

-Pepe, ¿te quieres quitar de ahí que la muchacha quiere hacer una foto?- y es que tal vez los españoles no nos reconozcamos tan bien entre nosotros…
El día continuó, lluvioso y agotador. El agua nos dio una tregua en la Fontana de Trevi… Eché tantas monedas… primero para tener una foto medio en condiciones, y luego porque todas me caían fuera; ya ni recuerdo si algún deseo se ha cumplido, ya no me acuerdo de que pedí. Principalmente se dice que vuelves a la ciudad, y como mi vuelta esta cercana imagino que alguna caería dentro.
Y luego el agua, los autobuses, Piazza Navona, La Boca de la Verdad, El Coliseo, Piazza del Popolo, Castillo de San Miguel… y tantas cosas… El síndrome de querer verlo todo nos estaba devorando, se apoderaba de nosotras más que el frío, más que esa humedad que sentía en mis huesos… Al día siguiente abandonaría esa ciudad para seguir mi aventura italiana, sabiendo que debería volver para poder tomarme un Tartufo en la Piaza Navona con el maldito síndrome y un tiempo más apetecible.

Roma Termini me vio partir, otra vez en un tren, otra vez la maldita pernotazione me hizo ir en el pasillo, aunque esta vez el viaje era mas corto… Un volcán dormido se podía ver desde la ventana, todos nos advertían de aquella ciudad, de su encanto y sus peligros… Nápoles.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha hecho gracia el detalle del niño :D Mis padres hicieron una ruta por Italia de viaje de novios, y mi hermana hizo un crucero que paraba en Roma, Florencia y Nápoles... y todos coinciden en que les advertían de los peligros de esa ciudad, madre mia...

Besos!!!

Juan Duque Oliva dijo...

Eso le pasa a cualquiera el querer verlo todo y es hasta divertido, más en una ciudad con tantas cosas como Roma.
Lo que es una pena es que no te cachearan, una pena.

Que buen viaje yo tengo muchas ganas de ir a Florencia en la película de El silencio de los corderos II ó III sale preciosa.

Gracias por compartir tu viaje con nosostros.

Besos

Sergio dijo...

Es como si hubiera estado allí... Escuchando a la madre de Pepe, viendo al guarda, sintiendo la lluvia. Qué bonito es viajar, aunque mejor si se sale de casa, no tan sólo imaginando. En breve espero hacerlo. ¡Besos!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Me he paseado contigo por Italia, incluso me he mojado. También he visto a Pepe y lo he querido apartar. He viajado sin moverme de mi silla, bonita forma de ver otros paisajes.
Gracias por compartirlo.
Besicos

Glory dijo...

que bonita debe de ser! en principio iba a ir este verano, pero me da que nada de nada, ays! a ver si en un futuro no muy lejano!

besos

Necio Hutopo dijo...

Pues a mi cuando viajo me da otro síndrome, el del Jamaicon para ser más precisos...

Anónimo dijo...

¡Ya era hora! que no sabia como continuaba el viaje. LLevo tiempo esperando la continuación.
Por cierto, vuelves? No me has dicho nada.
Besitos
La de los apellidos.

Nosotras mismas dijo...

Hola,

Tienes un premio por continuar la historia.

Gracias y besos.

Herodes Antipas dijo...

Que buen viaje... con lo chiquito que soy, podias haberme llevado a escondidas.

Un besazo, me ha encantado.

Herodes Antipas dijo...

AHm y saludos a Pepe...

La gata Roma dijo...

Me alegra ver esta participación para ser lunes, cuando nadie tiene ganas de nada, o al menos yo no las tengo…

Señor Oscuro, la fama en parte es bastante merecida, aunque a veces eclipsa lo bueno que tiene esa ciudad.
Lúz de gas, nada de pena, que vergüenza que pasaba yo cuando todos los policías se me echaban encima, con la cara de buena que yo tengo, no me lo merecía y menos en la Santa Sede, jejeje De todas formas en mi familia es habitual, alguna vez contaré los caacheos de mi hermano, que a él siempre le toca aunque el detector no suene. A Florencia también fui, pero eso será en otro capítulo.
Sergion, espero que pronto viajes de verdad, y lo más importante, que lo cuentes.
Nani, la verdad es que no sé hasta que punto tengo la capacidad de trasladaros a otro sitio, eso era más de B. Pérez Galdós, pero si tu lo dices, me alegro.
Preciosa Glory, a veces indescriptible… Espero que pronto puedas ir; piensa que el low cost nos deja mas cerquita estas cosas.
Mario, a ver si me explicas ese síndrome que no caigo, claro, si es que con tanto examen me voy a quedar más tonta de cómo estaba…
Señora de preciosos apellidos, que bueno verla por aquí. Imaginaba que andabas esperando un capítulo más. La verdad es que si te animas a crearte un blog podrías contar tu viaje, porque es digno de ser contado… Sobre mi vuelta, si lo hago bien, este verano piso Roma dos veces, una en plan histórico-artístico (ya te contaré que ese viaje es de nivel) y otra más breve con unos amigos. El primer viaje es en Agosto y el otro aún no lo sé; ya te voy contando.
Nosotras mismas, muchas gracias, luego lo pongo por aquí. Desde luego al final en vez del caos esto va a parecer una zapatería de la 5ª Avenida, porque tienen pinta de “Manolos” y todo.
Herodes, yo no sé si cabes por cualquier lado, sobre todo con ese sillón… Pero vamos, te recomiendo que le eches un ojo a Febrero y Marzo, dónde están los primeros trozos del viaje… No te lo recomiendo por interés o calidad sino porque este viaje no estaría dispuesto a repetirlo cualquiera…

Kisses a todos

Joana dijo...

A mi me pasó algo parecido este verano en Ginebra, le pedí a una mujer si nos podía hacer una foto, yo esforzándome con mi francés un tanto oxidado y va le dice al marido, Paco! hazles tu la foto a estas chicas. Cuando vuelves de un viaje, necesitaríamos una estancia en un balneario para recuperarnos

Juan Duque Oliva dijo...

Seguro que a tu hermano le metieron mano, menuo tienen que ser.
Estaremos pendientes de lo de Florencia que me interesa muchísimo

Besos, no me extraña que se te tiraran encima

Ego dijo...

Mi querido jefe también acaba de regresar de Roma. Lo cual es negativo, porque ha regresado, y vuelve a ser un jefe y no un novio borracho que se iba a coger dos semanas de libranza.
Mi querida L. también marcha a Roma, pero por motivos de trabajo. Su tesis la espera allí, es una consecuencia más de ser del Opus Dei. L. es meapilas, pero es buena gente. Y, si eso implica tener casa en Roma, bien viene.
Ya te contaré mi ruta.
Enhorabuena por la tuya!
Un (b)eso!

María_azahar dijo...

¡Oh la Guardia Svizzera!...qué recuerdos me traen estas imágenes; disfruté muchísimo mi estancia en Italia. El Vaticano es impresionante y eso que enseñan sólo una mínima parte -algún día tengo que volver y me encantaría conocer su Biblioteca. Por cierto, eso de que yo sea la Reina Mora parece que no lo llevan tampoco muy bien, pues en el aeropuerto de Roma- Fiumicino me hicieron enseñarlo "tutto" y casi me rompen hasta recuerdos que traía en una bolsa de la fábrica de Murano de Venecia buscando "qualcosa". Me verían cara de integrista o algo así, digo yo...

Ciao, bella!

Gittana dijo...

Viajar, viajar, viajar... hace tanto tiempo....

aiNOha dijo...

Ainsss , que me encanta Italia!!!
Tengo unas ganas de pegarme una escapadita... =(
Gracias a ti he estao paseando hoy por alli, aunque solo haya sio un ratito jejejjeejeje

un besaso gata!!!!!
Guapa!!!

Anónimo dijo...

Querida gata, de mi primer viaje a Italia sabes cosas que te he contado, pero lo que no te he contado ha sido del segundo viaje.

Cuando te vea te contaré mi aventura con los guardias suizos, y sobre todo mi vuelta en avión, que más vale no contarla aquí para no asustar a nadie, pero no tiene desperdicios.

Un beso,

La de los apellidos

el aguaó dijo...

Lo primero, querida Gata, felicitarte por esta guía de episodios de tu viaje a Italia. Me está encantando.

Lo segundo, me querido parar más porque es Roma. Si tengo grabado a fuego una ciudad que no sea española, esa es la Ciudad Eterna.

Estuve en Roma ocho días, en los cuales ese síndrome que tan bien describes, se apoderó de nosotros, con ese ansia de verlo todo. Cada rincón y cada monumento. En ocho días que estuve allí, me faltaron muchas cosas por ver.

Recuerdo que nos llovió un día sí y otro no. Era de locos. Cuando llegamos llovía. Al día siguiente el cielo amaneció totalmente despejado y azotando con un sol despiadado. Un sol de justicia. Pero al día siguiente llovió. Era una quiniela.

Cuando subí a la inmensa cúpula de San Pedro del Vaticano, llovía y arreciaba un fuerte aire que me hizo contemplar Roma con un tono gris. Bellísima, porque, como bien has dicho, todo era bello aunque el paraguas se volviese, el aire no te dejara abrir los ojos bien y el frío calara hasta las costillas.

Si vas a volver, y puedes, permanece varios días, pues merece la pena perderse por sus entrañas menos conocidas, conocer sus rincones y degustar su gente.

En cuanto a cosas que ver, la Galería Borghese, entre tantos tesoros que tiene Roma. ¿Por qué?, porque allí sufrí el Síndrome de Stendhal ante El Rapto de Proserpina.

Un fuerte beso querida Gata.

Unknown dijo...

Nunca he estado en la Ciudad Eterna, aunque es uno de los viajes que tengo que previsto hacer, ya que siempre me ha fascinado.

De momento, quedaré a la espera del viaje a Florencia, en el que podrá hablar con mas autoridad, ya que estuve en Noviembre.

Saludos.

La gata Roma dijo...

Buenas noches a los nuevos, a los de siempre, a los que entran y no comentan, a los anónimos reconocidos y a los publicistas de CocaCola, porque este comentario tiene el matíz, no sé porqué.

Es cierto Joana, cuando volví me pasé un día durmiendo… Una paliza auténtica.
Lúz de gas, no suelo viajar mucho con mi hermano pero siempre me cuenta que lo cachean. El que más le impactó a él y a mi si que lo presencié, fué volviendo a España desde Londres y le metieron mano of course… Y por lo demás, exageradillo eres jajaja Hay muchos en los controles deseando ganarse una condecoración por capturar integristas con tremendos planes de… ¿traer souvenires? Ni idea, lo de la ortodoncia es que era fatal en todos los sentidos…
Ego, yo regresé hace ya un par de años pero en fin, tu tienes muy claro para que sirve un blog, lo pone en tu perfil, jejeje Quien tiene un amigo tiene un tesoro, y si el amigo tiene una casa en Roma, tienes una quiniela de 14… Que lindo y desinteresado me ha quedado esto…
María azahar, eso pasa en muchos sitios… El Museo Británico sería para ir cinco horas durante 100 días como poco, y si te dejan la biblioteca… En fin, como me lea algún amiguito de los detectores de metales estoy haciendo amigos a todo trapo, pero bueno, ya te contaré cuando volvía y casi me abren las cajas de pandoro…
Gitana, además de recordar, que es un gran ejercicio, hay que repetir…
Ainoha, la escapadita en cuanto puedas… Yo te puedo regalar algún paseillo pero de este modo solamente, una pena ciertamente.
“Mata mas gente el tabaco que los aviones y he perdido el miedo a volar” decía la canción mi querida Anónima de preciosos apellidos.. No fumo pero no te creas que los aviones me dan respeto. Lo dicho, te debes crear un blog, además de que me lo cuentes a mi en persona.
Aguaó, felicidades pocas que esto es el caos puro en otro país, y ni te imaginas la de cosas que faltan y que me estoy guardando…Yo fui en Diciembre así que o frío o agua o todo a la vez. Por lo demás, como mínimo vuelvo este Agosto una semanita larga y con un historiador entre otros insignes acompañantes, así que pinta bien la cosa… Obras de arte a un lado, siempre me ha fascinado el mito de Perséfone, o Proserpina, claro.
Pues nada Du, no tengo ni idea de cuando lo colgaré la verdad; ya sabes, el caos. La visita a Roma es algo que hay que hacer más de una vez en la vida. Personalmente a Florencia también tengo que volver, en fin, mi lista de cosas pendientes es mas larga que mi brazo…

Por cierto Mario, ya me paseé por la enciclopedia libre, y el síndrome del “Jamaicón” es algo muy hispalense. A mi no me pasa tanto pero más de uno y una que yo conozco…

Kisses

el aguaó dijo...

El mito es genial, pero la forma de plasmarlo de Gian Lorenzo Bernini incluso llega a acojonar: impresionante.

Un beso.

Doria dijo...

Pasé un fin de año en Roma y vi los muebles y cosas viejas que lanzan a la calle y comí las lentejas tradicionales, magnífica la carbonara. Especatcular la iluminación interior de San Pedro, la Capilla Sixtina, etc.
La calle de la Espiga estaba a tope de gente, allí fuí acosado insistentemente por una señora enjuta, cubierta de mantoncillo negro que amamantaba a un bebé, hacía un frio que pelaba, con una mano no hacía más que tirarme de la solapa del abrigo con gesto de pena pidiendo, toda mi atención se centraba en quitarmela de encima como fuese, pero cual mi sorpresa cuando descubrí que; ¡¡¡me estaba metiendo la otra mano en el bolsillo para sisarme la cartera!! Pensé, ¿cómo es posible? ¿Con esta mano debe llevar al bebé? ¡Qué vá! ¡¡El bebé lo llevaba colgado!!
Gracias por dejarme entrar
Doria

Juan Duque Oliva dijo...

Doria, que fuerte lo de la "señora" es un poco la "señora" del Mercadona

Gata ¿La ortodoncia porque pitaba en todos los controles? Que barbaridad.

Besos

La gata Roma dijo...

Aguaó, Bernini…
Doria, muchas gracias por entrar, y sobre todo por el comentario. La picaresca de ese país no tiene nada que envidiar a la nuestra… Luego me paso por tu blog, aunque te he visto dos, luego investigo; espero verte más por aquí.
Lúz de gas, era terrible porque pitaba y por todo lo antiestético… Tengo un increíble repertorio de fotos serias porque me negaba a abrir la boca; y si te quieres reir del todo, cuando me la quitaron, bien por el trauma, bien por el carácter, no sabía sonreir… En fin, hoy en día tengo algo más pulido eso.

Kisses

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