miércoles, 2 de mayo de 2012

La casa de mis sueños




   Era un ejercicio de tantos otros que hacemos a diario, cosas que parecen nimias y fomentan la introspección, el autoanálisis y mil cosas más.
  Había que pintar o al menos esbozar, tu casa ideal, la casa que te gustaría tener sin importar dinero, lugar, dimensiones… luego nos poníamos por parejas, a ser posible con una persona de la clase que no conociéramos mucho. Una vez emparejados había que dibujar la casa que creías que era la ideal del compañero o, más frecuente en mi clase, compañera.
   La primera conclusión que saqué es que como me conocía yo más  a mí misma  que nadie, dibujé el interior de mi casa soñada, mientras que de la casa de mi pareja dibujé el exterior.
   La verdad es que acerté yo más con su casa que ella con la mía. Me dibujó un lugar apartado, campo o incluso la soledad de las montañas, donde yo tenía una casa inmensa, creo que incluso con animales. Una especie de rancho con un todoterreno en el garaje.  
   Yo había dibujado, o intentado dibujar una casa que para colmo de realismo, existe, aunque eso no hace más posible que yo algún día viva en ella. Es un pequeño dúplex donde creo que no sería aconsejable tener mayor animal que un gato… No es para nada una vivienda grande, tiene una pequeña cocina y un salón moderado, un baño pequeño, un dormitorio grandecillo y otra habitación que en mis sueños sería un cuarto de estudio, despachito o similar… Y por supuesto, este pequeño piso está en un corral de  vecinos restaurado en una calle muy céntrica de la ciudad.
  No me quejo del dibujo que me hizo mi compañera, no estamos obligados a conocernos todos teniendo en cuenta que somos más de sesenta; pero me intriga que pudo ver en mí, en mi actitud, mis comentarios o mi apariencia física para pensar que me gustaría vivir en un casoplón apartado de la civilización rodeada de prados y caballos…  No niego que como a todos, a veces me tienta el apartarme, incluso a veces bromeo con mi familia cántabra con irme a su casa campestre, a ver caer la lluvia mientras escribo en esa maravilla de piedra y madera…  Los caballos tampoco me disgustan aunque creo que para pasear simplemente, el resto de cosas que implican los equinos son más trabajosas y huelen mal…
   A mi compañera le garabateé una casa grande que le gustó bastante, solo cambió un lago que le puse por una piscina gigantesca.
   Lo más paradójico del ejercicio para mí fue cuando un rato después de haberlo terminado caí en la cuenta de lo absurdo de mi dibujo. Podía elegir cualquier vivienda, no importaba la disposición, el dinero o el lugar, y en vez de inventarme  una  mansión victoriana o algo así, caigo en el realismo más supremo y me ubico en un piso de alquiler municipal que ni sé si llega a los sesenta metros cuadrados, no sé calcular superficies y la escalera me entorpece mucho mis cuentas…
   Definitivamente al haber elegido esa casa no sé si demuestro ser muy realista, muy conformista o muy tonta, aunque ya digo, dudo que pueda vivir algún día en ese sitio…
   Me pasará como a mi Barbie, que en lugar de tener su mansión rosa, yo tenía la caravana…

8 comentarios:

Palmoba dijo...

O que tan solo dibujaste lo que necesitas. Ni más ni menos.

Es curioso y sorprendent como nos ven quien no esperamos desde afuera verdad??

eres_mi_cruz dijo...

pues yo te habría dibujado en el palacio de las Dueñas... completamente en serio lo digo... ahí, en tu centro, con seis o siete iglesias a tiro de piedra... el bar Dueñas, el Rinconcillo... que te quieres dejar ver, pues te dejas; que te quiere quitá de enmedio, pues te quita... ahí, con quinientos gatos en el patio... ibas tú a hacer el mamarracho bailando como la Cayetana por las quejilas... si es que lo bueno siempre cae en manos de quien no se lo merece... ¡¡¡duquesa!!!... que ere una duquesa... tú tú tú, sí, tú...

Campanilla dijo...

Que gracioso lo explicas. Yo creo que en mi caso, no hubiera dudado elegir el casoplón con caballos, pero ya sabes que sobre gustos no hay nada escrito. Besos, amiga.

impresiones de una tortuga dijo...

Yo, te veo más en un adosaito con su jardíncito, su cochera, su ventanal pa la calle, en fín con tos sus abios, pero no a lo grande síno acogedor, recogido, su chimeneita pa linvierno y unos buenos amigos, no muchos, esto en una tarde de sábado lloviendo y con las películas de antena tres de fondo. ¿Que no?.
Ya me contarás si acerté.
Pásate por la mía a ver si te gusta mi estanque.

Un abrazo, Mercedes.

La gata Roma dijo...

Palmoba, seguramente eso, lo necesario, bien justito, no me puse nada superfluo aunque realmente ya digo, ese dúplex de renta antigua no es tan sencillo de conseguir… Super curioso como nos ven los demás, hemos hecho muchos ejercicios en clase de psicología de eso y han sido tremendos.

Eres_mi_cruz lo que me he reído con tu comentario no lo sabe nadie… además, un señor arquitecto, que gran dibujo que me habrías hecho… La verdad es que mis miras son tan realistas que ni se me ocurrió, puede que en parte me autocensure mi odio a la Casa de Alba, pero ciertamente sería el lugar ideal para mí, además, paradójico que tras pasar más de ocho años en el patio del convento del Espíritu Santo en el cole, cruzara la tapia y pudiera rescatar todas esas pelotitas de goma que perdimos jugando “al matar”. Y para colmo, el añadido del huerto claro de Machado y su limonero… joe, me has convencido… ahora a ver como me hago yo con eso…

Campanilla, a mi la idea del campo y los caballos no me desagrada, pero no sé, hoy por hoy creo que aguantaría allí una semana o a lo sumo dos. Cada vez que he intentado retirarme de ese modo me he vuelto loca añorando el humo de los atascos y el ruido de los bares… muy triste lo mío…

Tortuga, la verdad es que no has acertado mucho, jejeje, ya dije, yo con mi pequeño dúplex me conformaba, aunque Eres_mi_cruz me inoculara sueños de grandeza y palacios… Las pelis de Antena 3 son de los mejores somníferos que hay, es ponerlas y me pego unas siestas que no veas, jejejejeje
Ahora me paso por tu blog a ver que encuentro por allí…

Kisses

Naranjito dijo...

Querida Gatilla, yo te imagino en una casa de Ximenez de Enciso o por la plaza de los Venerables. Una casa con una pequeña azotea desde donde ver los tejados del Barrio de Santa Cruz, donde las gatas ronronean a la luna y se pasan por Casa Román para disfrutar un poquito. Cuando la tengas, avisame, que te visitaré con el Quillo, que sigue igual de "cabrito" como siempre.
Un saludo.

Atlántida dijo...

Al final a mí me ha dado la impresión que tu compañera más que una idea de como eras, acabo reflejando lo que ella quería, porque mira que tú le pintaste una casa parecida: una mansión grande con un lago. Además está eso de la cultura nos han enseñado a soñar y a pedir lo superior, cómo se iba a imaginar alguien que te conformarías con un duplex.

La gata Roma dijo...

Naranjito… la verdad que eso no lo pinté, pero no está nada, nada mal… que bonito…

Rebeca, sí, la verdad es que no sé, tampoco tengo un aspecto minimalista y tal vez ella interpretó que quería algo a lo grande. También te digo que la mayoría de la gente quería eso, casas inmensas o en el campo o en la playa, nadie tenía mi sueño urbanita-bohemio del dúplex en ese corralón de vecinos restaurado…

Kisses miles a los dos

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