viernes, 9 de julio de 2010

Consejos veraniegos





El verano, tal vez por su naturaleza relajada o por la espiritual experiencia de la siesta, que se fomenta más que en otras épocas del año, es un periodo estupendo para la reflexión, la meditación, la conversación, la tertulia y ¿por qué no? La filosofía.
Mi hermano y yo, que nos retrotraemos en momentos del día a tiempos de la infancia ya pasados, en los que sólo hablas de chorradas cargadas de verdad, andábamos el otro día disertando sobre temas marítimos, más concretamente del baño playero, otro momento para mí de alto contenido disertativo. Atendiendo a la máxima de “al mar hay que tenerle respeto, no miedo” pues él y yo siempre fuimos de esos que dicen “hasta la boya y me vuelvo”, concluimos que todo se reduce a dos reglas básicas: No te bañes borracho, y es mejor estar donde no haces pie, pues nunca sabes que podrías pisar. Mucha gente no está de acuerdo con esto último…. ¡ay! ¡Que equivocados están! He comprobado en mis propias carnes cuanto de cierto hay en eso de no tocar fondo, y no fue queriendo; es decir, no es que por mi afán investigador y empírico dedique mis escasos y salteados días de playa a demostrar esa teoría. Lo recuerdo y me entran escalofríos… estando en animada conversación con mi madre dentro del mar, de pié, con ambos pies en el fondo, noté como algo mordía mi pie derecho… No me dolió, lo que fuera no tenía unos dientes muy allá pero… ¡Buaaaa! Lo dicho, escalofríos al recordarlo… Una sensación desagradable, un repeluco… Menos mal que ese amor que hay en mi familia por las playas semi-desiertas hizo que mis chillidos de histérica tampoco formaran el jaleo que podían haber causado en alguna que otra playa que se me viene a la mente…

Así que como cada uno aporta lo que sabe, este es mi consejo veraniego, el fondo del mar no es lo que parece…

12 comentarios:

Naranjito dijo...

El fondo del mar no es lo que parece, pero esconde muchos secretos que salen a buscarte. Esperalos.

Necio Hutopo dijo...

Pero... Pero... Quién se quiere meter al mar habiendo piscinas... Que además la sal te deja todo pegosteoso...

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

En la playa todo lo que diste más de cinco metros desde el mostrador del chiringuito, en dirección al agua, es peligroso.
Y en la arena, ¿no hay peligro?
Un beso, cuidate

Juanma dijo...

Yo estoy con Rafael: en el chiringuito es difícil que te muerdan...al menos que lo haga algo desconocido.

Besos, mi querida Gata.

Enrique Henares dijo...

Magnífica reflexión, nunca me había parado a razonarlo, pero ciertamente, dada mi escasa devoción animalística, que me hace por temer por igual a un Miura que a un perro grande o un pajaro extraño, nunca fui mucho de pisar el suelo marino. Me encanta charlar, reflexionar, despejarme de cualquier preocupación en el mar, pero sí, me da más respeto pisar su suelo arenoso que la profundidad.

La gata Roma dijo...

Sinceramente, creí que lo que arrancaría comentarios, más que la entrada que es cutrecilla, sería el genial vídeo que he puesto para adornar, jejeje


Naranjito, he intentado comentar en tu blog, que me ha gustado bastante por cierto, pero la configuración de comentarios que tiene no me deja, me da largas pero no me publica nada… a ver si hay suerte y blogger se porta… Y si los secretos van a ser como el del otro día, mejor que se quede cada cosa en su sitio, jeje
Mario, pues yo antes pensaba como tú, pero las piscinas están llenas de cloro insalubre y el mar es tan libre y natural… aunque tiene inconvenientes como el de la entrada claro… jejeje
Rafael, va a ser eso lo que pasa que con el amor a las playas medio vírgenes los chiringuitos pillan a desmano, aunque lo mismo hay que replantearse las cosas. Según mi madre, a una playa más concurrida los peces ni se acercan… Los peligros de la arena fíjate, más de una vez te echas la siesta con miedo de despertarte con un pelotazo del idiota de la toalla de al lado que no veas…
Juanma, no sé yo, en el chiringuito también hay una fauna a veces que ríete del fondo marino… jejejeje
Pregonero ¿magnífica? Jajaja, con que buenos ojos me lees Quique, pero bueno, el verano es lo que tiene, los que nos dedicamos a la vida contemplativa encontramos espacio para esto. Tras esta experiencia tal vez retome la colchoneta o la rancia barquita toy…

Kisses veraniegos a todos

Zapateiro dijo...

Jajajajaja. Yo a lo que le temo es al agua poco clara, cuando el fondo se pué vé ¿qué hay que temé?, eso sí, como el agua esté turbia mala éh.

El mar me relaja al verlo pero disfrutar dentro sólo puedo conseguirlo cuando hay buenas olas.

¡Quién pudiera coger ahora el coche y tirar para una playa semidesierta!

Antonio dijo...

Las charlas con agua hasta el cuello, resolviendo el mundo.....

un abrazo en remojo y besos salados

Antonio

M. Andréu dijo...

Dinero.

Todo mi dinero.

Todo el dinero que tengo.

Incluso lo pediría prestado...

... por haberte oído gritar en la playa.

¡Qué grandioso espectáculo...
...veraniego!

Kisses a mogollón.

Reyes dijo...

Esta mañana, andaba pegándome un chapuzón a eso de las nueve de la mañana y pensé: Reyes, te haces mayor.

Besos playeros

Calleferia dijo...

¡¡Genial!!

"Es mejor estar donde no haces pie, pues nunca sabes que podrías pisar". Esta frase es genial.

Y por cierto, no me pongas los dientes largos, que este verano todavía no he pisado la playa.

Besos

La gata Roma dijo...

Si Zapat, pero son pocas las playas en que te ves claramente los pies cual piscina… en fin, hay que tener cuidado con el fondo…
Pues si Callejonero, y como dice Zapat, si hay alguna buena ola amenizando…
Miguel… que cabrito, pero que cabrito… No veas que show… agradezco la poca concurrencia del lugar…
Dama, para bañarse a esas horas ya hay que tener cierta edad si, jejeje bromita…
Calleferia, lo peor es que constaté que esa genial frase es cierta… Yo tampoco la he pisado mucho, no te creas, pero bueno, hacemos lo que podemos…


Kisses salados a todos

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