domingo, 10 de febrero de 2008

Arde ese rincón del mundo que es Camden



Estaba debatiéndome entre ir a almorzar o seguir trabajando un poco más. Mientras, hacia zapping sin echar mucha cuenta, hasta que la frase “Camden en llamas” hizo que me parase. No me lo podía creer, el mercadillo más grande, más espectacular y más peculiar del mundo estaba ardiendo. No hay heridos ni nada que lamentar, pero me ha impactado. Recuerdo aquella noche en el MOMA, cuando Moraga y yo estábamos celebrando mi cumpleaños de forma tardía, y yo hablaba sin parar de la ilusión que me hacía saber que en un par de horas estaría pisando Kensington Gardens. Entonces él me dijo que no podía dejar de ir a Camden Town. Tras unos días viendo museos y zonas emblemáticas, tomamos la línea 1 que nos llevó hasta esa zona. Fue en un paréntesis que hicimos el día que tocaba visitar estadios de fútbol, que es una cosa de la que no te puedes escapar si viajas con mi hermano. Con esta forma de turismo que él tiene, me visto en Almendralejo visitando el susodicho campo (no acabo de incluirlo en mis visitas recomendadas). El caso es que llegamos allí y fue increíble. Reconozco que si yo perteneciera a alguna tribu urbana, punk o quizás gótica, lo habría disfrutado el doble. Aún así me gustó muchísimo, e hice mis compritas. Incluso en uno de esos arrebatos, que sólo te dan cuando estás fuera de tu país, me compré una de esas cazadoras de Nepal (ahora se llevan mucho más que cuando yo me la compré) que son de paños de colores, y en mi caso, tienen pinturas por todas partes, gatos entre otros dibujos. Contrasta bastante con mi atuendo habitual, sobre todo por el excesivo colorido. También me compré un blusón indio y alguna cosa más, todo bastante original. Pero lo importante no eran tanto las compras, sino el ambiente, ese ambiente de libertad, de interculturalidad, esa ausencia de prejuicios y ese amor por el arte, que se respira en aquella bendita tierra de perros luteranos. Por esto mismo, aunque el fuego se haya extendido por aquel maravilloso lugar, Camden Town es un espíritu, y eso no lo quema el fuego.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu última frase me ha hecho recordar a la última película de Medem"Caótica Ana".
Gracias por pasarte por mi blog...si es que estáis enganchados a mi culebrón existencial.

el aguaó dijo...

Querida Gata Roma, me ha encantado tu última frase: "Por esto mismo, aunque el fuego se haya extendido por aquel maravilloso lugar, Camden Town es un espíritu, y eso no lo quema el fuego".

Tendré en cuenta tu experiencia cuando viaje por esa tierra de perros luteranos (como me suena esta expresión a don Diego Alatriste, pero el escrito, no el de la película).

Por cierto, ese turismo de campos de fútbol debe ser interesante ¿no?, al menos curioso es.

Un fuerte beso.

Anónimo dijo...

Una forma preciosa de llevar un sitio dentro.

Reyes dijo...

Es preferible traerse de recuerdo algún objeto significativo de cada lugar el cual has conocido, tanto lo que te traes en la retina como los objetos más insignificantes.
Yo no conozco Londres, pero tengo que ir, se lo he prometido a mi hijo, que es un apasionado del fútbol (como yo) que iremos los tres en cuanto se recupere.
Siempre quise tener la camiseta de los "Sex Pistol" con la cara de la reina Isabel II, por supuesto, comprada allí.
Una pena lo del fuego, una pena.

Paços de Audiência dijo...

Lo del incendio es lógico. Allí se debe fumar mucha hierba. Una cosa lleva a la otra.

Londres es una de mis visitas pendientes. Sobre todo Baker Street.

Respecto a lo de los estadios, cuando estuve en Estocolmo, vi el partido AEK Solna-IFK Goteborg, en el Estadio de Rasunda. Allí sí que se respiraba ambiente de tradición futbolera.

Y en 90 minutos aprendí más sociología que la que se enseña en la facultad.

http://es.youtube.com/watch?v=9BosMIa7DDI

PD: la discusión ortográfica no tiene desperdicio y está la mar de entretenida. Y al que no le guste...

Nosotras mismas dijo...

Como en los últimos días, sigo sin tiempo. Así que me llevo tu post y de regreso a casa, sentada en el tren me lo leeré.

Gracias

Un abrazo

Raúl Ramírez dijo...

Saludos, hija de Mer!!! Gran Gata Roma! Has honrado mi blog con tu firma y como no podía ser menos... me paso por el tuyo y hago lo propio. No conocía este rincón blogsférico... y menos, que tenías foto y todo de la Gran Ana Quiroga!!! Nos vemos por estos mundos. Un beso.

La gata Roma dijo...

Por partes, a ver si me aclaro que la blogosfera está revuelta.
Gracias a Orleáns y Nosotras mismas por su visita.
Al Aguaor le diré que además de este hay muchos lugares que merecen la pena, y más bien es Londres entero. Lo de los campos… en fin, el nuevo estadio del Arsenal es impresionante, casi tanto como ver El Matrimonio Arnolfini en directo (otro sueño cumplido) Y la frase es más revertiana que alatristesca, aunque tanto monta, monta tanto.
Dama, espero que tu hijo se reponga pronto y así podáis conocer Londres lo antes posible. Estoy segura de que os encantará.
H, gracias, y ya iré contando los lugares que llevo dentro.
Cabezota no llegué a ir a un partido, es excesivo para mí. En cuanto al nivel pragmático del lenguaje, dará juego, seguro. Por otra parte si que se fuman cosas, cada uno lo que quiere o puede… Pero no sé si esa habrá sido la causa, aunque yo también pensé como tú. Por lo demás, esto va tomando cuerpo, lo del jueves va a ser increíble, lo que no entiendo es porqué el León va a llevar azucar…
Y al León, puedes pasarte por aquí cuando quieras, y si en esa foto has sido capáz de reconocer a Ana… En fin, una lección más: cuando prestes tu cámara asegúrate de que la individua sabe enfocar.

Ludwig Constantine dijo...

Yo no conozco Londres (aún), pero mi hermana es una enamorada de la ciudad y también dice que Camdem le encanta.

También he tenido alguna experiencia con el "turismo de estadio". Cuando estuve en Amsterdam, mis amigos fueron a ver el campo del Ajax, pero yo preferí quedarme por el centro.

Anónimo dijo...

Es cierto, hay cosas que ni quema el fuego ni mata la muerte.

Me gusta su espíritu.

Un abrazo.

el aguaó dijo...

Me gustan ambas cosas querida Gata, pero reconozco que El Matrimonio de Arnolfini me sorprendería mucho más.

Un fuerte beso.

mariapán dijo...

Ayer te comenté pero para mi mala suerte, no quedó ¡y mira que estaba inspirada!...pero bueno, me quedo con tu concepto de que al menos a los espíritus no se les puede quemar. Creo que pasa con las personas, los lugares y todo lo que esté hecho de magia; el pensamiento es algo me alegra que no se pueda quemar también, por cierto, quiero ir urgentemente a ese mercadillo ¡yo! ¡LA REINA DEL MERCADILLO CALLEJERO!jejeje
besitos guapa, mañana te veo...
P.D: gracias por la visita de hoy, me ha servido...

La gata Roma dijo...

Gracias al Samurai por su visita. Ludwig, amsterdam es un sitio al que quiero ir cuanto antes. Si voy sin mi hermano me libraré del turismo de estadio. Una vez más, El Aguador de Sevilla, se saca de la manga una entrada antigua, que hace que me dé una pena increíble el no tener tiempo para sentarme y empezar a leer desde la primera entrada hasta hoy. La cosa está en que yo sabía casi todo lo que cuentas, incluso el simbolismo que tiene la colocación de los zapatos, pero como tú lo narras…
María, hay muchos mercadillos en Londres, algunos de antigüedades, otros de pintura... Hacen falta días para disfrutar todo lo que esa ciudad te ofrece. Uno de ellos es muy famoso en el cine, Portobello Road, salía En la bruja novata, y en Noting Hill. Me alegro de que te gustase la visita, intenté al menos que dieran un contenido más amplio que el que dan generalmente.
Kisses

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