miércoles, 3 de septiembre de 2008

La Gata Roma en Roma

AVISO LEGAL

Esta entrada es muy, muy larga. Lo es porque no podría ser de otra manera. Podría fraccionarla en partes, pero sinceramente, no me veo capaz. He echado de menos el ordenador, no tanto por Internet sino porque me he acostumbrado a escribir en él, y ahora tengo miedo de que todo se me olvide, de que este disco duro que traigo a tope, se me borre de un momento a otro.
Esta entrada tampoco sigue un orden, al menos uno sistémico; no hay secuencia cronológica, artística o histórica. El orden es el del impulso de la que escribe; a veces coincide con la lógica, y otras se aleja de ella.
Algunas cosas se me pasarán, y seguro que me quedan en el tintero cuestiones importantes. En otras ocasiones reflexiono y divago en nimiedades, cosa a la que muchos ya estarán acostumbrados. Por todo esto, y por lo que ahora obvio, pido perdón.
Sea como fuere, esta entrada será el intento de describir ocho dias que en muchos aspectos son indescriptibles por falta de imágenes y palabras. Me daría por satisfecha si fuera capaz de haceros llegar la mitad de la mitad de lo que he vivido en estos días.

EN EL AIRE

“Mata mas gente el tabaco que los aviones, y he perdido el miedo a volar”. La Cabra Mecánica empezaba así una canción, y aunque nunca me han dado miedo los aviones, me gusta recordarla de vez en cuando, para contagiar optimismo. A mí los aviones nunca me dieron miedo, como acabo de decir; a mi me da pánico la parafernalia circundante. Tengo pánico a los controles previos, a los cacheos (esta vez me he librado), a tener que llevar el brillo de labios y el corrector de ojeras en una bolsa transparente, lo cual no deja de ser humillante, porque digo yo ¿no me ven? No soy una terrorista, soy alguien que duerme poco y mal…



Me encanta aquello de que es por mi propia seguridad, y que por ella no puedo llevarme una botellita de agua, por mi propia seguridad y mi hidratación la debo pagar a precio de Rioja… Y luego están los compañeros de travesía… A la vuelta me parece que nos han metido en el avión del “Baby boom” porque nunca había viajado con tantos niños histéricos en un mismo aeroplano. En el recuerdo para siempre ya, Daniella y Lorenzo, los dos niños mas insolentes y mal criados que han abandonado la ciudad eterna; que tengan tanta salud como descanso han dejado al perderlos de vista… Pero no ha sido sólo eso. Volvía triste, nostálgica, adormecida, contenta por lo vivido, en definitiva, algo rara.



Despertando sobre la isla de Cerdeña, he pensado en que otra vez pasaba aquello que conté de la taza de café, tal vez me la había bebido pronto, pero fue intensa… La ida fue totalmente diferente. Demasiado temprano quizás, pero llena de ilusión, cargada de ganas ante la perspectiva de una semana llena de proyectos, de sorpresas, de viejos encuentros y de deudas pendientes.


DEUDAS SALDADAS Y REENCUENTROS

El primer reencuentro para mí era importante, y no se hizo esperar… El primer capuchino llegó como postre al primer almuerzo.

Han sido más de una quincena de estos, que he disfrutado, que me han revitalizado y que voy a extrañar mucho. El último fue en Fumicino, en un vaso de usar y tirar, y a pesar de eso, aún si me concentro guardo su sabor hasta el próximo que tome en esa tierra…


La última vez que estuve allí era un día lluvioso de Diciembre, cuando el tiempo nos dio una tregua justita para disfrutarla, echar un par de monedas y hacer algunas fotos. Esta vez era verano, no llovía y era de noche. Volví a echar alguna moneda, sé que se porta bien conmigo y no me va a fallar. Esa primera noche en Roma recordé la otra vez que había estado allí, en la Fontana de Trevi. Mi situación era muy diferente, en todos los sentidos, académica, personal, emocional… y hasta mi pelo y mi ropa eran diferentes. Evidentemente sigo siendo yo pero en aquél momento me di cuenta de cuantas cosas habían pasado desde las últimas monedas. Me habría encantado seguir la idea de Juan, y hacerme la foto dentro de la fuente como Audrey, pero teniendo en cuenta que los Caravinieri tienen “tomada” la ciudad, me habría metido en un lío. Me conformé con meter la mano, que también es estar dentro, y quien sabe, algún día lo mismo entro más…


Por lo pronto, me quedé con su agua en el vuelo del vestido, será cuestión de seguirse mojando.

El síndrome de querer verlo todo tiene una consecuencia brutal cuando llega al extremo, y el jueves estaba febril (como la carta de amor de un preso, que cantaba el flaco), pero tenía que reponerme, el viernes tocaba escapada a Florencia, y allí tenía una de las deudas mayores. También un reencuentro con aquella ciudad, su estación y sus calles; pero había algo, aquella calle con soportales y esa puerta que una vez encontré cerrada… Los Uffizi, aún mejor de lo que me imaginaba. Todos aquellos cuadros que sólo había visto en libros, las esculturas, Venus, el techo, todo el esplendor florentino… Tengo a mi lado el catálogo, casi con miedo de que se me escape, de que se me vaya a escapar la luz de Caravaggio, el genio de Botticelli… Soy incapaz de describir aquellas horas bajo esos techos impresionantes.
En este paréntesis que le hicimos a la ciudad eterna, también se produjo otro reencuentro con mi siempre presente Trenitalia, y si, pasó algo; bueno, varias cosas pero la mas destacable fue que se fue el aire acondicionado a la vuelta. Al final nos cambiaron de vagón y por cuestiones de espacio nos pasamos a primera clase, pero ya llevábamos más de una hora medio asfixiados. Mer quería reclamar, y no la culpo. Eso en España sería lo normal, pero quienes hayan seguido mis anteriores correrías italianas sabrán como se las gastan allí los ferrocarriles, y nos podíamos dar con un canto en los dientes de cómo nos había ido. La verdad es que me lo tomé como una cortesía, un guiño del tiempo para que me dé cuenta, de que aunque yo creo que he cambiado, hay cosas que siguen siendo iguales, para bien y para mal.

Sobre el Estadio de Domiciano se construyó la Piazza Navona; aún quedan algunas ruinas romanas en un extremo de esta, mientras el resto es un entorno maravilloso, aunque la fuente central está en restauración. Allí se solventó otra deuda, el Tartufo. Sin palabras.



LAS TRIPAS

Creo que por mas años que viva no podré olvidar el olor de Roma, el de la antigua Roma, esa que hoy esta debajo, a otro nivel del suelo, en las mismas tripas de la ciudad eterna.
La Iglesia de San Clemente es casi un corte estratigráfico de esto. Cruzando el patio se llega a la Iglesia actual, de influencia constantiniana, con unos mosaicos preciosos. Debajo de esto, en piedra, algo de mármol y restos de mosaicos, el primer templo cristiano que allí se ubicó. Es impresionante el frescor de sus muros, el olor, mezcla de humedad y de historia contenida a través de los siglos. Hay un sonido muy particular, el agua, por algún lado se escucha correr el agua; viene de algún lado y no deja de correr, lleva corriendo tanto tiempo que ha sido testigo de lo que ahora pisas. Hay más, otro nivel, debajo. Es más oscuro, más húmedo y el ruido del agua es mucho más fuerte. No hay signos cristianos, es un templo pagano, o más bien lo era. Es increíble, es tocar el pasado con las manos. Esta última visita fue algo mas corta, iba a cerrar aquello y casi nos quedamos encerrados allí abajo, junto a las cataratas subterráneas, aunque habría tenido su encanto quedarse allí.

Miles de personas van cada día a la Basílica de San Pedro, yo misma había ido antes, pero esta vez ha sido una visita totalmente diferente. Sólo queda un testigo de aquello, un testigo mudo que cambió de lugar y sabe la verdad, el Obelisco que esta situado en el centro de la plaza. En aquella colina se encontraba el circo de Calígula, que luego fue de Nerón. En el centro de este se encontraba el monumento egipcio, que luego fue reubicado. Según dicen allí murió Pedro. Fue enterrado allí mismo, cerca del circo. Aquel lugar se convirtió en un cementerio tanto de paganos como de cristianos. Sobre la tumba del apóstol se situó un monumento, un pilar de no más de metro y medio. Constantino construyó una Basílica, tomando como referencia este pilar, pero para hacerlo sepultó el cementerio romano, ya que el terreno era complejo al tratarse de una colina. Muchos siglos después comenzó la construcción del templo que vemos hoy día. El antiguo cementerio, tumba de Pedro incluida, quedó sepultado por la tierra, el mármol, los años… hasta principios del siglo XX que se recuperó parte del cementerio y hoy en día, tras muchos trámites, se puede visitar. La sensación es indescriptible. Caminar por esas calles inclinadas, ya que están sobre la colina original, los muros, las tumbas, los mosaicos recuperados, ese olor, la humedad y en ocasiones ver como hasta allí llegan algunos de los pilares del baldaquino de Bernini de la Basílica actual. Se aprecia la conversión del pueblo romano, intercalando símbolos paganos y cristianos, y la tumba de Pedro, dónde se hace literal la frase que reza en la basílica. La historia, las tradiciones, las diferentes culturas, todo esta allí, en las mismísimas tripas de aquella ciudad. En el “Muro de grafito” se pueden ver muchísimas inscripciones, en caracteres casi indescifrables, escritas entre los siglos I y V. Al recordar cosas como estas me sigo sobrecogiendo de la visita a los Escavi.


POR LOS TEJADOS

Estando en la Cúpula de San Pedro creí haber llegado al techo del mundo. La ciudad se despliega ante ti, el Coliseo, el Palatino, el río Tévere… Todo está tan cerca que crees poder tocarlo, y casi te da miedo, quizás es un sueño, tal vez te vas a despertar de un momento a otro; o es algo parecido a una burbuja de jabón, y se quebrará al tocarla. Por eso, cuando estás allí arriba se te olvidan las escaleras y el cansancio, porque con el viento en la cara te das cuenta de que merece
la pena.
Tizziano pinta de una forma tan compleja que parece sencilla, Miguel Ángel es un reflejo de su genialidad, y entre admirarlos, como a tantos más, la galería Uffizi no sólo te ofrece eso, sino que algunas obras están tras las ventanas, como es admirar desde allí Il Ponte Vechio. Y es que una felina, por muy romana que sea, no se resiste a la belleza de los tejados florentinos.




Un sueño, una premonición, un día, el cinco de agosto, ese día nevaría. Suena a locura, pero por lo visto sucedió. En el perímetro nevado se construyó una iglesia, Santa María la Mayor. Es un lugar increíble, del suelo al techo. Desde este, otra vista privilegiada de Roma.


El Coliseo no tiene tejados propiamente dichos, pero quien fuera gato allí. Tal vez porque estaba tan cansada, que al encontrar a aquel felino allí, durmiendo a sus anchas, me dio envidia. Debo de decir que fue de los primeros y últimos gatos que ví por la ciudad, lo cual se me hace raro. No sé si porque ha habido alguna limpieza, o porque han abierto demasiados restaurantes chinos… Y por cierto, por lo visto a los gatos callejeros allí los llaman gatos Sorianos, así que para ellos la Gata Roma no tiene mucho sentido. De Soria o de donde sea, ser allí un felino, entre galerías, gradas, mármoles milenarios donde poner tus pies, donde miles de personas los pusieron siglos atrás, observando el foro y el Palatino, tiene que ser una auténtica maravilla.


Casi era otra deuda pendiente, ir al castillo de San Ángelo, el mausoleo de Adriano, la fortaleza, el escenario de Tosca… Y allí, entre tantas otras maravillas, la ciudad vuelve a abrirse en una terraza. Maravillosa, llena de historia, de luz, y a lo lejos, otro tejado de excepción, visitado días atrás, y vuelves a pensar que puedes tocarlo, y que casi tienes que hacerlo para sentir que todo eso es de verdad.


TRAS EL RÍO TÉVERE

Por eso el barrio se llama así, Trastévere, por estar tras el río del mismo nombre. Cuando dejas atrás el Templo de Vesta, y cruzas el puente, es una sensación parecida a ir a Triana. El barrio es un sitio de lo mas pintoresco y encantador. Es un hervidero de gente a cualquier hora. La Iglesia que toma el nombre del barrio es una verdadera maravilla, y además tiene uno de esos retablos que para iluminarlos debes echar monedas. Son muy corrientes estos en Roma, y aunque la gente se queja, yo debo ser muy pueril, porque me encantan. Cenar allí fue de lo mejor, la comida italiana mas auténtica, regada con un chianti del que aún guardo el sabor.
Caminando por los adoquines entre la gente, se mezclaban los diferentes espectáculos callejeros. Canciones satíricas con guitarra, nos recordaba a algo, pero no lo queríamos decir, hasta que uno de los intérpretes dijo la palabra mágica, algo parecido a “shirigota”. Resultó que era eso, lo que nos pareció desde un primer momento, y es que será que el arte va por barrios.



DONDE LAS FOTOS NO LLEGAN

Aunque en este viaje llevaba a mi fiel cámara (tal vez tendría que ponerle un nombre) hay sitios y cosas que no se alcanzan con una instantánea. En muchos museos estaba prohibido hacer fotos, aunque fuera sin flash, e incluso, en la Galería Burghese nos hicieron dejar nuestras cosas en el guardarropa. Por eso es fantástico poder al menos atesorar libros. Tal vez el mejor descubrimiento fue aquella librería escondida camino de la Pace. Mer dice que ese hombre era un anticuario de los libros, y realmente así me lo parece a mi también. De hecho la librería se encuentra rodeada de anticuarios y tiendas encantadoras. Allí, entre las lámparas, la madera y las estanterías, con ese perfume que solo tienen los libros viejos, he podido encontrar algunos tesoros; aunque el sitio en si, ya era uno, donde por cierto, el señor librero, amabilísimo, si nos dejó hacer fotos.
Pero no es sólo eso, me habría encantado fotografiar el sonido de mis pasos en el mármol, las campanas al despertar, el olor de las tripas de la ciudad, la luz de todos esos lienzos pintados por maestros, la majestuosidad de la capilla Sixtina… Incluso algunas situaciones han sido merecedoras de ser captadas, como cuando cruzando un semáforo camino de San Juan de Letrán, casi nos atropella una monja que conducía un cochecillo, a lo que mi hermano gritó: “Sor Citroen, ¡que pierde los puntos!” Pero siempre lo he pensado, las mejores fotos a veces son las mentales. Tal vez por eso me gusta conservar todas las entradas, los billetes e incluso las tarjetas de embarque.


EPÍLOGO

Volvíamos de buscar cuadros en San Luis de los Franceses, San Agustín, de rebuscar en los últimos rincones y exprimir las últimas horas. Las ganas de ver por última vez El éxtasis de Santa Teresa (Bernini) se quedaron colgadas en la puerta cerrada de Santa María de la Victoria. Al pasar por Santa María de los Ángeles pensé lo mismo que había pensado hacía ocho días cuando la había contemplado por primera vez. Construida en las Termas de Diocleciano, de las cuales aún se conservan partes, esta iglesia es una perfecta combinación del ayer y el hoy; ya que además del diseño de Miguel Ángel, actualmente cuenta con obras de Igor Mitorag, puerta incluida. Y es que tal vez por eso esta ciudad es la ciudad eterna, porque sabe conservar el pasado, porque no tiene miedo de rescatarlo y porque mira al futuro.
Este tipo de cosas hacen que los viajes te dejen buen sabor de boca. Ya no me pesa el cansancio, a pesar de que estoy convencida de que lo de las Siete Colinas de Roma es una coña, porque nosotros habremos subido unas veinte… Pero lo cantó el Serrano: “ya sólo me queda la vacía pena del viajero que regresa”, Regreso como si hubiese leído treinta libros, como si cada minuto se hubiera multiplicado, y con más ganas aún de volver. Imagino que es cierto eso que escribió alguno de que ni con todas las vidas de un gato se acabaría de conocer y disfrutar a fondo esta ciudad. No son de película, no sé si se me habrá entendido, pero de cualquier manera, estas fueron mis vacaciones en Roma.

48 comentarios:

La verdad esta ahi fuera dijo...

Una de mis asignaturas pendientes, Italia. Aunque probablemente vaya antes a Francia a cierto parque tematico.

lisebe dijo...

Hummmm cuantos bonitos recuerdos me has hecho revivir leyendo tu viaje.Que nostalgia me ha entrado.

Estoy segura que estos viajes son de los que nunca se olvidan, y que lo tendrás siempre presente, por infinidad de detalles que hacen que sea inolvidable.

Me alegro mucho de que lo pasases tan bien, gatita.

Besitos

Ludwig Constantine dijo...

Bueno, a ver, entonces ¿cuándo quedamos para volver a Italia?

Anónimo dijo...

Curioso; también tengo yo esa tendencia a guardar billetes de tren, pasajes de avión y demás. Bonita forma de contar un viaje, por otra parte. Hasta pronto.

M. Andréu dijo...

La próxima vez que viajemos allí, Indi y yo te llevaremos de guía.

Me alegro que estés de vuelta.

Nos vemos pronto.

Kisses.

Me_llaman_coko dijo...

He leido la mitad, después sigo con lo siguiente. Frenéticos esta semanita n??? Tengo ganas de verte y de q me lo cuentes en directo, aunque claro aqui me entero de más detallitos.
Como siempre la gata roma en Roma da para largo. Ave si algún día estamos juntos en Roma o en algún otro bonito lugar del mundo.

Un besazo y te volveré a comentar cuando termine el texto (cada uno se toma el aviso legal como le plazca n?)

El Rincón de Sevilla dijo...

Hola, me ha gustado mucho el viaje, se me ha hecho corto y todo al leerlo. Y la pinta que tiene el Tartufo como dices , sin palabras. Luego me he imaginado esas cataratas de la iglesia de San Clemente, tiene que ser una maravilla. Y bueno aunque no te dejaran fotografiar en algunos lugares, lo has plasmado muy bien por escrito, el barrio de Trastévere segun lo cuentas tiene que ser arte, que chulo.

Muchos saludos y bienvenida a Sevilla.

La gata Roma dijo...

Buenos días o tardes, quizás sera, en itagnolo; es que ando en un proceso transitivo hasta que me ajuste otra vez a mi vida…

La verdad está ahí fuera, que cosas, un hombre hecho y derecho como tú, pensando en viajar a… ¿me traerías un Mickey? Ya puestos…
Lisebe, yo no creo que lo olvide, o eso espero… tengo algo de miedo a que se me olviden cosas, jeje o es una excusa para volver, que también puede ser. Por cierto me paso por tu casa, que lo tengo pendiente.
No sé Ludwig, ¿tienes algo que hacer esta tarde? Jajajaja, de verdad que tengo unas ganas de volver que no son normales.
H, lo mismo tenemos principio de síndrome de Diógenes; mi hermano dice que es eso, que incluso se manifiesta haciéndole fotos a tazas de café…
Miguel, de acuerdo, yo hago las rutas y tal, pero el mapa lo llevas tú, jajaja que soy nula. Te dejaré la guía que nos hizo Ramón, no veas que nivel… No tardamos mucho en vernos, hablamos en estos días.
Coko, ya nos vemos y te doy una cosilla, vamos una tontada; pero te cuento cosas, y lo de un viajito, cuando quieras, si vamos cortos de monetario atracamos un banco o algo… Y el aviso era para eso, para que nadie me diga que es un ladrillo, lo advierto yo y cada uno que haga lo que pueda, jeje
Rincón de Sevilla, debes de tener una paciencia infinita porque la entrada hasta a mí se me hizo larga, jajaja, pero es que han sido unos días tremendos. El Tartufo también lo hay de chocolate blanco, pero yo prefiero el negro, buenísimo de cualquier manera. La Iglesia de San Clemente es una joya auténtica que por lo visto mucha gente no conoce. Yo misma no sabía mucho de ella pero me impresionó mucho al estar allí. Gracias por tus palabras, de todas formas siempre recomiendo que la gente conozca los sitios por si mismos, es más aún de lo que cuento.
Kisses a todos

Zapateiro dijo...

Me lo he leído del tirón, sin prisa pero sin pausa y me ha parecido una crónica tan personal que me ha encantado y me han entrado muchas ganas de ir a Roma, aunque no sé yo cuándo podrá ser eso...

De momento, mejor será no pensar mucho en viajes, que si no la llegada se me hará un poco más confusa.

Me alegra leerte. Un saludo.

Juanma dijo...

¡¡Hola!! En primer lugar decirte que me ha fascinado cómo has relatado tu viaje a Roma, qué envidia me das.
En segundo lugar, presentarme: me inicio en este mundo del blog, es un placer leer a gente como tú. Mi blog es: "olvidosyrecuerdos-juanma.blogspot.com". Allí te espero. Un saludo.

Mer dijo...

Este comentario me va a costar que no sea más largo que tu entrada, ya sabes que vengo maravillada de nuestro viaje. El ir acompañada de personas que habían viajado muchas veces por toda Italia, conocedores de todo tipo de artes, nos han hecho conocer cosas que no están al alcance del turista habitual, cosa que les agradezco enormemente. Ver “in situ” pinturas, esculturas, edificios, ruinas, excavaciones que hemos visto en tantos libros, me han dejado marcada. Desde el Moisés al grandioso David de Miguel Ángel, Bernini, mi gran descubrimiento, trabajador incansable desde niño hasta con más de ochenta años. Multitud de Iglesias, respetando sus anteriores usos paganos, han sabido resistir el paso del tiempo de forma admirable, como el Panteón, las Termas de Diocleciano o San Clemente. El Vaticano, desde la Cúpula hasta las excavaciones de la tumba de El Apóstol Pedro, y las muchas Iglesias visitadas con cuadros de Caravaggio o frescos de Rafael, con organistas tocando y con coros cantando. Incluso una misa de sábado, parecía una función principal de nuestras hermandades. Y el baño de museos, Borguesse, Capitolinos, Vaticano, Uffizi, Academia, sus obras se han grabado en nosotros y se han unido a las conocidas del Bellas Artes, Prado, Louvre, National Gallery o British Museum.
Me he acordado de personas de las habituales de aquí, que hubieran disfrutado enormemente en este viaje.
Un beso a todos,
P.D.En otro comentario hablaremos de la Gastronomía.

Maria Muffin dijo...

Me alegro que lo hayas pasado tan bien, y además con tu forma de contar las cosas haces que me hayan entrado ganas de volver allí, en fin ahora me voy con las dudas de que hacer en mis próximas vacaciones, si Japón o italia o bueno, UK, tampoco estaría mal.

El vecino del 4º dijo...

tremendo Gata...tus palabras nos llevan por ese viaje de pasado y presente, en tus matices se aprecia el amor a la belleza y al arte... tu capacidad para mezclar vivencias y sentimientos con descripciones de todo tipo... realmente...llegan muy dentro y animan a conocer eso sobre lo que relatas y mass...sólo tienes que releer los comentarios, llegas siempre... Niña que tus ojos mantengan el brillo de la fantasía...

besos-besos

tu vecino del 4º
(más cerca del tejado, más cerca de la luna...)

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Vaya Mercedes. ¡Menudo paseo me has dado, he ido encantada de tu mano!
Me encantaría ir contigo por esos parajes que ya además conoces. Ha sido un gustazo caminar por todas esas calles, museos e historia.
Besicos y bienvenida de nuevo

eres_mi_cruz dijo...

Me trae recuerdos esta entrada...
yo y tres completos inútiles más, fuimos a Roma con veinte años... fue en agosto también...
imagínate cuatro tíos a las tres de la tarde... rione deserto... tirados en el nártex de Santa Maria in Trastevere con las mejillas sobre el mármol de las lápidas... sé que es absurdo pero estaban tan fresquitas...
Cuando has nombrado el templo de Vesta, me he acordado de una dispersión por via Marcello, bajando desde el Capitolio... nos separábamos para ir solos con nosotros mismos... y nos encontrábamos en el nártex de Santa María in Cosmedin con la mano escondida en la manga...

Pero lo que más recuerdo es la isla tiberina con sus hospitales y sus dos extrañas cascadas... no sé si habrás visto mucha agua por el Tíber... aquel agosto estaba flojillo y la ribera de la isla estaba repleta de objetos absurdos entre los que había una bañera...
imagínate quiénes le dieron la patadita para que cogiera vidilla catarata abajo...

Pues éso... mi situación era muy diferente, en todos los sentidos, académica, personal, emocional… y hasta mi pelo y mi ropa eran diferentes.

Te enlazo una de mis escenas favoritas ever... es de Aprile... te he escuchado en la radio y, salvo que hubieras tomado mucha clara de huevo, sé que nunca experimentarás la sensación de ser padre... pues es algo así como este paseo de Nanni Moretti por la isla tiberina que te he colgado en youtube a modo de bienvenida...

Aunque si quieres ver una película que capta mucho de -eso- de Roma... mírate el capítulo I de Caro Diario, "In Vespa"...

Unknown dijo...

Fantástico relato. La verdad es que, como a Rincón de Sevilla, se me ha hecho corto.

Nunca he estado en Roma, pero no creo que tarde mucho en visitarla. De hecho, ya el año pasado estuve a punto de dar el salto desde Florencia, pero no resultó la cosa...

Mientras tanto, solo me queda consolarme dando paseos por Santiponce, que se le va a hacer...

Saludos

Zapateiro dijo...

Eres mi cruz cuando ví "Caro Diario", de Nanni Moretti, me reí tanto que pensé que mucha gente debería verla y que al ser cine minoritario casi nadie sabría de su existencia. Mira por donde has hablado tú de ella y me ha salido una sonrisa en los labios.

Un saludo. Sólo quería comunicarte que me has sacado una sonrisa. Jajajaja (estoy fatal).

La gata Roma dijo...

¿Sabéis que en la Plaza de España, junto a todas las tiendas “totales” había un tío vendiendo castañas? Lo mejor era el calor que hacía como para eso…

Zapateiro, yo también me alegro de tu vuelta, poco a poco vamos llegando todos. Las ganas de ir a Roma… en fin, hay que buscar alguna excusa.
Juanma, bienvenido a este mundo y a mi tejado, es tu casa. Gracias por tus palabras, y ahora voy para tu blog.
Bueno Mami, luego dices que no te quieres crear un blog, y “amenazas” con una segunda parte del comentario, jajaja. Lo que dices de la gastronomía que es ¿les vas a hacer desayunar a ellos con Bernini como nosotras esta mañana? Fuera de broma, nunca vamos a olvidar este viaje, eso está claro. Y perdona, yo no soy turista, soy viajera.
Muffin, no sé, tienes tiempo para pensarlo pero desde luego esta visión que traigo esta vez de Italia es diferente totalmente, no mejor ni peor, sino diferente…
Vecino, tú que me lees con buenos ojos; ya sabes, siempre queda la duda de si llega… Gracias por tus palabras, de verdad.
Vaya paliza que te has pegado Nani, jajaja. Me alegro de poder darte un paseo virtual, hasta que tengas un paseo real.
Eres_mi_cruz, que alegría leerle, con lo que me acordé de usted, con Trajano por todas partes en esa bendita ciudad… Fantástico su viaje, mis correrías desastrosas ya las conté, este viaje ha sido diferente. El río de agua andaba cortito, mas algas que otra cosa, y una bici tirada, no había bañera, una pena… Sobre la peli, preciosa, sobre mí, una pena no gozar de la paternidad, me tocó la parte dolorosa, castigo divino, que espero que la manzana les supiera bien porque vaya tela… Lo de las claras de huevo, vaya, no lo pensé, habría estado bien para aliviar lo cazallero del timbre. Un placer tenerle por aquí, como siempre y sin halagos.
General, si a usted, que le cuesta sentarse a ver una peli, se le hizo corto, me doy con un canto en los dientes. Estar en Florencia tampoco es cosa baladí, yo tengo que estar allí al menos mas de tres días, que es que no hay manera… Siempre nos quedará Itálica…
Zapateiro, si la recomendación es doble, tengo que hacer algo ya, que no la he visto… Es bueno que sonrías, sobre todo en estos tiempos… Podría poner alguna especie de colgadero de sonrisas, por aquí, en algún lado… joder como estoy yo también.


Kisses miles y gracias por no dejar de saltar por aquí.

sevillana dijo...

Me encantó tu entrada y me recordó el viaje que mi hermano Miguel y yo con más jóvenes realizamos a Italia.
Si vieras las de billetes, tarjetas de embarque, comprobantes de pago de tiendas, restaurantes, etc que yo guardo alucinarías jajajaja.
Muchos besitos y bienvenida de nuevo a tu casa.

Anónimo dijo...

El capuchino de la foto tiene una pinta exquisita, no como el que me he tomado hoy de máquina que estaba asqueroso, puaj!!!

Besotes!!!

Necio Hutopo dijo...

Lo creas o no, lo he leido completito... recien me recupere de ello te comento...

Pedro Delgado dijo...

Mejor que una guía y mucho más barato. Eso sí, un poco "caótica"; claro que no podía ser de otra manera.

Felicidades por tu viaje y gracias por hacernos tocar un poco de la Ciudad Eterna.

Saludos flamencos desde Cáceres.

mariapán dijo...

jejeje...pues va a ser que aún tengo un maletón por colocar y muchas vivencias que recolocar, asi que dejo la lectura para la noche que es más amiga para la concentración que esta mañana sevillana con ruido y reubicaciones...
Un beso guapa mia

Maria Muffin dijo...

Personalmente pienso que Roma gana en los días soleados y calurosos, y eso que tu sabes que a mi me gusta el frío por el tema de la ropa.
Un besito

Anónimo dijo...

Dan ganas de ir!!!
El aviso legal está muy bien, pero qué esagerá ere! no es tan largo!!! o será que se hace ameno de leer.

Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias por habernos llevado contigo a ese viaje fascinante cargado de historia,pasión y sabores.Ese tartufo a mí también me dejó muda;aunque no he tenido la suerte de llevármelo a la boca...
Qué maravilla!

El Caliz de la Canina dijo...

Vaya como te lo has pasado en Gatita jajajajajaja

Disfruta que eres joven y viaja todo lo que puedas ....

Me quedo con el Tartufo y el Capuchhino ......

Bienvenida pues a este mundillo,otra vez.

Un abrazo canino.

La Canina seguirá cavilando .....

La gata Roma dijo...

Anoche volví a Triana. Mirando el río desde mi restaurante italiano favorito se nos sientan al lado un grupo de… si, italianos. ¿Será que nada ha cambiado? ¿son señales de que tengo que volver?


Sevillana, tu hermano me ha contado cosas de ese viaje que por lo visto también fue inolvidable. Y digo yo ¿tendremos síndrome de Diógenes los que guardamos estas cosas?
Ojcu, no veas, que lote de buen café me he pegado; ahora, de vuelta a los de aquí, máquinas insalubres incluidas…
Nada Mario, toma aire; si es que de un tirón puede sentar mal…
Pedro, gracias a ti por tus palabras. Si quieres tengo guías mas ordenaditas, pero el caos es mas propio.
María, cuando puedas; si es que… tomar tierra es complicado, que me lo digan a mi.
Muffin, yo también prefiero el frío, y me encanta la lluvia, pero lo que a nosotras nos llovió en Roma, no era humano. De todas formas he pasado un calor durante el día, que una lluvia habría venido bien…
No sé Duermevela, yo la veía larguita y por eso lo avisé.. Gracias por tus palabras, y espero que algún día vayas.
Orle ¿y por qué no lo comiste? Gracias a ti, lo he dicho muchas veces y lo he leido en muchos sitios pero no por eso es menos cierto; sin vosotros esto no tendría sentido.
La verdad Canina es que ha sido genial. Aún soy joven pero me queda tanto por viajar que no sé si me dará tiempo… Desde luego te quedas con lo mejorcito, y eso que no le hice fotos al chianti o al saltimboca, que no veas como estaba aquello…

Kisses a puñaos

Águeda Torrado dijo...

nostalgia canceriana, ese ladrillo es parte tuya, enmárcalo para las rachas jodidas. Como Itilia, que robó parte de tu persona

Ego dijo...

Te odio mucho desde lo más sincero de mi admiración.
Un (b)eso...

Anónimo dijo...

Bueno,sí,el de la foto me lo he comido con la imaginación...y estaba de diez.
...Y sin tus historias a lo mejor la vida de cada uno de los que te visitamos estaría falta de una pizquita de sal.Besos.

Antonio dijo...

Algo me dice que volverás a Roma pronto aunque dentro de unos años conocerás otra ciudad que ...


Me ha gustado como nos trasmites directamente, de tus apuntes nerviosos cazados al aire, lo que viste y sentiste. Sin duda que habrá que tomar nota por si acabamos (de nuevo) también bajo los pechos de la loba. Que te lo pasaste bien está claro, eso es lo mejor pero nos has dejado una crónica hecha al estilo de los buenos pregones, a impulsos. Bello.

Los dioses romanos te sean propicios.

Antonio

Juan Duque Oliva dijo...

Bueno dejaremos el baño en la fuente para la próxima que seguro la habrá. YA el hecho de que te acordaras de mi en ella me ha emocionado mucho, gracias.

¿He creido entender que viste una representación del Tartufo? Pues vaya lujo si es así.

Gracias por llevarnos contigo en una bolsa de plastico transparente con capacidad de un litro, herméticamente cerrada y con 100 ml de cada uno.

Besos romana

La gata Roma dijo...

Poco a poco tomo tierra, que ya me vale…

Águeda, pues si, nostalgia canceriana de la buena, de la que pesa… Tengo algunas cartas más guardadas para los bajones, sabes de lo que hablo.
Ego, gracias por ello. Espero que pronto pises esas calzadas, no te arrepentirás.
Orleáns, me sonrojas de verdad, pero si es cierto, me alegro de ser algo de sal.
¡Por Júpiter! Mil gracias Antonio, la comparación con un pregón tal vez es demasiado, pero se agradece de verdad. Estoy segura de que cada vez que vaya descubriré una nueva ciudad, ese es otro de los secretos de la eternidad de Roma. Lo mejor es que los apuntes son todos mentales, porque no tenía ni un cuadernito de esos que siempre llevo…
Gracias a ti Juan, me he acordado de ti y de todos vosotros en muchos momentos diferentes, habéis venido conmigo. La bolsita hay que agradecérsela a Paola Dominguín, que venía en la maleta; esta mujer ha pensado en todo… De momento Tartufo, el helado de la foto; la representación nunca la he visto, una pena.


Puñaos de kisses a repartir

América dijo...

No me resulto tan largo el post,gracias a la manera en que nos sumergistes en tus vacaciones,tengo pendiente leer algunos post de tu blog,comentaba en otro blog(a Sevillana),que es interesante ver lo que nos rodea a través de otros ojos,hay sensaciones que nos son comunes a todos,una de las experiencias mas interesantes que se pueden tener es viajar....Me encanto esto del síndrome del viajero frenético,pero como se hace!,las horas se nos van volando,queremos verlo todo,pensando que después abra tiempo para descansar al llegar a casa,pero el cuerpo nos da el alerta y nos da un parado!!!!!...........

Antonio dijo...

La ciudad eterna es la que pisas cada día. Roma es sólo universal.

Y al que le pique que se (ar)rasque.

Es un pregón porque nos invitas a ir y seguir tus huellas (el helado ya se habrá derretido...)

Antonio

Zapateiro dijo...

¿Eres asidua del Mamma mía?

La gata Roma dijo...

Gracias América, al final pienso que no me pasé tanto, aunque podría ser mucho mas largo, pero eso rozaría lo tortuoso… Sobre el síndrome de “querer verlo todo” es cierto lo que dices. A mi me dio el alto una tarde en el Trastévere, pero me repuse rápido. Por otro lado, lo he comentado con gente, y muchos dicen que en Roma es totalmente imposible no padecerlo; de hecho a mí ya me pasó la primera vez que fui allí.
Antonio, hablando con un taxista, que tu sabes que un taxista lo sabe todo, aquí, en Roma y en Toronto, me dijo que Sevilla es la segunda Roma, por aquello de Trajano y tal… o sea que eternidad, universalidad y todo eso es como cada uno se lo tome, aunque siempre he pensado que los ombliguistas lo tienen que pasar mal viajando… Sobre el pregón, así si, los de los adoquines los prefiero a los del atríl, más que nada porque me queda grande.
Zapateiro, si, mucho, muchísimo, desde pequeña. Desde que estaba allí ese capo de mostacho y camisa de cuadros… Pregúntale a cualquier camarero, sobre todo a los mas antiguos. Si compartimos también esto, me alegro mucho. Después iba a ir a La Prensa, pero acabé en la tetería de Pureza, que es otro punto débil que tengo.

Kisses

el aguaó dijo...

Hasta ahora no he podido leerte. No quería comenzar y cortarme, pues creo que debía leerte completamente, y estaba en lo acertado. No se me ha hecho largo y he podido refrescar momentos que yo viví en su día, aunque no recordar, pues es dificil olvidar Roma.

A veces sueño con ella. Sueño que vuelvo y me pierdo de nuevo por sus calles. Sueño que aquella moneda que tiré a la Fonatana se convierte en premonición. Y supongo que, si a ti te ha funcionado, espero que conmigo lo haga y vuelva. Así lo contemplaría todo con el privilegio de la segunda vez, como voacé ha conseguido hacer.

En cuanto a tu repaso, hay cosas que no pude ver en mis ocho días en Roma, como San Clemente, que intentaré entrar la próxima vez. Y casi creo que volveré a subir a la cúpula del Vaticano, pues la última vez estaba lloviendo. Es curioso, pero cuando tú estabas allí arriba, con Roma a tus pies, se qué estaba haciendo en ese momento exactamente. Estba en la terraza de mi piso de Isla Cristina.

Me alegro que te perdieras en Trastevere como te die, y que te dier el Síndrome de Stendhal con Bernini en la Villa Borghese, o con Corregio, según se mire. Y una pena que no te pudieses perder en el Éxtasis de Santa Teresa.

Me queda una duda: ¿entraste en San Carlo a la Cuatro Fontaine?

Que no haya tantos gatos da que pensar, y que haya más restaurantes chinos, da que sospechar. Mal está la cosa.

Un fuerte beso y muy bunea entrada.

P.D. Eso sí: Antonio lo ha clavao.

Tormenta. dijo...

Hola guapa! Te encontré a través de blogs amigos, como te comentaron, relataste muy bien tu viaje, y como muchos detalles, unos que saltan a la vista y otros que se pueden adivinar! me gustó estar por aquí, un saludo maja!.

Anónimo dijo...

Me encantó la entrada marce, nada pesada, simplemente con la frescura de tus palabras, esas que tengo el placer de escuchar en directo y t deja impregnarte en los capítulos de tu vida....

Espero encontrarte mañana que hoy no sabía dónde estabas

Un besoooo

Maria

María

Juanma dijo...

Un amigo mío, poeta fascinante y callejero, tiene escrito que "los gatos son los violines de la noche". Se está bien en tu tejado. Aprovecharé las vistas para alguno de mis olvidos o recuerdos. Un saludo. Gracias por tu visita.

La gata Roma dijo...

Me fui a Roma con la esperanza de que llovería y no lo hizo; se equivocaron los del tiempo. Hoy está lloviendo al fin, y me encanta.

Aguaó, ya sabes, nunca es tarde si la dicha es buena. Yo había soñado mucho con Roma en estos años, y también en estos días me sigue pasando; tranquilo, la Fontana se portará bien, espero que conmigo también. San Clemente merece una visita, y dos, yo pienso volver porque me trasmitió una sensación difícil de describir. Curioso lo de la Cúpula y la terraza, si. Si que ví el Éxtasis de Santa Teresa, lo que pasa es que Mer y yo queríamos verlo por última vez antes de irnos al aeropuerto. San Carlo si que se me escapó, queda pendiente para la próxima.
Tormenta, es cierto, tenemos muchos blogs en común. Gracias por tus palabras y bienvenida.
Sur, muchas gracias, aunque sabes que no todos los capítulos de mi vida son tan interesantes, jejeje. Es cierto, luego te llamo que anoche, entre otras cosas, de batería en el móvil andaba cortita.
Muchas gracias Juanma, estás en tu casa; nos seguimos leyendo.

Kisses

Tormenta. dijo...

Gracia niña, yo también volveré

Besosssssssss

Me_llaman_coko dijo...

Ya lo he terminado de leer, después de la cenita de ayer me apetecía.
Ayy me encantaría ir al barrio ese, Trastevere n? Umm q chulooo... ahh y q lindo el gato ahi to estiraico...

Un besazoo ahhh y q ilusión lo de la tontada n??? ayyy, grazeeee mi italiana preferida.

Reyes dijo...

Sin palabras.
Me alegro de que hayas vivido tantas cosas.
Gracias por traerme un tartufo.

La gata Roma dijo...

Gracias a ti Tormenta, nos leemos.
Si Coko, además en el Trastévere fue la anécdota que te conté la otra noche: yo y los camareros argentinos, diversión asegurada. Si, tengo algo para ti, pero es una tontada de verdad, y se me pasó dártela, pero bueno, me parece que en esta semana vamos a ir a ver la peli de un libertador del pueblo y de las ideas, será entonces.
Gracias a ti Dama, me alegro de que disfrutaras con el Tartufo.

Kisses miles

Joana dijo...

¿Como que no han sido unas vacaciones de película? Han sido tus vacaciones en Roma y ya es bastante para que sean de película, son tú película. Es inevitable que la entrada de unas vacaciones no sea larga, hay tantas cosas!. Yo he estado en la Toscana, quien sabe si esa foto del Ponte Vechio que nos muestras es cohetanea de las mías?. Ahora solo me queda volver a Roma, ya veo que lo de la Fontana sirve, no pierdo la esperanza.

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