sábado, 18 de febrero de 2012

“Perder, robar, hurtar”, sutiles diferencias

Hace unos meses perdí en la facultad el cargador del netboock. Me lo dejé bajo la mesa y al recoger con las prisas, se quedó allí olvidado. Al día siguiente no aparecía por ningún lado, pregunté a los compañeros y uno me contó que en la conserjería del edificio 11 estaba “Objetos perdidos”. Fui allí, donde me mandaron a la garita de seguridad, donde finalmente me entregaron el cargador.

Hace casi dos meses, tras acabar un exámen, recibí un correo de una compañera que estaba dirigido a todos los alumnos. Era un texto algo agresivo de principio a fin. La autora decía que alguien le había robado su móvil antes de entrar al exámen. Comentaba que lo había dejado en el poyete de una ventana y que cuando fue a por él, ya no estaba. Tras describir el supuesto robo y el aspecto del teléfono en cuestión, insultaba un poco al supuesto ladrón o ladrona y decía que aunque era una persona maligna, esperaba que le devolviera la tarjeta, pues guardaba mensajes de alto valor sentimental. Me abstengo de comentar lo gilipollesco de todo esto, y creo que la chica ha ganado elegancia con mi reinterpretación de su correo ordinario.

Las cosas son muy relativas según el enfoque que queramos darles. Yo en todo momento supe que perder el cargador fue mi despiste y mi culpa, y me sentí muy agradecida al solidario que lo entregó a los conserjes. Esta chica culpaba a todo el mundo menos a ella, que dejó el móvil alegremente en una ventana. Desde luego yo no estaba allí, tal vez tiene razón y se lo quitaron, pero en ningún momento pareció pensar que en parte ella con su descuido podía haber tenido alguna culpa. Además, tampoco era un móvil muy espectacular, así que no sé si tal vez lo dejó allí más tiempo de la cuenta y fue a parar al mismo sitio que mi cargador. De hecho, al ir a por él, estaba compartiendo custodia con móviles, ordenadores y demás cosas de valor que imagino que estaban allí porque sus dueños también dieron por sentado que se los habrían robado y tras blasfemar en arameo, no se molestaron en

preguntar…

Damos por hecho que la gente es mala, que la picaresca posee a este pueblo español y que burdamente, como decía el vídeo de los Compadres; “Aquí cagas brillante y te roban la mierda”. Yo en el fondo también pienso así, no soy más confiada que los demás, por eso me sorprendí al ver que no iba a tener que buscar mi cargador el sábado en un puestecillo del Charco de la Pava, sino que alguien lo había entregado a quien correspondía. Aunque sí es cierto que en ningún caso pienso que despotricar en un correo sin hacer nada más vaya a servir de algo…

Hace un par de días volví a perder el cargador del portátil, me lo dejé olvidado en otra aula, la misma historia, estaba deseando salir de la facultad tras un largo día y allí se quedó. Nuevamente estaba en “Objetos perdidos”. Por supuesto, la culpa vuelve a ser mía, de verdad que no tengo remedio… Además, como dice mi madre, he tenido mucha suerte dos veces, como lo pierda una tercera fijo que al final alguien se lo queda, parece que voy pidiéndolo a gritos…

Foto: Pedroben, El Ojo Digital

11 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Ya lo decía nuestro Maestro, es más fácíl ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Un beso y recordarte lo poco que nos va quedando.

La gata Roma dijo...

Pues sí Rafael, el otro día una profesora de Psicología nos comentó lo curioso que es que siempre se dice: “he aprobado” o “me han suspendido”… nos atribuimos méritos y les damos a los demás nuestras faltas…

No queda nada, el Lunes lo mismo hasta nos encontramos…

Kisses

Naranjito dijo...

Quilla Gatilla, si es que al final la buena gente existe. Lo más simple es entregar lo que te encuentras en el lugar adecuado para que su dueño (o dueña) lo pueda recuperar. Los actos normales los hacemos extraordinarios, cuando deberia ser eso: normal.
Un saludo de parte del Quillo que se está espabilando despues del frío de estos días.

Zapateiro dijo...

De robos, hurtos y pérdidas este país tiene la cátedra pero, ¡niño!, venme poniendo una cervecita que está hoy el sol que dá gloria.

La gata Roma dijo...

Naranjito, totalmente de acuerdo, es una pena que lo normal sea excepcional… yo desde luego, si me encontrara cualquier cosa la llevaría a quien corresponda, sobre todo si es algo de valor, porque eso es lo que más inquieta al que lo ha perdido…

Zapat, hay robos, hurtos y pérdidas de todas las escalas, pega esto ya que estamos en la semana Urdangarín, jejejeje

Kisses de lunes…

Atlántida dijo...

Ya sé sabe que la culpa nadie la quiere, aunque a mí tampoco se me hubiera ocurrido enviar un mensaje amenazante antes de preguntar, esa muchacha debería darte las gracias por lo elegante que la has hecho quedar al final, ja,ja.
Deberías haberle sugerido que fuera a objetos perdidos.
No sé, a veces pienso que con la poca confianza que ponemos en el otro y en nosotros mismos es difícil que las cosas funcionen.

La gata Roma dijo...

Lo pensé, pero tal vez tampoco yo soy una buena persona. Fui ha hacerlo y releí su correo; ella en ningún momento pedía ayuda o pensaba que eso hubiera sido una pérdida. Puede que al leerlo yo misma me cabreara, se me pasaron las ganas de ayudar a quien parecía no querer ser ayudado y pasé de contestar, confiando que alguien mejor que yo le dijera eso. La verdad es que a mí me lo dijeron porque iba con cara de apuro diciendo que había perdido mi cargador, si hubiera entrado en la clase acusando a todos de ladrones no me habrían dado ni la hora… no es excusa pero… no andaba yo ese día ni pedagógica ni con ganas de ser buena samaritana…

Kisses

Anónimo dijo...

Es más facil gritar, escribir o acusar, que moverte, buscar y averiguar, te parece?

Atlántida dijo...

Te entiendo a veces no apetece ayudar al que no agradece nada. Yo tampoco soy buena, a veces la indignación me hace ser muy egoísta.

There´s ita dijo...

Hace mucho tiempo yo pensaba de un modo similar, ¿Por qué me pasa esto a mí?
¿Por qué se portan así? blablabla. Yo siempre tenía problemas a la hora de entregar trabajos en la facultad, mal impresos, se borraban etc, etc, y pensaba como era posible tener tanta mala suerte con las tecnologías. La realidad es... que si yo hubiera hecho las cosas con tiempo, me habría ahorrado tanto disgusto tecnológico y es que finalmente caí en la cuenta que somos nosotros mismos los que la mayor parte de las ocasiones nos ponemos a nosotros mismos las zancadillas. Llevo poco tiempo con el blog y voy siguiendo los que me gustan, espero que no moleste mi comentario... Saludos

La gata Roma dijo...

Pues sí Palmova, parece que es más fácil un pataleo que hacer algo útil…

Rebeca, yo creo que a todos nos pasa… como dice el chiste, Dios dijo hermanos, pero no primos…

Tejeme, no molesta en absoluto, bienvenida al tejado. A veces es muy duro buscar la culpa en nosotros mismos, es mucha responsabilidad esa…

Kisses

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