martes, 15 de septiembre de 2009

Edam al completo



Resultaba a la vista tan alegre como un parque, o incluso más; eso sí, era silencioso y tranquilo. Tal vez esa mezcla de alegría y respeto era lo que creaba un ambiente tan pacífico y ambiguo. Girasoles, muñecos, espejos, todo valía para adornar el descanso de los ciudadanos de aquel pueblito holandés.





Yo había visto japoneses en el Cementerio de San Fernando, y muchas veces pensé que era fetichismo turístico; aunque por otra parte es cierto que en muchos países y culturas, la relación con la muerte es diferente a la que tenemos aquí. Desde luego no son pocos los que visitan tumbas de escritores, poetas u otros artistas; yo misma sueño con ver algún día la tumba de Kafka, pero allí no había nadie relevante a esos niveles.



A pesar de todo, era un lugar muy peculiar. Parecía que cada lápida llevaba algo que a su inquilino le gustaba y ninguna era similar a la anterior, todas eran de suelo y únicas. Aquí, al igual que en nuestras casas, hemos creado tumbas de pared que se apilan con la misma monotonía de los bloques de pisos.







Edam me había resultado un pueblo fascinante, precioso y lleno de encanto; saliendo de su camposanto vi que ese “detalle” que parecía envolverlo todo, ciertamente, lo envolvía todo.







Alguna vez escuché aquello de que uno no conoce realmente un sitio hasta que no visita su cementerio, y ahora empiezo a pensar que puede ser cierto.

10 comentarios:

Nebulina dijo...

Es curioso como para muchas culturas, la muerte es totalmente distinta a como la vemos aquí..
Un besazo!

Reyes dijo...

Yo soy incapaz de pasar dentro del nuestro. Eso sí, con el de Praga, flipé.

Yo es que no quiero ni pensar cómo será mi morada eterna, siempre digo que quiero que me planten un árbol encima, pero de lapidas y frases y flores, ni mijita.

¿Probaste el queso? ¿Compraste los útiles corta-queso?, ¿acabaste con la bandeja de degustación de chocolates como servidora?

nina dijo...

¡Qué hermosas fotos!
Y cuánta razón tenés. Cuando vivía en México me llamaba mucho la atención lo coloridos y hasta "felices" que son los cementerios allá... en mi país tomamos la muerte de manera muy diferente, siempre muy sobria.
Lo que no soporto es que ciertas flores sean relacionadas únicamente con la muerte, por ejemplo aquí nunca nadie te va a regalar un gladiolo mientras estés viva... me resulta terrible catalogar a una flor tan hermosa de esa manera.

En fin... creo que me fui un poco de tema jeje.
Un abrazo.
Irina.

Zapateiro dijo...

Llevo desde ayer intentado comentarte con una foto y no puedo subirla como me guistaría. ¡Porca miseria!

Así que te comentaré via tonti o mail.

el aguaó dijo...

Una entrada sobrebia. Te parecerá algo exagerado mi primera expresión, pero te intentaré argumentar mi reacción.

Siempre me han fascinado los cementerios. Esto puede dar lugar a varias interpretaciones traumáticas o tétricas para con mi persona, pero nada más lejos e la realidad. La relación que tengo con los cementerios va algo más allá. Son una ciudad silente que habla de la otra ciudad a la que complementan. Porque los camposantos ayudan a conocer la Historia de los habitantes de la ciudad a la que pertenecen, así como aquellas personas que alguna vez le dieron vida.

Es un registro histórico de las fallas que confoman el transcurso de los años y siglos de una población. Luego está la parte antropológica y cultural. Cada cementerio es diferente. Es un mundo. La ciudad de los muertos. En cada pueblo, en cada ciudad, en cada zona, cambia. Y si salimos de nuestro país, aún sorprende más. El culto a la Muerte y los ritos que rodean la morada del alma darían lugar a un estudio y análisis extensísimo. Y en ningún momento he hablado o insinuado nada sobre el morbo.

Con tu permiso querida Gata. Amiga Dama, a un servidor incineración, como a los romanos, los cimmmerios o los guerreros nórdicos, que pensaban que el humo ascendía las almas hasta el Elíseo, el reino de Crom o Valhalla (qué flipao estoy).

Te envío besos, agua, alcohol y algunos abrazos.

Unknown dijo...

Cuando siendo niño leí "La novia de Lamermoor" recuerdo que me impactó que, con el cuerpo del difunto presente, festejaran su entierro.
Hacía poco que había perdido un ser querido y no cabía en mi cabeza que en otros lugares la muerte se enfocara desde otro punto de vista.
Mas tarde me enteré que en los países árabes el luto es el color blanco... Y yo acostumbrado a ver los nazarenos de la Borriquita...

En fin, todo esto te lo cuento para decirte que también me gusta darme un paseo por cementerios de otros países no por morbo ni por macabro, sino porque creo que es otra forma de conocer su cultura y adentrarte en ella. No todo va a ser dar vueltas por los circuitos turísticos convencionales...

Saludos.

Antonio Aguilera N dijo...

Me fascinan las culturas que ven a la muerte como una puerta, y no necesariamente hacia una reencarnación sino a otro estado, una situación desconocida con otras dimensiones que ahora no podemos imaginar.
En esos pueblos he podido comprobar como toda la liturgia en torno a la muerte y los enterramientos son alegres y festivos.
Me dan mucha envidia cuando vuelvo y veo los que hacemos por Andalucía.
Felicidades por la entrada.

Moe de Triana dijo...

Debe ser bomito recordar esa ciudad, ese paseo, y toito to sus muertos...

¡Un saludasso fresquito!

Ego dijo...

Es una hermosura. Mi querida Isabel lleva tiempo proponiéndome una ruta por los cementerios del planeta.
Le haré caso.
Un bexo incinerado

La gata Roma dijo...

Si Nebulina, empiezo a pensar que aquí estamos muy equivocados pues parece que en otros lugares es más fácil ese tránsito al otro barrio.
Dama, el de Praga espero poder verlo más pronto que tarde. Sobre mi morada, siempre pensé que si entierran mis cenizas, querría una lápida con el siguiente texto “…”, me parece minimalista y adecuado para mí. O quizás debería buscar que me esparcieran en algún lado, aunque creo que tendría que repartirme mucho… Sobre lo demás, probé el queso, compramos muchísimo queso, aún tengo en casa, casi acabamos con la bandeja de degustación de queso y me dio mucha rabia en que no caí en hacerme una foto con la lechera que vendía el queso… era tan auténtica…

Tranquila Nina, este blog está para eso, para irse por las ramas. Aquí las flores más típicas son los crisantemos, y ciertamente no creo que mucha gente los regale a alguien vivo…

Zapat ¿y esa foto? Prefiero vía tonti.
Aguaó, la verdad que al principio me pareció desmedido el calificativo de la entrada, pero bueno, se acepta. La verdad es que tienes varios cementerios cerca, y eso imprime carácter. A mí la verdad es que siempre me han llamado bastante la atención y como dices, no por motivos tétricos o morbosos, sino por lo que comentas, me parece un complemento a la propia ciudad que ayuda a entenderla. Y sin permiso, sobre lo que le comentas a Dama, lo mejor de la incineración romana es que luego, cuando llegaban las fechas de honrar a los difuntos les echaban vino y todo, eso si que es estar en la Gloria…
Mi general, la verdad es que a mí me encantaría tener un velatorio tipo sajón o algo así, lo único es que me daría pena no poder participar yo de la fiesta pero vamos, la idea en su concepto me encanta.
Antonio, bienvenido a tu casa, y gracias por tus palabras. A mí también me encantan los ritos de otros países, ciertamente aquí es otro concepto totalmente diferente, he ido a entierros en pueblos muy particulares, a su forma también son bellos, pero infinitamente más tristes.
Jajajaja si Moe, para que veas, me llevo un recuerdo completo del lugar, muy muy completo.
Ego, yo también me planteo hacer una, no es una tontería, seguro que aprendemos tanto de eso…


Kisses a todos

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