No sé si era una locura o una tontería, pero yo la hice. Al bajarme de nuestra querida “furgo” que me devolvió a casa, me dio alegría ver que de nuevo estaba lloviendo, y llegando al portal me dio por darle otra vuelta a la manzana y disfrutar un poco más de aquello. Desde luego, cualquier vecino que me viera podría pensar que no ando bien de la cabeza, y no le quitaré la razón, pero por la hora y la lluvia la calle estaba bastante vacía. La gente suele huir del agua, acelerar su paso si esta le sorprende. No era para nada mi caso, pues caminaba casi con parsimonia, como las dolorosas en sus barrios o cerca de sus casas, “enseñoreándose” que diría aquél.
Me entretuve en algo tan vago como pensar que a pesar de mi disfrute, habría sido terrible que la Semana Santa hubiera caído en una semana como esta. Recordé que hacía siete días, yo esperaba ver Los Servitas en la esquina de Javier Laso de la Vega con Amor de Dios, como cada año, en un rito que no es tradición porque nadie le ha dado el nombre, pero a todos los efectos lo es. Pensé en la mañana que había pasado. Ya ni los neumáticos chirriaban, ya ni la cera se quejaba de que todo se hubiera acabado. Pensaba en la de cosas que me llevaba conmigo, un año más, y tal vez, con una semana de distancia, llegaba mi momento de hacer balance y asumir, de forma algo tardía quizás, que había pasado todo y que no se podía alargar. Tras una semana de fiebre y pijama, había vuelto a mi rutina de vaqueros y botas. Había flamencas en la Plaza de España, ni rastro de nazarenos del Porvenir…. Cuando acabé mi ronda divagadora, la lluvia apretaba mucho más, y teniendo otra vez el portal cerca, descarté dar una segunda vuelta en un intento de cordura. Al buscar las llaves en ese baúl de la Piquer que tengo por bolso encontré cosas que no esperaba. Un programa de mano, que no sé que hacía ahí, pues hacía un par de horas había donado unos cuantos a un coleccionista, y un par de pases para ese palco que algunos “critican”. Eso era lo que me quedaba, un par de recuerdos, recuerdos de papel satinado, de cartón, intangibles en fotos digitales; inmortalización por ejemplo de ese ansiado Jueves Santo, en que se hizo realidad el sueño del que tanto hablé, con el que tan pesada me puse. Sueño de peina y velo negro, de sevillanía pura, sueño principio del fin, porque ya acabó, pero es sólo el comienzo, y aunque ahora sólo me queden recuerdos de fotos, serán muchas más, en años futuros.
Me entretuve en algo tan vago como pensar que a pesar de mi disfrute, habría sido terrible que la Semana Santa hubiera caído en una semana como esta. Recordé que hacía siete días, yo esperaba ver Los Servitas en la esquina de Javier Laso de la Vega con Amor de Dios, como cada año, en un rito que no es tradición porque nadie le ha dado el nombre, pero a todos los efectos lo es. Pensé en la mañana que había pasado. Ya ni los neumáticos chirriaban, ya ni la cera se quejaba de que todo se hubiera acabado. Pensaba en la de cosas que me llevaba conmigo, un año más, y tal vez, con una semana de distancia, llegaba mi momento de hacer balance y asumir, de forma algo tardía quizás, que había pasado todo y que no se podía alargar. Tras una semana de fiebre y pijama, había vuelto a mi rutina de vaqueros y botas. Había flamencas en la Plaza de España, ni rastro de nazarenos del Porvenir…. Cuando acabé mi ronda divagadora, la lluvia apretaba mucho más, y teniendo otra vez el portal cerca, descarté dar una segunda vuelta en un intento de cordura. Al buscar las llaves en ese baúl de la Piquer que tengo por bolso encontré cosas que no esperaba. Un programa de mano, que no sé que hacía ahí, pues hacía un par de horas había donado unos cuantos a un coleccionista, y un par de pases para ese palco que algunos “critican”. Eso era lo que me quedaba, un par de recuerdos, recuerdos de papel satinado, de cartón, intangibles en fotos digitales; inmortalización por ejemplo de ese ansiado Jueves Santo, en que se hizo realidad el sueño del que tanto hablé, con el que tan pesada me puse. Sueño de peina y velo negro, de sevillanía pura, sueño principio del fin, porque ya acabó, pero es sólo el comienzo, y aunque ahora sólo me queden recuerdos de fotos, serán muchas más, en años futuros.
16 comentarios:
Lo mejor de la Semana Santa es que dura solo eso, una semana y hay todo un año para recordar lo vivido.
Entiendo que me compendrerás si te cuento que estoy con un catarro del 15 que me gané esta pasada madrugada en uno de mis paseos de locos bajo los besos de la lluvia.
Quizás no esté totalmente centrado, pero pocas cosas reconfotan tanto como reencontrarte contigo mismo.
Un abrazo.
Una preciosidad de mantilla. Digna de un sueño.
Enhorabuena.
Un (b)eso devoto
esto de la semana santa no va mucho conmigo, mas si caminar debajo de la lluvia.
no sentiste que te impregnabas de energia, creo que es uno de los placeres de la vida.
besos
¡¡¡AAAAAYYYY esa Sevillana de pura cepa!!!! jejejeje buen retrato de una semana ansiada. Me gustó, pero eso no es nuevo... ¡Buena suerte en la espera! sólo queda un añito para volver...
Vale... Posts semanasantaneros...
Desde luego Amarguro, es una forma de verlo, puede que la única con lógica.
Izquierdasso, esto es como el amor de Lope: quien lo probó lo sabe…
Muchas gracias Ego, fue un gran regalo de Reyes.
Totalmente Jardinero, incluso se llevaba algunas cosas…
Si María, demasiado sevillana para los de fuera, demasiado alternativa para los sevillanos… Las etiquetas es lo que tienen, que cada uno te pone la suya y casi todos se equivocan.
Si Mario, así estamos…
Kisses
¡Ay Mercedes! ¿qué te voy a contar yo a ti que no sepas?
Ya, al menos, puedo contemplar mi traje de gitana nuevo con ilusión.
Hay que pensar que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Un beso.
Me dijo un pajarito que fue a tierras sevillanas que se aprovechó la Semana Santa para inaugurar también el metro... Enhorabuena, (supongo), aunque por lo visto el estreno fue un poco caótico.
Una sonrisa.
querida Gata, yo también anduve perdido entre el tiempo y la palabra, pero los recuerdos de tu tejado siguen vivos para la eternidad, te felicito, consigues desde lo agnostico, dar una imagen hermosa de esa semana...por cierto dejaste huellas sobre mi tejado, unas pisadas inconfundibles, algo de pelo...gracias por la visita...
besos-besos desde el otro lado de la luna...
tu vecino del 4º
Me gusta tanto la lluvia como la Semana Santa, y que razón tienes cuando ambas se juntan.
Vamos a tener las dos una depresión post-mantillera...
Eso es un palio, miarma.
Fdo: un hermano de la Exaltación
Los recuerdos de los momentos vividos son los que alimentan nuestros deseos para el año que viene. Cada instante grabado en nuestra memoria, nos servirá para mantenernos en pie... esperando. Una espera necesaria. Una espera que acrecentará nuestros nervios conforme se acerque la fecha.
Y cuando llegue... de nuevo tendremos que resetear. Como decía don Antonio Núñez de Herrera, "Se vive y no se recuerda. La Semana Santa no ha existido hasta ahora mismo. Queda lejana toda cuestión previa". Pero eso será el año que viene, cuando Sevilla vuelva a vestirse con un cielo azul Hiniesta y decore sus árboles con lágrimas blancas de azahar y se perfume con incienso.
Un beso muy fuerte.
Zapateiro, que pena, yo este año no me hice de flamenca, que como además estrenaba el vestido de mantilla… Pero bueno, hoy ha venido el estreno del año pasado, y empiezan a asomar trajes y volantes por ahí…
Darthpitufina, bienvenida, y sobre el metro poco te puedo decir… Me pasé la Semana Santa a pie, y aún no lo he usado.
Vecino, gracias por tus palabras, como siempre, y bueno, a veces nos visitamos más, y otras menos, no hay obligación en estas cosas por suerte.
Dama, según cierto tasquero de Triana, tengo “mantillafilia”, así que el año que viene nos vestimos también el Viernes, jajajaja
Si Finidiblanco, momentos de esos que nos regala un día tan grande como el Jueves.
Aguaó, tú me perdonas, que no tengo nada en contra, pero para mi el azul del cielo de esta Semana es azul San Esteban, que lo que tira, tira…
Kisses
Me necanta la forma que tienes de escribir, clara y directa.... Yo todavía estoy haciendo balance de mi Semana Santa que espero, en breve, puedas ver en mi blog.
Parece mentira, sí, pero nuestra fiesta terminó. A los que nos gusta esto parece que vivimos para disfrutar de una nueva Semana Santa cada año..... y hojalá todas sean como esta que ya se fue. Hoy he guardado mis manoletinas, los guantes y la medalla.... no es un rito pero lo parece, jejejeje
Pero bueno Gata, todavía nos queda mucho que en mayo sale la Esperanza de Triana y en noviembre el Xto de la Salud.
En cuanto a lo de la mantilla me lo creo. Mi mantillada que este año no mantilló no paró de mirar a las mantillosas.... le faltó llorar, jejejeje
Eres más tranquila escribiendo que hablando..... aunque tienes unas caidas... como esa de "Jose Ramós tú eres como Ojeda, que hasta que no te mueras no se va a reconocr tu trabajo".... pa mearse.... frase de esta Semana Santa junto a la de "viene gastando tacones", by Fray Richar de Córdoba.
Un saludo Gata.... tb a la Gata madre
Espero verlo Morís, estaré al tanto en tu blog. Dices lo de tranquila por la velocidad a la que lees, pero tendrías que ver lo rápido que escribo, jajajaja casi igual que hablo; es un trastorno del lenguaje llamado taquilalia, que todo tiene nombre en la vida.
Yo aún no he guardado los zapatos de nazareno, de hecho ando pensando si jubilarlos…
Por cierto, si quieres otra frase mítica de el insigne fraile, en la tasca de Moe preside una verídica, soltada por su sacrosanta boca la mañana del Viernes mientras perdía el tren…
Viviremos para esperar, y acuérdate que en lo de la Salud estamos hermanados, que es muy grande eso de hermanar la Salud.
Kisses
P.S. La madre odia los gatos, mucho mucho, no es gata madre jajaja
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