Venimos al mundo desnudos, llorando, débiles, sin manual de instrucciones y sin ninguna prebenda que nos ayude.
Venimos tal cual, nos visten y alimentan, comenzamos a equivocarnos repetitivamente, y esa sucesión de ensayo y error es aprender, que en definitiva es vivir.
Algunos nos intentan ayudar, nos enseñan lo que saben, nos ponen obstáculos para que aprendamos a saltar. A veces nos creemos en una falsa sabiduría, en un dominio inexistente de algo, en un control que no es más que un espejismo. Puede que eso sea lo que provoca un vuelco en el corazón a cada poco, unas cuantas noches de insomnio, miles de cavilaciones y preguntas.
Estas líneas, este rollo macabeo, son las divagaciones de quien ni por asomo se acerca a una idea de lo que le rodea, lo que le depara la vida, su destino. Este variado de palabras torpes son un intento de clarificar lo que no es claro. Estos rodeos plasmados y traducidos a ceros y unos, puede que estén provocados por acercarse al cuarto de siglo de forma fatídica e irremediable, por sentirse tan ignorante como con su primer pañal, insegura como cuando aprendió a andar agarrada a un bote de toallitas, con una incertidumbre que a veces incita, a veces asusta.
Por suerte para mí, hay quien sí supo sintetizar una breve idea de lo que se debe saber a cierta edad, de lo que debe tenerse en cuenta, de lo sustancial e indispensable. Al fin y al cabo, don Francisco tuvo tiempo sobrado para pensar, reflexionar y escribir con maestría. La muerte, como parte inseparable de la vida, la fortuna caprichosa que nos maneja o el paso del tiempo, imparable y justo, son cosas que pude aprender de Quevedo, y es que a veces los conceptos barrocos son más actuales de lo que parecen.
PREVENCIÓN PARA LA VIDA Y PARA LA MUERTE
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.
Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.
Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.
A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.
Francisco de Quevedo y Villegas
Foto: Por cortesía de Moe de Triana
Venimos tal cual, nos visten y alimentan, comenzamos a equivocarnos repetitivamente, y esa sucesión de ensayo y error es aprender, que en definitiva es vivir.
Algunos nos intentan ayudar, nos enseñan lo que saben, nos ponen obstáculos para que aprendamos a saltar. A veces nos creemos en una falsa sabiduría, en un dominio inexistente de algo, en un control que no es más que un espejismo. Puede que eso sea lo que provoca un vuelco en el corazón a cada poco, unas cuantas noches de insomnio, miles de cavilaciones y preguntas.
Estas líneas, este rollo macabeo, son las divagaciones de quien ni por asomo se acerca a una idea de lo que le rodea, lo que le depara la vida, su destino. Este variado de palabras torpes son un intento de clarificar lo que no es claro. Estos rodeos plasmados y traducidos a ceros y unos, puede que estén provocados por acercarse al cuarto de siglo de forma fatídica e irremediable, por sentirse tan ignorante como con su primer pañal, insegura como cuando aprendió a andar agarrada a un bote de toallitas, con una incertidumbre que a veces incita, a veces asusta.
Por suerte para mí, hay quien sí supo sintetizar una breve idea de lo que se debe saber a cierta edad, de lo que debe tenerse en cuenta, de lo sustancial e indispensable. Al fin y al cabo, don Francisco tuvo tiempo sobrado para pensar, reflexionar y escribir con maestría. La muerte, como parte inseparable de la vida, la fortuna caprichosa que nos maneja o el paso del tiempo, imparable y justo, son cosas que pude aprender de Quevedo, y es que a veces los conceptos barrocos son más actuales de lo que parecen.
PREVENCIÓN PARA LA VIDA Y PARA LA MUERTE
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.
Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.
Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.
A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.
Francisco de Quevedo y Villegas
Foto: Por cortesía de Moe de Triana
7 comentarios:
Y yo que sigo desnunda, llorando y débil ¿qué hago? jejeje
Ay amiga, buscadora, peremne mujer... y yo que sigo desnuda, llorando y débil ¿qué hago?
Un beso trasnochado.
Y bueno, mujer, no es por desanimarte, pero nueve años después uno sigue haciéndose las mismas preguntas... Y muchas más, de hecho
Es bueno tener conciencia de la ignorancia Gata. Cuanto más sabemos y conocemos, más cuenta nos damos de lo que nos queda por conocer y saber.
Un beso
No me he enterao de ná y otra vez no lo voy a leer. Si quieres, cuando quieras, repetimos lo de las tapitas, que es más constructivo...
... o al menos a mi me lo parece.
Besos enormes, por si acaso estás triste.
El saber no ocupa lugar...
pero cuánto mas se sabe es cuando menos se sabe en realidad...
Paso a dejar mi huella una vez más agradecida a por tanto de tanto dejado en mis casas , en mi ser y con profundos sentires he cosechado hermosos decires por los cuáles desde el corazón del alma ha surgido esta hermosa amistad.
Por ello invito a pasar por mis blogs y si gustan retirar los dos poemas dejados en
www.cosechadesentires.blogspot.com
Os saludo
Dejando
Un cariño,
UN abrazo,
Una rosa
Mi paz,
Y mi siempre Amistad!!!!
Marycarmen
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Mis Blogs
www.walktohorizon.blogspot.com.blogspot.com
www.panconsusurros.blogspot.com
www.lasrecetasdelaabuelamatilde.blogspot.com
www.newartdeco.blogspot.com
www.cosechadesentires.blogspot.com
www.cuerposanoalmacalma.blogspot.com
Ains María, será cuestión de canalizarlo… Imagino que todo tiene que ver con el hecho de que vamos descontando días para llegar al fatídico día…
Mario, no me desanimas, me lo imaginaba… será casi un modo de vida.
Calleferia, totalmente de acuerdo, lo que pasa que parece que no todo el mundo admite eso, y es un problema el choque entre unos y otros.
Miguel, lo de que no me entiendan me proporciona intimidad, jejejeje y lo de las tapitas cuando quieras. Pequeño pollito ha tenido una idea de un sitio al que os quiere llevar, así que ya concretaremos.
María del Carmen, gracias por esas visitas tan completas que me dejas.
Kisses
Me fascina reconocer que sé poco, porque de lo contrario, ya no tendría mucho sentido seguir aquí.
En el fondo, no importa cuánto cambie todo aquello que nos rodea; ni las guerras, ni las penas, ni las muertes ni las ausencias, ni los siglos que pasen...siempre calzamos de los mismos vicios y frustraciones.
Somos imperfectos, pero al menos un poco de luz nos permite reconocerlo.
Un beso.
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