Reconozco que después de todo lo pasado a esas alturas de viaje, algo de respeto le tenía a Nápoles. Por eso mismo no fue exactamente una locura bajar, dudo que a mi se me hubiese ocurrido semejante cosa, pero teníamos dos amigas allí que querían enseñarnos la ciudad. Eso era tranquilizador.
Todo lo vivido hasta entonces se magnificó en Nápoles. El caótico tráfico italiano era el triple de caótico allí. Esa linda costumbre de no pagar en los autobuses allí era cotidiana, como la de subir y bajar por cualquier puerta. Casi recordaba más a una ciudad sudamericana en el ajetreo y el carácter ciudadano. Recuerdo que nuestras amigas se reían de mí cariñosamente con preguntas y sugerencias que allí resultaban absurdas tipo: ¿Por qué no paran si el semáforo esta rojo? o ¿podemos subir al bus por la puerta de atrás? Pero en un día te puedes acostumbrar. Solo hay que buscar la técnica para cruzar, como que una amiga se adelantaba, y ante el atropello inminente algunos piadosos napolitanos deceleraban un poco (frenar nunca) para que corriésemos al otro lado de la calle.
La influencia española se deja ver aún, ya no solo en la picaresca, sino en nombres como la famosa calle Vía Medina, que además, allí Medina también es un apellido. Casi tuve un espejismo, cuando después de comer el calzzone más bueno que jamás probé en la típica trattoria con mantelitos de cuadros rojos, mis amigas dijeron que nos iban a llevar a Gambrinus. En aquel tiempo no era yo muy cervecera, pero me hacía ilusión tomar una Cruzcampo, aunque se me hacía raro que fuera después de comer. Evidentemente me estaba equivocando. Allí Gambrinus es una pastelería que podría ser un poco La Campana de aquí. Y para todo el que alguna vez leyendo esto lo pensó, llegados a este punto me veo en la obligación de revelarle algo; ese gran dulce que es la napolitana, no existe en Nápoles. Allí como mucho te darían una pizza típica napolitana con mucho salami… De todas formas, aún sin napolitanas, allí la repostería me ganó totalmente con un dulce que siempre recordaré, el baba. El baba es un bizcocho de chocolate bañado en ron. Para cualquiera que me conozca habrá observado que en este dulce típico navideño se unen varias de mis grandes pasiones. Además, podríamos pensar que de ron tenía el regusto… para nada, aquello no estaba rebajado lo más mínimo; mas que nada porque después de comérnoslo nos dio una risa tonta que nos duró hasta subir al tren. Si, aquél mismo día subimos al tren, por la tarde-noche, rumbo a Florencia. Tras unos cuantos viajes sin pernotar un maldito asiento, incluyendo la fatídica noche camino de Roma, andábamos algo mosqueadas ya con Trenitalia, que para nuestro destino florentino sólo nos dejaban dos opciones, pasillo o primera clase. Mi amiga y yo nos miramos una micra de segundo, ambas recordábamos esos trayectos sentadas en la maleta… Primera clase, asientos inmensos de terciopelo rojo, camareras repartiéndote tontadas todo el rato, periódicos a elegir… Entre aquello y el baba la cosa se estaba poniendo buena; pero tampoco por mucho tiempo, una de cal y una de arena… Claro que yo en aquél momento no lo sabía. Mientras hojeaba distraídamente “La Repubblica” recordaba aquél momentazo dentro de un autobús naranja, cuando unos músicos callejeros que subieron a él nos regalaron una versión de My way con sones de tarantella.
Todo lo vivido hasta entonces se magnificó en Nápoles. El caótico tráfico italiano era el triple de caótico allí. Esa linda costumbre de no pagar en los autobuses allí era cotidiana, como la de subir y bajar por cualquier puerta. Casi recordaba más a una ciudad sudamericana en el ajetreo y el carácter ciudadano. Recuerdo que nuestras amigas se reían de mí cariñosamente con preguntas y sugerencias que allí resultaban absurdas tipo: ¿Por qué no paran si el semáforo esta rojo? o ¿podemos subir al bus por la puerta de atrás? Pero en un día te puedes acostumbrar. Solo hay que buscar la técnica para cruzar, como que una amiga se adelantaba, y ante el atropello inminente algunos piadosos napolitanos deceleraban un poco (frenar nunca) para que corriésemos al otro lado de la calle.
La influencia española se deja ver aún, ya no solo en la picaresca, sino en nombres como la famosa calle Vía Medina, que además, allí Medina también es un apellido. Casi tuve un espejismo, cuando después de comer el calzzone más bueno que jamás probé en la típica trattoria con mantelitos de cuadros rojos, mis amigas dijeron que nos iban a llevar a Gambrinus. En aquel tiempo no era yo muy cervecera, pero me hacía ilusión tomar una Cruzcampo, aunque se me hacía raro que fuera después de comer. Evidentemente me estaba equivocando. Allí Gambrinus es una pastelería que podría ser un poco La Campana de aquí. Y para todo el que alguna vez leyendo esto lo pensó, llegados a este punto me veo en la obligación de revelarle algo; ese gran dulce que es la napolitana, no existe en Nápoles. Allí como mucho te darían una pizza típica napolitana con mucho salami… De todas formas, aún sin napolitanas, allí la repostería me ganó totalmente con un dulce que siempre recordaré, el baba. El baba es un bizcocho de chocolate bañado en ron. Para cualquiera que me conozca habrá observado que en este dulce típico navideño se unen varias de mis grandes pasiones. Además, podríamos pensar que de ron tenía el regusto… para nada, aquello no estaba rebajado lo más mínimo; mas que nada porque después de comérnoslo nos dio una risa tonta que nos duró hasta subir al tren. Si, aquél mismo día subimos al tren, por la tarde-noche, rumbo a Florencia. Tras unos cuantos viajes sin pernotar un maldito asiento, incluyendo la fatídica noche camino de Roma, andábamos algo mosqueadas ya con Trenitalia, que para nuestro destino florentino sólo nos dejaban dos opciones, pasillo o primera clase. Mi amiga y yo nos miramos una micra de segundo, ambas recordábamos esos trayectos sentadas en la maleta… Primera clase, asientos inmensos de terciopelo rojo, camareras repartiéndote tontadas todo el rato, periódicos a elegir… Entre aquello y el baba la cosa se estaba poniendo buena; pero tampoco por mucho tiempo, una de cal y una de arena… Claro que yo en aquél momento no lo sabía. Mientras hojeaba distraídamente “La Repubblica” recordaba aquél momentazo dentro de un autobús naranja, cuando unos músicos callejeros que subieron a él nos regalaron una versión de My way con sones de tarantella.
31 comentarios:
Hay que ver los italianos estos...to las estatuas con el cuerpo mu grande y la picha mu chica...
¡Un saludasso!
P.D: Pido disculpas porque el comentario puede ser algo satirón, pero es un pensamiento que debia exponer...
P.D 2: ¡Que bién escribes Gata miarma!
Napoli… Se dice que allí se puede "mangiare la pizza più buona del mondo", pero también es famosa por su gran tradición artística y cultural; incluso muchos autores la admiraron fervientemente en sus escritos como Goethe y Stendhal. Un proverbio local dice que "Se la vedi, dopo puoi anche morire!" (¡Si la ves, ya puedes morirte!).
Luego, las costas y las pintorescas islas de su golfo, como Capri, a 17 millas al sur de Nápoles -en la que estuve personalmente-, son una auténtica delicia; tengo muy buen recuerdo de mi estancia desde que atraqué con el vapor en su gran puerto de Marina Grande, pues recuerdo, por ejemplo, cuando me bañé en sus aguas transparentes (aunque prefiero las españolas porque son muy rocosas, incómodas y algo peligrosas) y cuando atravesé con el hidroala y el transbordador los "Faraglioni" (Farallones) como la famosa Roca de los enamorados, en la que hay que pedir un deseo si vas con tu pareja; también disfruté muchísimo con la vista panorámica desde el funicular y de su rica "insalata caprese" y el "limoncello".
Sinceramente, es como una isla encantada: las terrazas, los arcos naturales, las grutas, especialmente la "Grotta Azzurra" (la Gruta Azul), los bares de la "Piazzetta", las tiendas llenas de camisetas, pantalones Capri (los que aquí llamamos piratas), pañuelos y blusones de lino, pamelas, artesanía... En definitiva, un lugar bucólico por excelencia. Es por ello por lo que es un lugar muy frecuentado por turistas, famosos, celebridades y actores; como anécdota personal, un chavalillo me confundió con la actriz mexicana Salma Hayek. Mi madre y el grupo que iba con nosotros no veas el cachondeo...
Espero que los "paparazzi" no me hicieran ninguna foto indiscreta ja, ja.
P.D.: One tip: Si en el texto te refieres al verbo “hacer una reserva” o “reservar”, creo que sería la forma “prenotare”.
Saludos.
Haces muy buena narrativa, por eso es un placer leerte. Pero en éste, ays... es nombrar esa comida y ya no doy para más, me quedo fija en eso. Qué rica!!!
Saludos.
Qué caos!!! Entonces los semáforos que están para adornar las calles?? :S
Yo creo que no me adaptaria a una ciudad tan caotica...
Besos!!!
Yo tambien he estado en Napoles y Capri puesto que tanto maria - Azahar como yo hicimos el mismo viaje, lo que mas me llamo la atencion fue sobre todo ver la bahia de Napoles y encontrarme alli el Vesubio y pensar en las repeticiones de sus erupciones volcanicas que, segun los habitantes de la zona, ya tiene que estar a puntito de estallar, de ahi el caracter un poco "pirao" del napolitano, siempre pensando que cualquier dia estalla el volcan y no queda alli ni el apuntador.
Estar en Napoles y no hablar de Pompeya es poco más que un sacrilegio.
Despues esta la visita a Capri, a mi me llamo la atencion el azul de sus aguas, nunca las habia visto tan azules.
No me extraña que confundieran a Maria_Azahar con Salma Hayek, quien la conoce personalmente puede dar fe de ello.
Despues de recorrerme toda italia en 2 ocasiones distintas puedo confirmar que los italianos no tienen mucha idea de seguridad vial, porque para ellos los semaforos son elementos
decorativos al igual que las farolas, vamos que no le hacen ni caso, de ahi surge la frase celebre de cruzar a la napolitana, que es cruzar y que sea lo que dios quiera.
Tambien coincidio cuando estuve alli, que el dia del patron de Napolés, San Gennaro, cuenta la leyenda que la sangre del patron se licua tres veces al año, el primer sabado de mayo, el 16 de Diciembre y el dia que estuve yo alli, el 19 de Septiembre, los cientificos opinan que no hay explicacion logica
a como se produce el milagro, recuerdo que sobre las 12 del mediodia, en el momento que se licuo la sangre, los napolitanos tiraron unos cohetes para confirmas a la poblacion que de nuevo se habia producido el milagro.
Los Napolitanos al ser del sur, como nosotros quizás sean algo supersticiosos y pensaban que si la sangre no se licuaba algun tipo de catastrofe sucederia en la ciudad.
Un Saludo
PD. Y a mi que me suena lo de la picaresca a cierto blog renacentista....
Ya nos vamos acercando a Florencia menos mal, estoy deseando.
Vaya desilusión: mira que no haber napolitanas con lo que me gustan sobre todo en el helado que hacen en Raya.
Lo de los autobuses deberian de importarlo, es un invento, que tranquilidad y lo que se ahorra de tiempo en cada parada, vamos que no te da tiempo ni de montarte.
Que bien lo estas contando, ya no voy porquee s como si hubiera estado allí, jejeje.
Besos guapa
Disculpado Moe, ¿y lo que me he reido yo con tu comentario? Sobre la PD2 te doy las gracias, pero ya lo he dicho alguna vez, aquí hay más de caos que de talento.
María Azahar, el verbo está usado mal adrede. Creo que lo comenté en la primera parte. Mi amiga y yo comenzamos a comprender la importancia de esa palabra y la adoptamos y la adaptamos.
Gracias Duermevela, un placer siempre verte por aquí. Desde luego, creo que por mas que viva, nunca comeré y disfrutaré cada pizza como en aquellos días… No es solo lo bueno que estaba aquello, sino la intensidad de aquellos tiempos.
Señor Oscuro, si, para eso mismo. La verdad es que por muy amante del caos que yo sea, esta ciudad puede ser demasiado incluso para mí.
José Á, yo no nombro Pompeya porque como habrás visto fue visita relámpago y no me dio tiempo. Lo bueno de estas cosas es que sé que volveré, como a Roma, que ya me queda menos para volver a disfrutarla.
Luz de gas, lo de no pagar en los buses no es que sea legal, pero pocos lo hacen, una larga historia que ya te contaré… De hecho en Roma compré el billete para el metro y luego me colé sin querer… Lo del helado no lo sabía, y eso que la otra noche fui allí precisamente a tomar uno. Por muy bien que yo lo esté contando, que sería discutible, tienes que ir, esas cosas merecen ser vividas.
Kisses
Jo, My Way... Me quedé con la versión flamenca de Siempre Así.
Como mi querida L. se va a vivir a Italia en Octubre, abusaré de que la quiero mucho y me instalaré en su casa una semana.
Hay que ver mundo.
Un (b)esito!
El próximo viaje que haga te invito, ¡qué divertido tiene que ser viajar contigo!
Me estás poniendo los dientes largos. ¡Qué recuerdos!
Besitos.
Ha caido un trolll por aquí?... Sucede que en todos los blogs que visito con alguna regularidad hay un comentario suprimido y la incidencia me está llamando la atención un poco
perra, deberías hacerte crítica gastronómica, te forrarías
mmmmmmchocolate y ron????ejejjejejeje...me apunto...yo no puedo decir que volveré, pero sí que tengo que ir... sin duda, ya falta menossssssssssssssss...
un tremendo achuchónnnnnquillaaaaaaaaaaaaaaaaa.
eaaaaaa...
muasssss
tu vecino del 4º
posdata: te pediré tus notas de campo, tus dires,toooo...jajajjaja...
El viaje a Italia lo tengo pendiente. Ahora sí, el día que vaya, será a lo grande.
Ya te pediré orientaciones.
QUE BUENO QUE PUEDES RELATARNOS TU VIAJE ME ENCANTA¡
BESOS Y SIGUE RELATANDO¡
"Desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va ligero de equipaje
sobre un cascarón de nuez
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer."
Seguro que lo escribió para ti
Un beso muy hondo
Pdta, ¡mamma mia! echar de menos una cruzcampo...
Ego, si no lo cuentas, yo también tengo esa versión rumbera, y en fin, tiene un sentido para una amiga y para mí… Y si la quieres mucho intenta quedarte dos semanas… merece la pena.
Bienvenida Indi, y bueno, viajar conmigo tampoco es nada espectacular, lo que pasa es que este viaje fue muy particular.
No sé Mario. Yo suprimí el primero porque era un spand publicitario de estos, y luego María Azahar borró uno propio pero vamos, no creo que blogger tenga algún problema o relación con eso.
Valkiria, no sé yo… No me veo de crítica gastronómica. Además, con la que hay liada últimamente con “la tortilla desestructurada vs la tortilla de mi abuela” esta la cosa calentita…
Vecino, una vez que vayas, querrás volver, seguro. Mis notas y demás están en una carpeta medio destrozada que venía conmigo en aquella aventura, mas las notas mentales claro; todo a tu disposición.
Pues nada Roberto, cuando te decidas… Aquél viaje era un poco mochilero sin mochila, este verano si vuelvo a lo grande, así que tendré más material.
Mary, bienvenida y gracias. Lo voy relatando poco a poco aunque ya se va acabando.
Ya me gustaría a mi Misántropo, pero la escribió para Ana Belén, o al menos se la prestó… ¿Una Cruzcampo? Si yo te contara… en una ocasión, tras mucho tiempo en un pueblo perdido del Pirineo Aragonés, dónde bajaba una ladera para llegar al pueblo y poder comprar un periódico (único nexo con el mundo) tras cruzarme con un rebaño de animales de esos que rumian, eché de menos los autobuses de mi ciudad… Triste y cierto.
Gracias a los de siempre y bienvenidos los nuevos.
Kisses
Por aquello del Caos, vete pensando en mudarte a Nápoles. Lo de los autobuses es lo mejor de italia.
He leído todos los comentarios. Ya sabes de dónde viene esa manía mía por corregirte las faltas de ortografía.
Qué envidia me das niña cuando nos narras tus viajes a Italia. Y la boca hecha agüita con el baba ese de las narices...
¿Cómo van las vacaciones, las disfrutas?
Bueno a ver como sigue el siguiente cápitulo.
Besicos
Cuando fuí a Italia dejé Nápoles para otra ocasión porque, efectivamente, se merece un viaje en exclusiva.
Yo veía a Paolo Maldini por todas las calles de Roma...
¿Fuistes a Siena?
Mercedes, que viajas más que Willy Fog. Aparte de eso, escribes que da gusto, hija mía...
¿Que te pidieron tua amigas que les trajeras de italia...
Cabezota, ya lo decía antes, es demasiado caos hasta para mí. Sobre las faltas, mientras que vengan firmadas… Y yo a su señoría no le corrijo por flojera, básicamente, como ahora, que podría recordarle que Italia es nombre propio, y que usted lo ha escrito en minúscula, pero no lo hago.
Nani, seguro que si te encuentro una receta de baba a ti te sale de muerte… Las vacaciones van arrancando. No me va tan bien como esa que está con el hombre de su vida en París, pero bueno…
Que va Dama, no fui. Este viaje fue intenso y algo breve; pero no me canso de repetirlo, señores hay retorno.
Herodes sobre lo primero no viajo ni la novena parte de lo que me gustaría; de hecho esto es sólo un viaje que yo estoy fraccionando. Y sobre lo segundo, no es para tanto pero gracias.
Bueno Ana, si es una pregunta, mis amigas me pedían italianos… Y un amigo, amante del mundo souvenir me pidió alguna camiseta.
Kisses
Uno de los sitios que me gustaría visitar en un futuro a corto-medio plazo es Nápoles; después de Florencia y Roma es la ciudad italiana que mas me atrae.
Por cierto, una curiosidad, ¿hay algún recuerdo o alguna referencia al inimitable Diegol? Se que en su momento era un Dios para los napolitanos, pero creo que después de Italia 90 la relación se enfrió bastante y bueno, no se si ha vuelto el idilio o sigue en stand-by.
Saludos.
Italia es preciosa, al menos lo poco que he visto de ella... Tomaré nota de lo que he leído y a ver si vuelvo. ¡Un abrazo de gato a gata!
Veo que de entrar en ciertos blogs se te está pegando todo lo malo, entre ello ese afán de corrector ortográfico del word.
Por cierto, Italia es con mayúscula, pero digamos que no fue un error propio sino un error obstativo.
En esta fantástica ciudad situó Lope la acción de “El perro del hortelano” Tal vez este sea un encanto añadido, o un encanto que atrajo a Fray Félix.
Estimado General, espero que pueda visitarla pronto. Sobre “el Pelusa” no le puedo decir, no iba yo con compañía futbolera. De haber ido con mi hermano seguro que de algo me habría enterado.
Sergion, puede que sea lo que mas he repetido, hay que volver. De todas formas puedes equivocarte por ti mismo, en realidad me estáis cargando de responsabilidad, jeje
Señoría, nada mas lejos de ese clip con ojos… Probó su propia medicina y cuan amarga fue… Por otro lado ¿obstativo? No quiero hacer sangre… Lo del cazador cazado tiene gracia pero no es mi intención que se pique.
Kisses En esta fantástica ciudad situó Lope la acción de “El perro del hortelano” Tal vez este sea un encanto añadido, o un encanto que atrajo a Fray Félix.
Estimado General, espero que pueda visitarla pronto. Sobre “el Pelusa” no le puedo decir, no iba yo con compañía futbolera. De haber ido con mi hermano seguro que de algo me habría enterado.
Sergion, puede que sea lo que mas he repetido, hay que volver. De todas formas puedes equivocarte por ti mismo, en realidad me estáis cargando de responsabilidad, jeje
Señoría, nada mas lejos de ese clip con ojos… Probó su propia medicina y cuan amarga fue… Por otro lado ¿obstativo? No quiero hacer sangre… Lo del cazador cazado tiene gracia pero no es mi intención que se pique.
Kisses
con tu prudence reglamentaria...
como los viajeros del Grand Tour...
¡elitista!, ¡sibarita!...
(enano disglósico... ¡qué pasada!...)
Yo estuve allí, pero no lo habría explicado mejor.
Gracias por no contar que si a ti te afectó el famoso baba, y tú estas acostumbrada a tomar una copa de tarde en tarde, yo que no tomo alcohol nunca...
En fin, no soy muy buena escribiendo a si que me voy marchando ya, sólo te pido un último favor, el la próxima entrega del viaje a Italia no te olvides de contar las utilidades de la expresión che forte
Bueno, pues aunque tarde, vuelvo por aquí.
Gracias a Falserío otra vez, que de donde sacará Eres_mi_cruz estos gatos tan totales, elitistas todos, jajaja
Y a mi compañera de viaje, la risa tonta del baba pegó fuerte, no hay que dar mas datos. El che forte tendrá su sitio en ese sitio indecente florentino… tu sabes, que noche la de aquél día cantaron algunos.
kisses
Publicar un comentario